Historia de las Hermandades de Sevilla: El Gran Poder




Pontificia y Real Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso. 








El Señor

No comenzaremos esta hermandad por su reseña histórica. Estamos ante la imagen de Cristo de mayor devoción y cariño de Sevilla. Justo será pues que los primeros párrafos se ocupen de tan portentosa imagen, de Jesús del Gran Poder que camina con la cruz acuesta vestido con túnica lisa morada. 



Sobre su cabeza una corona de espinas, en forma de una serpiente enroscada, alusiva al pecado original. Juan de Mesa, su autor, logró con esta representación del Nazareno eternizar la figura del Varón de Dolores interpretando con fidelidad la profecía de Isaías que dice “Tan desfigurado estaba su aspecto que no parecía ser de hombre”.




El Convento del Valle se construye en el año 1403 en la collación de San Román, junto a las murallas almorávides, y se erige como consecuencia de un suceso milagroso de la salvación por la Virgen de un niño caído en un pozo (Ortiz de Zúñiga).  Tras su destrucción, en su solar se construyó la iglesia del Valle, casa de la hermandad de los Gitanos. 








La cofradía residía en el Convento del Valle cuando en 1620 sus responsables contrataron al imaginero cordobés Juan de Mesa y Velasco para que realizara las tallas del Señor y de San Juan en madera de cedro y peana de pino de segura por las que recibió dos mil reales de treinta y cuatro maravedíes. Mesa terminó las imágenes en el mes de octubre de ese año recibiendo la cantidad estipulada a primeros de octubre según se lee en la carta de pago en poder de la hermandad. La imagen es de talla completa con un sistema de brazos articulados para que pudieran ser dispuestos para coger la cruz o en postura de maniatado. 







El encargado de la policromía, al menos de la imagen de San Juan, fue Francisco Fernández de Mesa, hermano de la cofradía. Los escritos de la hermandad explican que “está policromada con deficiencias en la conservación, lo que a lo largo de los años ha aumentado la referencia a su aspecto doliente acrecentando con el tiempo como un ser humano, su sufrimiento en la tierra”.








La temprana muerte del imaginero y la falta de documentación de aquellos años motivaron la socorrida atribución que se repitió entre los estudiosos a Juan Martínez Montañés. Fue en 1920 cuando Adolfo Rodríguez encontró similitudes estilísticas con otras obras de Mesa como el Cristo de la Conversión o el de la Misericordia del Convento de Santa Isabel. 
















A la izquierda,  Cristo de la Misericordia  y a la derecha, Cristo de la Conversión cristo conversion de la hermandad de Montserrat.




Heliodoro Sancho Corbacho encontraba el documento de pago de la obra que cita al entonces mayordomo Pedro Salcedo, constando en el mismo a Alonso de Castro como pagador y alcalde de la cofradía.

Juan de Mesa nos legó una imagen perfecta anatómicamente para lo que plasmó un cuerpo descompensando para poder abrir la zancada e imprimir un dinamismo no exento de dramatismo. La postura del Nazareno está levemente girada a la derecha, postura muy habitual en las representaciones de Jesús con la cruz a cuestas y con la cabeza levemente inclinada hacia abajo.







Desde un punto de vista morfológico nos encontramos ante una talla poderosa, fuerte y varonil, “se trata de un hombre de mediana edad, con el cabello largo agrupados en mechones del que sobresale el que pende del lado derecho de su frente. Con barba bífida minuciosamente tallada, presenta el ceño levemente frunciendo, las cejas enarcadas, traspasada la izquierda por una de las espinas, y los ojos misericordiosos almendrados, parcialmente entornados, con la nariz abultada en el centro y los labios carnosos, conjugando todo su rostro fortaleza, clemencia y bondad sin límite








Sobre las restauraciones que se conocen sobre la talla apuntamos la que Blas Molner efectuó en 1776 que le colocó nuevas espinas en la corona y José Ordóñez que restauró los pies y las manos en 1910. José Rivera García restauró las manos en 1976. En 1997 Peláez del Espino actuó sobre la imagen en una intervención calificada por la propia hermandad como “dramática y deficiente”. Consistió en la colocación de una estructura interna que afectó a la madera. Los problemas fueron resueltos en la restauración que los hermanos Raimundo y Joaquín Solís practicaron en 1983 en la que además de eliminar la estructura se colocó de nuevo un apoyo a la imagen no visible para evitar movimientos bruscos en la salida procesional. Los mismos Cruz Solís volvieron a intervenir levemente en 1985. La última restauración, que consistió sobretodo en una limpieza de rostro y manos, fue realizada por Cruz Solís e Isabel Pozas en 2006.





Restauración de Cruz Solís e Isabel Pozas. 2006 







En cuanto a las reproducciones, Antonio Illanes hizo una cabeza sin encarnar en 1954 y Antonio García Romero, como medida de prevención, recibió el encargo de realizar una reproducción del cuerpo en poliéster en 1985.




