Historia de las Hermandades de Sevilla: El Silencio




Primitiva Hermandad de los Nazarenos de Sevilla, Archicofradía Pontificia y Real de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santa Cruz en Jerusalén y María Santísima de la Concepción









La capilla Cervantes

Corría el año 1340 cuando en el barrio de la Feria un grupo de piadosos vecinos se congregaban semanalmente en una capilla de Omnium Sanctorum, propiedad de la familia de los Cervantes, para conmemorar la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo. A los pocos años, en 1355, el Rey Pedro I ordena la reconstrucción de la parroquia viéndose los feligreses en la tesitura de buscar una nueva sede. Deciden trasladarse, por ello, a una ermita, la de San Antón de la orden de Vienne, extramuros de la ciudad y cercana a la puerta de la Macarena.



Omnium sanctorum. Iglesia de la Feria. Genaro Pérez de Villa amil (1865)








Establecidos en una nueva sede, elaboran unos estatutos que son aprobados por el arzobispo Don Nuño el 22 de febrero de 1356.
En el año 1426 la hermandad realiza nuevos estatutos en los que amplía su acción caritativa dedicándose a partir de ahora la concesión de dotes y ajuar a aquellas doncellas que fueran a casarse, así como la asistencia a enfermos y necesitados.







Primera estación

En las ordenanzas de 1356 se da a conocer la hermandad con el nombre de “Cofradía del Dulcísimo Jesús Nazareno y la Virgen Santa María con San Juan”. El 14 de abril de ese año, Viernes Santo, realiza su primera Estación al Hospital de San Lázaro “ataviados con túnica e basto tejido de color morado, cubiertas las cabezas con pelucas de material vegetal estando recogidas a la altura de la sien con una suerte de corona de espina”.



Pintura de “La bendición de los animales” ante la iglesia de San Lázaro. Moreno Carbonero.








Las Cinco Llagas

En el año 1505 la hermandad acuerda la cesión de los terrenos de su ermita para la fundación del Hospital de las Cinco Llagas con la condición de poder utilizar la nueva iglesia que se iba a construir y que le fuera cedida una sala para el uso pleno de la cofradía. Las obras no comenzarían hasta el año 1546, año en el que la hermandad comienza a sufrir los estragos de no tener una sede fija, a lo que se le une una disminución de la nómina de hermanos. Esta fase de decadencia ve su final con el asentamiento, en el año 1559, en las dependencias del citado hospital.




 Ubicado entre las murallas árabes, la Basílica de la Macarena y el Hospital Universitario, se encuentra el actual Parlamento de Andalucía, antiguo Hospital de la Sangre o de las Cinco LLagas.






El establecimiento en las nuevas dependencias hospitalarias da nuevos bríos a la hermandad con lo que aumenta el número de hermanos y las limosnas recibidas con las que poder adquirir nuevos enseres para la cofradía. Así mismo se decide nuevamente remodelar las reglas en las que modifican el funcionamiento interno de la corporación, sus cultos anuales añadiendo al título de la hermandad la adoración a la Santa Cruz de Jerusalén. Estas reglas le son aprobadas en el año 1564 por el Doctor Gil de Cervadilla en nombre del Arzobispo Fernando de Valdés. La hermandad puede volver a realizar su Estación de Penitencia al año siguiente.

Son de esta época, a finales del siglo XVI, las referencias que en sus escritos hacen Francisco de Sigüenza y el Abad Gordillo de la forma de procesionar de la hermandad, mencionando la aparición ya de andas procesionales en su cortejo.








Abandona el hospital

Con la epidemia de peste que padece la ciudad en 1568 la hermandad debe desalojar las dependencias del hospital de las Cinco Llagas que son destinadas a tareas asistenciales. Superada la epidemia vuelve a realizar la estación en 1569 pero la autoridad hospitalaria no le permite volver a ocupar sus dependencias por lo que comienza aquí un proceso de discusiones que dura unos años y que se solucionará con la búsqueda de una nueva sede por parte de la hermandad.



Hospital de las Cinco Llagas. Vázquez, 1564








Traslado a intramuros

La hermandad hallará acomodo en torno a 1571 en el Hospital de Jerusalén o de los Convalecientes, edificio levantado donde actualmente vemos la iglesia del Santo Ángel, y desde aquí realizará se estación de penitencia los siguientes años a la Colegiata del Salvador debido a la distancia que le separaba con el hospital de San Lázaro, lugar tradicional donde hasta ahora la hermandad había realizado su estación penitencial.

En esta nueva sede donde en el año 1578 el escritor Mateo Alemán, actuando como hermano mayor, redacta unas nuevas reglas aprobadas el 24 de abril por el provisor Valdecañas y Arellano siendo arzobispo de Sevilla Cristóbal de Rojas y Sandoval. Estas fueron redactadas por el propio Mateo Alemán y constan de dos partes bien diferenciadas, una primera con el funcionamiento de la corporación, y una segunda, con las obras de caridad para con los presos de la cárcel.
















Libro de reglas, Hermandad del Silencio.







Desde el año siguiente a su llegada al hospital del Jerusalén la hermandad inició gestiones para buscar una sede propia. Estas gestiones dieron su fruto en 1579 cuando llegó a un acuerdo entre la Orden Hospitalaria de Vienne y la hermandad para la compra de una capilla nombrada del Santo Crucifijo paralela a la iglesia conventual de San Antón en la que se comprometía a realizar obras de mejora entre las que se citaba la apertura de dos arcos que unirían la capilla con la Iglesia del convento. El traslado desde el hospital de Jerusalén a esta nueva sede no sentó bien al administrador del citado hospital que interpuso un pleito a la hermandad del cual se desconoce el fallo.

