Karrera Oficial. : Semana Santa de la provincia de Sevilla: Carrión de los Céspedes

Carrión de los Céspedes es una localidad en la que convergen innumerables fronteras, marca el limite provincial entre Sevilla y Huelva, entre el aljarafe y el campo de Tejeda y divide sus devociones entre la Virgen de Consolación y la del Rosario.

Este pueblo es uno de los pocos casos de la provincia de Sevilla en los que no existen procesiones cuaresmales o en la semana mayor de forma anual, aunque sí en tiempos pasados con la hermandad de la Vera Cruz, que fue fundada al amparo del Concilio de Trento.

Esta corporación penitencial se extinguió en los años veinte del pasado siglo, al amparo de la hermandad de Consolación siguieron recibiendo culto sus imágenes en su sede canónica.

Real Antigua e Ilustre Hermandad del Santísimo Cristo de la Vera Cruz, María Santísima de la Soledad y Nuestra Señora de Consolación Patrona de Carrión de los Céspedes

Fundación: Siglo XVII

Pasos: Uno.

Día de Salida: Viernes de Dolores

Sede Canónica: Ermita de Nuestra Señora de Consolación

En el año 2010 la hermandad de Consolación celebró los CCCL Aniversario de la fundación de esta hermandad de la Vera Cruz, tan importante en su historia. Dentro de los actos conmemorativos de esta celebración cursó petición a la autoridad eclesiástica competente para incluir al Santísimo Cristo de la Vera Cruz y María Santísima de la Soledad como titulares de la corporación letífica, petición que fue autorizada aprobando del mismo modo, la salida procesional uno de cada cuatro años.

El paso procesional calzado por costaleros que tiene la singularidad que es el único de la población portado con este estilo. Va iluminado por cuatro faroles

Santísimo Cristo de la Vera Cruz y María Santísima de la Soledad

El Santísimo Cristo de la Vera Cruz, es una las imágenes más antiguas y devocionales de la villa de Carrión, y de hecho, perteneció a la más antigua Hermandad fundada en Carrión: La Hermandad del Santísimo Cristo de la Vera Cruz, con sede en la Ermita de Nuestra Señora de Consolación, y cuyas Reglas fueron constituidas en 1660. Dicho documento aún se conserva y es uno de los tesoros documentales que conserva Carrión. En ellas se puede observar el antiguo trazado de las calles así como el detallado ritual de la salida procesional que debían seguir los penitentes: como el número de latigazos, la posición de ellos en la ermita y las túnicas que debían llevar.

Curiosamente, en aquel tiempo, el Señor de la Vera Cruz llevaba a cabo esta salida el Jueves Santo junto a la Virgen de Consolación, que ya en dichas reglas consta como la Patrona y protectora del pueblo.

Hacia finales del s.XVIII, fue tallada la Virgen de la Soledad para que acompañara al Señor el Jueves Santo en un palio, que actualmente no se conserva. Dicha talla consiste en una dolorosa de mirada alzada y suplicante tras haber perdido a su hijo.

Las reglas continuaron vigentes hasta el s.XX, concretamente 1930, cuando, a causa de los problemas políticos que azotaron a España, la Hermandad se extinguió, quedando únicamente en la Ermita la Hermandad de la Virgen de Consolación, y dejando de llevar a cabo la procesión de penitencia.

La más reciente historia situó al Cristo de la Vera Cruz en el nuevo Sagrario que se colocó en 2009 en la Ermita, concretamente donde antes se situaba el lavatorio donde los penitentes se purificaban tras la procesión del Jueves Santo, y además convirtió al Cristo y a María Santísima de la Soledad en titulares de penitencia de la Hermandad de Consolación tras el CCCL aniversario de la fundación de la extinta Hermandad. Tras dicha efeméride, los titulares llevan a cabo su salida procesional extraordinaria cada cuatro años el fin de semana anterior al Domingo de Ramos.

El Cristo de la Vera Cruz es una talla anónima de Cristo crucificado de tamaño natural fijado al madero por tres clavos cuyo soporte es una pasta de fibra vegetal, estopa y telas encoladas.

Su cronología puede situarse a finales del siglo XVII o principios del XVIII. Las características que presenta lo encuadran en la escuela sevillana, concretamente en la corriente que no se desprende del clasicismo del protobarroco. La dulzura del rostro junto a una policromía sin estridencias.