Illanes reproduce fielmente la obra de Juan de Mesa incluida la posición exacta de su cuerpo y anatomía. Se observa la zancada poderosa, el paño de pureza, la torsión, el dolor… El Gran Poder en plenitud para Ámerica.












Magníficas andas


El paso sobre el que procesiona Nuestro Padre Jesús del Gran Poder es una obra cumbre del barroco sevillano, debida a la gubia de Francisco Antonio Ruiz Gijón de 1688 con la intervención también de las esculturas de Bernardo Simón de Pineda. A finales del siglo XIX Almela Vinet, quien la atribuyó a Martínez Montañés, escribía de ella que “sin duda es la mejor de esta ciudad, calada con labores caprichosas y muy bien ejecutada con un perfil airoso y mucho ensamble y movimiento… con relieve de gran mérito… y en la actualidad está magnífica”.

























En las esquinas delanteras del paso no están los habituales faroles, sino dos candelabros que formaron parte del paso entre 1882 y 1907, y que fueron realizados en madera tallada y dorada por un autor desconocido. Estos candelabros pertenecen en la actualidad a la Hermandad de la Vera-Cruz de la localidad cordobesa de Aguilar de la Frontera.





En la canastilla se representa escenas del Antiguo y Nuevo Testamento sobre las que se sitúan grupos de ángeles portando símbolos pasionales.






 En sus inicios, el paso se iluminaba con faroles que en 1858 fueron sustituidos por cuatro candelabros de guardabrisas siguiendo el gusto de la época. En 1908 fueron colocados los cuatro faroles actuales realizados en plata por Rafael de León y fueron dorados al año siguiente.



 


Salvo esos pocos años en que el paso del Gran Poder llevó candelabros, lo cierto es que siempre fueron faroles los que iluminaron al Señor, al menos que se sepa desde principios del siglo XVIII. 
A la izquierda, farol de la Hermandad de la Soledad y Santo Entierro de Écija, realizados en plata repujada por Damián de Castro en 1765.

En medio, el más antiguo que se conserva es de 1853, obra anónima de metal repujado y plateado que, junto a los otros tres, formaron parte del paso hasta 1858.

A la derecha, faroles actuales fueron realizados entre 1908 y 1909, y son obra de Rafael León Terga de plata repujada y dorada.






 El diseño es una copia de los realizados en 1765 por Damián de Castro para los faroles de la urna del Santo Entierro de Écija. En 1969 se le añadió el gran moldurón tallado y dorado sobre los faldones, enriquecido con maniguetas en madera de Guinea en su color obra de Manuel Guzmán Bejarano.




Santo Entierro de Ecija






Los faldones son de terciopelo granate bordados en cartelas donde se recogen escenas dela pasión y realizados por Juan Manuel Rodríguez Ojeda en 1909.























Las túnicas


Nos detenemos brevemente para hablar de las túnicas más representativas del Señor que tiene la hermandad en su patrimonio, cada una con su historia y significado. En 1854 se estrenaba la primera de las túnicas bordadas que fue denominada “Corona de Espinas” y cuya hechura se debió al bordador Manuel Ariza. Después de la Semana Santa por acuerdo en los pagos fue devuelta si bien después se confeccionó otra. Al año siguiente hay constancia del encargo de una túnica bordada a José Ortega, diseñada por Manuel Vivaldi.

En 1857 se estrenó la nueva túnica que pasó a denominarse también “Corona de Espinas”, que sustituiría a la que hizo Ariza y que se atribuye a Teresa del Castillo. En 1948, con motivo del aniversario de la Reconquista de la Ciudad por el Santo Rey Fernando III, el Señor procesionó en la Madrugada con esa túnica.



Túnica de la Corona de Espina, 1857. Teresa del Castillo.  Diseño de Antonio del Canto. Bordado en hilo de oro sobre terciopelo. Cíngulo de oro fino.




Otra de las túnicas del Señor es la denominada de “los Cardos” realizada por las hermanas Antúnez en 1881 y pasada a nuevo terciopelo en 1920 en e Convento de Santa Isabel. 
Túnica de Cardos, 1881. Josefa Antúnez (1833-1902) y Ana Antúnez (1836-1898). Diseño de Emidgio Serrano. Bordado en hilo de oro sobre terciopelo. Cíngulo de oro fino. Ofrenda de la Hermandad de Santa Genoveva con motivo del L Aniversario de la construcción de la Basílica.





Juan Manuel Rodríguez Ojeda diseña la llamada “Persa” en 1908, siguiendo los bordados del manto de la Virgen del Voto de la Sacramental del Salvador. En su confección se utilizó tisú dorado pero al poco tiempo se pasó a terciopelo granate para igualar la tonalidad con la que ya tenía la hermandad. En 1939 se utilizó ésta túnica en la procesión extraordinaria por la finalización de la Guerra Civil.
Túnica Persa (1908). Juan Manuel Rodríguez Ojeda (1853-1930). Bordado en hilo de oro sobre terciopelo (Donación de Dª Amparo Sánchez Arjona). Cingulo de oro fino.





En 1927 se estrena la túnica conocida como de “Guardabrisa” para su uso en el altar y denominada así por tener los bajos y manguillas bordados. Fue una donación de Doña María Teresa de Faguas, restaurada en el año 2000 por José Ramón Peleteiro.


Túnica de la Guardilla, 1927. Anónima (s.XX). Bordado en hilo de oro sobre terciopelo (Donación de Dª Mª Teresa de Faguas). Cíngulo de oro fino.








En 2020 se estrena la “túnica de los devotos”, diseñada por Javier Sánchez de los reyes y ejecutada por Santa Bárbara, es una ofrenda de más de cuatro mil personas con motivo del IV Centenario del Señor.

Esta túnica es una reproducción de la desaparecida túnica que bordó en 1917 Francisca de Paula Zuloaga. La obra ha sido posible gracias al trabajo del diseñador Francisco Javier Sánchez de los Reyes, el taller de bordados Santa Bárbara y, por supuesto, la donación de más de 4.000 personas que han sufragado esta importante pieza, conocida como la "túnica de los devotos".



Foto antigua del Señor del Gran Poder con la túnica en la que se basa la nueva túnica de los devotos.






En su época, la pieza original se la llamaba "la túnica de las flores", por ser el elemento más destacable en su diseño. El forro perpetua para siempre, con los nombres serigrafiados, el recuerdo de los miles de devotos que han hecho posible esta ofrenda. 


Túnica de los Devotos, 2020. Recuperación de una túnica desaparecida de Francisca de Paula Zuloaga (1817). Dibujo de F. Javier Sánchez de los Reyes. Taller de Bordados Santa Barbara (2018-2020). Bordadoen hilo de oro sobre terciopelo. Cíngulo de oro. Donado por los hermanos y devotos con motivo del IV Centenario de la hechura de la imagen.





En 1910, un grupo de hermanos entre los que se encontraban José Gestoso, Muñoz y Pavón y González Abreu propugnaron que el color púrpura liso fuera el único que se usara para la túnica del Señor en sus salidas dejando las bordadas para celebraciones especiales. Desde 1915 se viene haciendo así.


Túnica Lisa de 1910 de paño de lana merino morado. Cígulo de mecha.









Imagen de María


No se conoce el autor de la imagen de la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso si bien puede fecharse su estreno en 1798 como se desprende del acta en el que facultaba al entonces mayordomo, Manuel Benjumea para  “construir a su costa una cabeza para la Señora que sería de excelente gusto, y buena disposición”. Esta nueva imagen vendría a sustituir a la primitiva titular desconociéndose el paradero de ésta.




Anónimo. María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso  y San Juan. Hermandad del Gran Poder. 







La talla, atribuida por algunos a Juan de Astorga, está realizada en madera de cedro con su policromía. La cabeza está levemente inclinada hacia la izquierda en actitud de conversar con San Juan, con los ojos almendrados, entristecidos y llorosos, nariz afilada y boca entreabierta.





La imagen ha sido sometida a varios procesos de restauración. En 1954, Antonio Illanes afianzó la cabeza al candelero además de alterar levemente las facciones para adecuarlas al gusto de la época. En 1978 Peláez del Espino alteró la policromía de la imagen en una intervención calificada por la cofradía como poco afortunada. En 1979 Luis Ortega Bru volvió a encarnar a la Dolorosa con tonos claros sustituyendo el candelero metálico por otro de madera. La última intervención fue en 2001 por parte de Luis Álvarez Duarte.






El Cabildo de Hermanos aprobó una próxima restauración de María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso, que se acometerá en los meses de octubre y noviembre de 2020 por el conservador restaurador de obras de arte, D. Pedro Manzano Beltrán. El propio conservador se encargó de exponer al Cabildo los problemas que, derivados del uso y el paso del tiempo, presenta la Santísima Virgen. Sin ser causa de alarma, se planteó a los hermanos la necesidad de efectuar una serie de mejoras en la estructura y candilero de la Imagen, así como en la policromía de manos y rostro, ennegrecidas por el paso del tiempo y con pérdidas puntuales de material. 






La Virgen del Mayor Dolor y Traspaso posee la corona más antigua de las que procesionan en la Semana Santa de Sevilla. Es obra de Juan Ruiz de 1798 encargada por el mismo mayordomo que firmó la talla de la Virgen. Está realizada en plata sobredorada con un canasto con seis imperiales unidos a la bola del mundo de la que sobresale una cruz que fue pectoral del cardenal De la Lastra. La corona incorpora dos aureolas de luz, una en horizontal a las sienes de la imagen, única en estilo, y la otra en torno a los imperiales.






La imagen de María de esta hermandad procesiona con San Juan que incluso ocupa lugar principal en el retablo de la basílica. Se trata de una imagen de Juan de Mesa de 1620 tal y como se desprende de la carta de trabajo a la que hemos hecho referencia líneas atrás. En sus comienzos fue una imagen de candelero que fue anatomizada y restaurada por José Pérez y Adolfo Castillo en 1972. Los hermanos Cruz Solís intervinieron también sobre la talla en 1985 y 1986 lo que motivó que esos años no procesionara en la madrugada acompañando a la Virgen.









Los Duques de Medina Sidonia


Es tradicional atribuir la fundación de esta hermandad a los Duques de Medina Sidonia allá por 1431 “administrando la Santa Iglesia Patriarcal de esta ciudad, por la Silla Apostólica, M.R.P  Fray Lope de Olmedo, prepósito general de la Orden de monjes de San Jerónimo” con el nombre de “Sagrada Cofradía y Hermandad del Santísimo Poder y Traspaso de Nuestra Señora”, siendo su primera sede en el Monasterio de Santo Domingo de Silos, llamado también de Santa María y Santo Domingo, situado a extramuros de la ciudad y que ocuparía el lugar donde hay está la parroquia de San Benito en el barrio de la Calzada. Cuando hablamos de atribución a los mencionados duques se utiliza esta expresión puesto que el ducado como tal no se fundó hasta 1445 cuando Juan II se lo otorga a Juan de Guzmán III, Conde de Niebla y defensor de Sevilla del ataque de Enrique de Navarra. Quizá nos encontraríamos pues ante una protección del ducado hacia la hermandad posterior a la fundación de ésta.

La aprobación de las primeras reglas como corporación de luz se produce en 1477 firmada por el provisor Pedro Fernández de Solís, Obispo de Cádiz. El título con el que la hermandad aparece en estas reglas es el de “Cofradía del Poder y Traspaso de Nuestra Señora y Honra de San Juan Evangelista”. Poco más se sabe de estas reglas, sólo que fueron reformadas en 1570 año en que la hermandad adoptó el carácter penitencial. En estas reglas se cita que la hermandad procesionaría con una Virgen y San Juan a su lado, manteniendo pues desde su fundación la devoción a la advocación de Traspaso.








En el convento del Valle


A mediados del siglo XVI, en 1544, la hermandad residía en el Convento del Valle regentado por una comunidad de frailes mínimos de la collación de San Román y donde en 1582 el arzobispo Fray Gaspar de Loaysa le concedía capilla propia. Allí la hermandad estaría más de una centuria. En esta residencia, la hermandad procedió a la renovación de las reglas de 1477.




Libro de regla. Hermandad del Gran Poder 






La nueva reglamentación databa de 1570 y añadía al título el de las “Ánimas del Purgatorio”. Sobre de la cofradía, los artículos recogían que “a la una del día se reunían los hermanos y se predicaba un sermón que duraba hasta las dos, y a las tres salía la hermandad en procesión de penitencia, la cual se ordenaba en la siguiente forma: iba delante el muñidor, con la campanilla; seguían veinticinco niños de la doctrina, con su Cruz, un estandarte negro con Cruz colorada y seis bastones. Después un paso con el Calvario con su Cruz y en medio un Cristo con la Cruz a cuestas, que le llaman Jesús del Gran Poder Santísimo, y luego la imagen de Nuestra señora del Traspaso, con San Juan, y al final un Crucifijo. En medio de la procesión debía ir una música de cantores o veinticuatro sacerdotes; y además, dos trompetas que fueran muy buenas y dos canastillas para recoger la cera y las demandas”.

Precisamente, la hermandad encargaba en 1576 la hechura de un crucificado para la procesión a Juan de Santamaría, de profesión pintor. El contrato especificaba que “debería tener nueve palmos de altura” y un coste de doce ducados. Por aquellos años la hermandad era la octava hermandad en antigüedad ocupando ese puesto entre las que participaron en 1579 en la procesión por la inauguración de la nueva Capilla Real de la Catedral y por el traslado del cuerpo de San Fernando.

En el inventario más antiguo que se posee, fechado en 1618, aparecen detalles sobre cómo “organizar la cofradía y las estaciones de la procesión, la indumentaria y orden del cortejo, el modo y el número de pasos así como el ornato de los mismos  el global de los bienes muebles con los que contaba a esa fecha la corporación”.

De mediados de este siglo XVII se conoce que la celebración más solemnes de la hermandad se realizaba el domingo de ramos y que constaba de cabildo de salida, misa de comunión general y confesiones además de la lectura de la Pasión, en cuyo transcurso se especificaba con los pasos el momento que estos representaba como era el “Nazareno con la Cruz camino del Calvario, María Traspasada de dolor en la Calle de la Amargura y la Crucifixión”. En 1654 se firmó el prime contrato con costaleros o “portadores de imágenes” para el jueves santo. Los capataces fueron Domingo Hernández y Manuel González.

Entre las más destacadas insignias del cortejo figuraba un Senatus de plata que era único en los cortejos sevillanos y que portaba al modo actual las siglas SPQR. Esta insignia fue fundida en 1779 para la realización de a nueva peana de la Virgen.









San Acasio y San Lorenzo


La década de los setenta de este siglo aporta importantes datos. Por ejemplo, el acta de cabildo más antiguo que se conserva que es de 1674 y el primero de elecciones que es de 1676 saliendo elegido Bartolomé Martín, Hermano Mayor y Juan Romero, Mayordomo, por entonces cargo de mayor relevancia.

Cuando parecía que la cofradía iba a trasladarse al convento de los trinitarios descalzos, la hermandad vendió en 1695 la capilla del convento de Santa María del Valle a la congregación franciscana por seis mil cuatrocientos ochenta reales.

El motivo de la venta y la posterior marcha debió ser por diferencias en torno a las obligaciones de los frailes para con la cofradía a la que habían desplazado en los últimos años de esa década a hacer su estación al viernes santo por la mañana aunque la hermandad solicitó su vuelta al jueves en 1693 lo que se solucionó con una concordia de urgencia.

Otros de los motivos para que se acabara la estancia en el Valle estaría en la negativa de la comunidad que allí residía de que la hermandad labrara capilla con salida directa a la calle sin pasar por el convento.

El arzobispo Juan de Monroy aprobó el traslado al Colegio de San Acasio, noviciado de Sevilla de la Orden de San Agustín, donde estuvo la hermandad hasta 1702, año en el que se traslada a  San Lorenzo.





Entrada del palio de la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso en la mañana del Viernes Santo de 1935.









Se adapta la capilla


Ya en el siglo XVIII, en 1703, por la mediación de la familia Peragullano, la hermandad consigue la cesión de una de las capillas que conformaban la iglesia. En esta capilla la hermandad colocó a sus titulares donde estuvieron por más de doscientos cincuenta años, hasta 1965. 






Entrada de los dos pasos de la hermandad en la mañana del Viernes Santo de 1965









La cesión de la capilla se firmaba ante el propietario de la misma, Alonso Fernández Treviño, quien la poseía desde 1599. 




Besamanos al Señor en San Lorenzo.







Fueron años de numerosas obras para adaptarla a las necesidades de la hermandad y no es hasta 1710 cuando el Señor era colocado en su altar, siete años después de que se recibiera la donación.

Con la expansión que el nuevo asentamiento supuso y el ímpetu del que gozaba la hermandad, la cofradía comenzó  a ser llamada como de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso.

En líneas anteriores hemos indicado el impresionante trabajo que Francisco Antonio Ruiz Gijón comenzó en 1688 consistente en las andas procesionales que aún hoy perduran. Parece ser que como el artista se retrasó mucho en la entrega, ésta no se produjo hasta 1692. Por este motivo el artista prometió regalar a la hermandad una Cruz de Guía. La promesa se cumplió en 1715 con la entrega de una cruz en la que se representan los atributos de la pasión, excepto el sudario que no se le añadió hasta el siglo XIX.



Cruz de Guía regalo de Ruiz Gijón en 1715.




La Cruz puede admirarse en cada madrugada pues es la misma que aún abre el cortejo de nazarenos. En ese mismo año se procedía a las obras de ampliación de la capilla gracias a las concesiones del Marqués de Villahermoso. González de León explica de estos años que “a pesar de estas variaciones y traslaciones, estaba la Hermandad en opulencia, pues era muy frecuente hacer su Estación de Penitencia el Jueves Santo por la tarde, bajo la forma que el común de las cofradías en aquel tiempo”.







Nace la novena


Un extraño suceso aconteció en la hermandad el primer día de abril de 1766. Ese día, según se recoge en las actas de cabildo del día siguiente “sucedió el extraño y alarmante suceso de la sudoración de las imágenes”. En las actas se recoge que duró doce horas.

Dos años después se obtenía licencia para que se pudiera celebrar la novena al Señor del Gran Poder por lo que se pudo oficiar por primera vez siendo los predicadores Fray Rufino de Sevilla y Thadeo de Ubrique. En principio sus fechas oscilaban entre el 30 de diciembre y el 8 de enero para que completara dos de las fiestas principales de Nuestro Señor, Epifanía y Circuncisión.



Traslado del Señor a su altar de novena, en la iglesia de San Lorenzo, en los años de la postguerra.



Desde entonces se celebra ininterrumpidamente hasta la variación de las reglas de 1970 que dejó el culto en un quinario que arranca el primer día del año. En los cultos de 1773, predicados por el beato Diego de Cádiz, el Señor fue colocado por primera vez en el altar mayor de San Lorenzo para celebrar los mismos.



Novena al Señor del Gran Poder, colocado en el altar mayor de San Lorenzo.




A finales de siglo, en 1791, se redactaron nuevas reglas aprobadas por el arzobispo Alonso Marcos de Llanes en las que se detallan la novena al Señor y un septenario a la Virgen además de la exposición del Santísimo y Vía Crucis los viernes. La nueva normativa reconoce el título de “Ilustre” para la corporación a la vez que se pierde el de “Ánimas”. Ese mismo año tuvo lugar el pleito por ocupar puesto preferente con la hermandad de las Tres Necesidades tal y como eremos en la hermandad de la Carretería.



Convocatoria de culto, del siglo XIX.




Las actuales túnicas de la hermandad se adoptaron en 1867. Los zapatos eran de charol con hebilla que fueron sustituidas en 1907.

Dos hechos principales tuvieron lugar al principio del siglo XX. El 27 de junio de 1900, durante el papado de León XIII, la hermandad se convirtió en la pionera entre las de la ciudad al pedir formalmente la declaración del  Dogma de la Asunción. El segundo de los hechos se produjo en 1903 y se trata de la firma de una nueva concordia con la hermandad de la Esperanza Macarena para poder hacer estación de penitencia delante de ella, fruto del trabajo que para desarrolló el entonces cardenal Marcelo Spínola y que puso fin a la discrepancia sobre el orden de la madrugada. Desde entonces, una representación de nazarenos del Gran Poder se traslada momentos antes de la salida de ambas cofradías hasta la sede de la Macarena para pedir la venia y pasar antes. En el año 2003 se celebraron una serie de actos conjuntos entre ambas corporaciones en los que se conmemoró la efeméride además de reforzar los fuertes lazos que ya de por sí mantenían estas dos señeras, hermosas e impresionantes hermandades sevillanas.




En la Semana Santa de 1948 el Señor del Gran Poder, excepcionalmente, no llevó túnica bordada túnica lisa, sino que salió en la madrugada con la túnica bordada de las espinas.










Jesús del Gran Poder en su paso en la Iglesia Catedral en mayo de 1939 con motivo del fin de la Guerra Civil española.










El nuevo templo


La hermandad estuvo tentada de abandonar su sede de San Lorenzo en 1937 cuando le fue ofrecida la cesión del palacio de Bernabé Sánchez Dalp cerca de la Magdalena para que construyera allí su nuevo templo. Pero la hermandad comenzó a barajar la idea de adquirir la sede de la Jefatura de Obras Públicas aledaña a la parroquia donde residía la corporación. Pero antes, en 1953, el mismo año en que se funda la Bolsa de Caridad presidiendo la hermandad como hermano mayor José Morón, siendo la primera hermandad en hacerlo, se solicitó del Estado la cesión de la antigua Capitanía de la Gavidia para hacer un nuevo templo que tendría la puerta de salida a la calle Jesús del Gran Poder.





Edificio que compra la hermandad en 1958 para construir la Basílica 








 La autoridad accedió y se planificaron incluso actuaciones para tal empresa que no llegó a realizarse pues en 1958 comenzaron las gestiones para comprar el edificio situado en la plaza de San Lorenzo que después se convertiría en la actual basílica bajo el proyecto de los arquitectos Alberto Baldontín de Orta y Antonio Delgado Roig.




La basílica del Gran Poder, en construcción.











Uno de los planos originales realizados por Alberto Balbontín de Orta y Antonio Delgado-Roig.








La escritura de compra se formalizó en 1964 consagrándose el nuevo templo por parte del arzobispo José María Bueno Monreal el 28 de mayo de 1965 tras la procesión que las imágenes efectuaron desde la Catedral. Unos días antes, las imágenes habían llegado desde la parroquia al templo catedralicio donde bajo sus naves se celebró un triduo ante los pasos que fueron colocados en el trascoro.




El Gran Poder ante el Ayuntamiento, en la procesión extraordinaria de 1965, con motivo del traslado a su nuevo templo










Iglesia basilical


Justo veinticinco años después de la bendición del nuevo templo, en 1990, en la festividad del Sagrado Corazón de Jesús se consagró el mismo por parte del arzobispo Carlos Amigo como paso previo a su conversión en basílica que se produjo por Breve de Juan Pablo II firmado en diciembre de 1992.





En ambas imágenes el Señor del Gran Poder y la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso, llevado a hombros en andas, por el puente de San Bernardo (la imagen de arriba), durante su traslado en 1965 para presidir las Misiones en la parroquia de Santa Teresa, en Amate.















La basílica alberga desde 1996 como única decoración de su paredes escenas de un Vía Crucis obra del pintor Antonio Agudo.















Al final del año 2000 se estrenó el monumental sagrario de plata de ley realizado en Orfebrería Triana que representa la fachada y cúpula de la iglesia de San Juan de Letrán en Roma, la hermandad fue agregada a la Basílica de San Juan de Letrán de Roma por el Papa Alejandro VI en 1500 y nuevamente por Clemente XII en 1732, conmemorándose así los quinientos años de la agregación de la hermandad al templo lateranense. Los originales de todas las figuras son obras del escultor Navarro Arteaga.






El 19 de diciembre 2003, con motivo de los trescientos años de la llegada del Señor a San Lorenzo, la imagen fue trasladada antes de amanecer a la parroquia donde residió tantos años para la celebración de un besamanos extraordinario y una función. Para estos actos, la imagen lucía la túnica “Corona de Espinas”. Al término de estas celebraciones, ya de noche, la imagen de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder retornó a la basílica de que había estado fuera menos de un día.





Besamanos extraordinario en San Lorenzo, 2003










Medalla de la ciudad


La imagen del Gran Poder es la única que ha presidido en dos ocasiones el Vía Crucis que organizan las hermandades sevillanas con el Consejo de Cofradías. La primera fue en 1979 y la segunda fue ocho años después en 1987, en conmemoración de la beatificación de Marcelo Spínola.




El Señor en el Vía Crucis de las Hermandades de 1987. Por primera vez desde 1948 volvió a llevar a túnica de las espinas en un culto externo.






En 2013, la imagen de Jesús del Gran Poder es elegida por 3ª ocasión para presidir el Vía Crucis de las Hermandades de Sevilla. En este caso sería protagonista junto a 13 imágenes más de la ciudad en un acto organizado por el Año de la Fe. Un evento que fue suspendido por riesgo de lluvia, realizándose el rezo en el interior de las naves de la Catedral.




Señor en su paso, en el 2013, para participar en el Vía Crucis especial, organizado por el Año de la Fe











En  1995, el ayuntamiento concedió la Medalla de la Ciudad al Señor del Gran Poder “por la extraordinaria devoción que le dispensa el pueblo de Sevilla desde hace 375 años”. El acto debía de desarrollarse en la Plaza de San Francisco el 15 de marzo. La amenaza de lluvia motivó que se celebrase en la basílica que se encontraba abarrotada de fieles. El templo fue también el escenario en septiembre donde se rubricó la carta de hermandad que la cofradía concertó con la Orden de Frailes Menores Capuchinos por la larga e histórica relación que se mantuvo con la misma desde los tiempos del Beato Fray Diego José y que un mes antes se había hecho público coincidiendo con el primer aniversario de su beatificación.





El Señor del Gran Poder sale de la Catedral en la procesión extraordinaria de 1939, por el fin de la guerra








5 de mayo de 1939. Regreso del Gran Poder tras la función de acción de gracias por la victoria y el fin de la guerra, presidido por Queipo de Llano.








La última salida extraordinaria del Señor del Gran Poder fue multitudinaria, en el 2016, con motivo del Año de la Misericordia.
















Dos Dolorosas en la Hermandad

 Estando la Hermadad del Gran Poder en plena construcción de su Templo, hoy Basílica Menor, recibió la donación de una talla de la Virgen realizada por Antonio Castillo Lastrucci. El donante, nieto del imaginero, era menor de edad por aquel entonces, por lo que su padre tuvo que firmar en el documento de donación. Su nombre Adolfo Arenas Castillo, pasaría a ser con el tiempo muy conocido en ámbito cofrade.


A partir del 28 de febrero de 1959, la Hermandad del Gran Poder pasó a tener dos Dolorosas en propiedad, su Titular del Mayor Dolor y Traspaso y esta nueva talla salida del taller de Castillo y donada por el joven cofrade.



En 1959, el nieto del imaginero Antonio Castillo Lastrucci donó a la Hermandad del Gran Poder esta bella Dolorosa.



Todo lo expuesto explica que la Virgen que aquí vemos aparezca vestida con ropas pertenecientes al ajuar de la Hermandad, además de la corona de salida, como podemos ver en las fotografías de arriba.


Tanto en la anterior como en la que reproducimos a continuación, correspondiente al Besamanos de 2009 de la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso, ambas imágenes están ataviadas con las mismas prendas, a excepción de la toca de sobremanto. De esta manera podemos ver la corona de plata de cincelada por Juan Ruiz en 1789, la saya burdeos y el manto azul de camarín.



Virgen del Mayor Dolor y Traspaso, Hermandad del Gran Poder



Por circunstancias que se desconocen, la talla Dolorosa de Ntra. Sra. volvió al taller de su autor. El destino de esta imagen se desconoce, aunque hay dos teorías: 


Una de estas teorías es que fue adquirida por los cofrades de la Hermandad de la Buena Muerte de Jerez de la Frontera en 1964, donde comenzaría a procesionar a partir de 1967 bajo la advocación del Dulce Nombre. En esta teoría hay una contradicción ya que la decisión de la Hemandad del Gran Poder de ceder la imagen de nuevo a Castillo Lastrucci y posteriormente a un pueblo, fue tomada el 8 de julio de 1966, mientras que la hermandad de Jerez adquirió una imagen y pone al culto en 1964.



Dolorosa del Dulce Nombre que procesiona cada Madrugá en Jerez de la Frontera. 




Otra teoría sobre el paradero de esta imagen,  viene recogido en el coleccionable de ABC de 1994 La Semana Santa de Sevilla, paso a paso. En esa serie de artículos el profesor José Miguel Palomero relata una historia, supuestamente avalada por testimonio de los implicados en forma de cartas al director, que afirmaría que esta dolorosa, obviamente muy remodelada (lo sería según esta versión por Antonio Dubé de Luque, a quien a todas luces adscribiría su hechura) sería la que acabaría siendo la Soledad de la Hermandad de los Servitas, pero todo envuelto en un cierto secretismo por parte de los oficiales del Gran Poder ya que se afirma que en el libro de actas sí se recoge la cesión de la imagen a un pueblo. 



Comparativa de la Virgen de la Soledad de los Servitas, tal y como fue tallada por Antonio Castillo Lastrucci y después de la profunda remodelación realizada por Antonio Dubé de Luque. 








 Santa Misión en Tres Barrios









El detalle



Cantonera de la cruz de salida del Señor, de filigrana de plata dorada y amatistas (1861).




Potencias de Escudos (1926). Silvio Dalmás (s. XIX-XX). Oro y plata labrada dorada.








Potencias del JHS (1915). Anónimo. Oro cincelado con zafiros engastados. (Donación de Dª Jacinta de Valero).









Potencias Mexicanas (1954). Anónimo. Oro cincelado con amatistas engastadas. (Donación desde México de la Sra. Viuda de Llaguno).









Potencias de Filigrana (1860). Filigrana de plata dorada. Amatistas. (Donación de José Rafael de Góngora y su madre Dª Francisca Ruiz).










El paso de Jesús del Gran Poder tiene la singularidad de representar escenas del antiguo testamento como el episodio de "El Arca de Noé".










Llamador del paso de palio.






Senatus de la hermandad.






Manto azul de la Santísima Virgen, una pieza de camarín con las vistas bordadas con temas vegetales que se vió enriquecidos con ramilletes de flores con ocasión de los traslados de la Santísima Virgen por las Santas Misiones de 1965.







Gloria del techo de palio







A la hermandad cordobesa de la Vera Cruz pertenecen unos respiraderos de madera dorada que llevó el paso del Gran Poder entre 1865 y 1907. Hay que indicar que tras deshacerse de ellos, estos respiraderos pasaron a la Hermandad de la Soledad de San Buenventura, que los tuvo hasta 1956. De ahí, el paso completo de la Soledad, incluyendo dichos respiraderos, pasó a la Hermandad del Amor de Jerez de la Frontera hasta 1993, cuando fue adquirido por la referida cofradía cordobesa.
En la imagen de abajo se ve el paso del Gran Poder con estos respiraderos.








Texto de Ignacio Tovar de 1991 con un texto explicativo de la propia cruz de guía, así como un dibujo al carboncillo de cada uno de los elementos que la componen












Potencias, reproducción de las primitivas del Cristo del Desamparo y Abandono, regalo de la Hermandad de los Dolores del Cerro a la  Hermandad del Gran Poder con motivo de las Sagrada Misión 2021.






Saya de la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso, realizada con diseño de Sanchez de los Reyes y realizado por el taller Santa Bárbara en 2022, reaprovechando los bordados de una estola realizada por los sucesores de Caro en los años 90, donada expresamente a tal efecto. 









Escucha algunas de las marchas dedicada a los titulares de la hermandad.

AL SEÑOR DE SEVILLA.  Abel Moreno Gómez. 1988

ANTE EL GRAN PODER.  Pedro Gámez Laserna. 1974

DOBLAN LAS CAMPANAS.  Marcelo Durán López. 2015

GRAN PODER.  Juan José Puntas Fernández. 2001

GRAN PODER, 1620.  Antonio Moreno Pozo Reciente. 2019 

JESÚS DEL GRAN PODER.  José Albero Francés. 1978

MARÍA SANTÍSIMA DEL MAYOR DOLOR Y TRASPASO.  José Manuel Bernal Montero. 2008



"Gran Poder"  Manuel Marvizón. 








Video de Cinturón de Esparto 







VER ÁLBUN DE FOTOS 








Bibliografía

Enciclopedia de la Semana Santa de Sevilla del El correo de Andalucía

Historia de las cofradías de Sevilla del ABC

El poder de las imágenes, iconografía de la Semana Santa de Sevilla, del Diario de Sevilla 

La Semana Santa según ABC de Sevilla 1929-1946 de ABC

http://periodistacofrade.blogspot.com

https://www.gran-poder.es

https://www.elvalle.org

https://sevilla.abc.es

http://lasemanasantaenecija.blogspot.com

http://juliodominguez.galeon.com

https://www.patrimoniodesevilla.es

https://www.diariodesevilla.es











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