Es a comienzo del siglo XVII cuando la hermandad adquiere la actual talla de Jesús Nazareno, obra atribuible a Francisco de Ocampo. Aunque no se encuentra documentada, por sus línea estéticas y por su semejanza con la imagen de los Nazareno de Carmona, Convento de la Concepción y Parroquia de San Bartolomé, es, sin duda, obra de Ocampo hacia 1610.




Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, parroquia de San Bartolomé, de Carmona, fundada en 1564 en la monumental villa siguiendo el modelo de la hermandad de la Santa Cruz en Jerusalén de Sevilla, lo que se puede constatar en las reglas primitivas de la corporación, fiel trasunto de las redactadas por Mateo Alemán para la hermandad de Sevilla. 





La imagen representa a Jesús erguido abrazado a la cruz que descansa sobre el hombro derecho teniendo la cruceta hacía atrás lo que es una prueba de antigüedad, dentro del estilo marienista, pues así lo interpretaban los artistas del renacimiento. La talla está completamente anatomizada y con un sudario y realzada en cedro. 






La imagen fue restaurada por Cristóbal Ramos en 1745, por Teodosio San Román en 1784, José Ordóñez en 1912, Agustín Sánchez Cid en 1942. Luis Álvarez Duarte le hizo corona de espinas en 1973 volviéndolo a restaurar retallando su cuerpo y policromándolo Francisco Peláez en 1979.














Defensa de la Inmaculada 

Corre el año 1613 cuando en la ciudad de Sevilla se debate sobre si la Virgen María nació o no con el pecado original. El hecho detonante fue sin duda la predicación del fraile dominico Padre Molina, en la que argumentaba que la Madre de Dios nació con el pecado original, tendencia enfrentada a la que se defendía la casi totalidad de los sevillanos. Ante esta predicación las hermandades del mismo Convento de Regina Angelorum organizaron una procesión en desagravio a las palabras del dominico, en la que participó la hermandad del Silencio.




Virgen del Alma Mia (Iglesia de San Antonio Abad). La Comunidad de frailes del desaparecido convento de San Diego fue una de las primeras en defender a ultranza la devoción a la Inmaculada Concepción en a ciudad, motivo por el cual encargaron a un escultor de apellido Gilman la ejecución de una inmaculada de vestir, que fue bendecida en 1615 y posteriormente recibiría la advocación del Alma Mia. Se trata por tanto, de la más antigua efigie de bulto redondo que representa el misterio de la Concepción Inmaculada de María en Sevilla. La gran importancia en la creación de esta imagen, aparte de su valor artístico, radica en que su modelo inspiró futuras Inmaculadas de los maestros Murillo y Montañés. Al quedar disuelto el cenobio, los frailes la donaron a la iglesia de San Antonio Abad donde podemos contemplarla.






Este hecho motiva la celebración, entre otros actos, de un certamen poético organizado por el hermano mayor de la corporación, Tomas Pérez, en honor a la Inmaculada Concepción, celebrado en mayo del año 1615, que sirvió para que en septiembre de ese mismo año la hermandad decidiera hacer voto público y juramento de defender la Inmaculada Concepción de María llegando a dar su sangre y vida si fuera necesario. Para recordar este juramento la hermandad realizó una nueva insignia, la Bandera Blanca, con las iniciales latinas Q.S.M.M.D.A.L.C  (“¿Quién como María Madre de Dios, sin pecado concebida?”), a la que le acompañaría un cirio encendido y una espada desnuda. Al año siguiente sucedió la disputa entre la cofradía del Silencio y la de Sacerdote de San Pedro Advincula por ver quien fue la primera en realizar el voto inmaculista, nombrando cada hermandad una comisión para llegar a un acuerdo, que finalmente no se produjo.



Bandera blanca de la hermandad del Silencio, a un lado, un nazareno porta una espada. Esta espada representa que los hermanos del Silencio al hacer el voto de defensa de dicho dogma también juraron defenderlo con su sangre si fuera necesario.  Al otro lado de la bandera, un nazareno porta un cirio rememorando el voto de defensa del Dogma de la Inmaculada Concepción que la hermandad hizo en el año 1615. 





Es durante este siglo cuando en muchas localidades de la provincia se fundan hermandades que toman como ejemplo, tanto en advocación, título, regla o escudo, a la de Jesús Nazareno de Sevilla dando así reconocimiento y extendiendo la devoción al Dulcísimo Jesús Nazareno.

En 1623 la hermandad, ante el edicto de reducción de cofradías hace valer sus reconocimientos y fue eximida de ésta.

En 1627 la cofradía amplia sus acciones caritativas y las dirige hacía la creación de una institución dedicada a la recogida y sustento de ancianos y desvalidos sacerdotes que vagaban pidiendo limosna por las calles de la ciudad para lo cual adquirió una casa en la actual calle Jesús del Gran Poder que sostuvo la hermandad, con algunos periodos de decaimiento, hasta que fue cedida esta labor al Hospital d San Bernardo, vulgo de los Viejos, que la retomó hasta la fundación del Hospital de los Venerables Sacerdotes.







Restauración de la iglesia

En el año 1707 la ciudad sufrió importantes lluvias que culminaron con una avenida del río Guadalquivir que provocó en toda la ciudad importantes destrozos afectando sobremanera a la zona de la calle de las Armas y por ende a la iglesia de San Antonio Abad y a la capilla de Jesús Nazareno que quedaron anegadas por completo. La capilla no se recuperaría de las continuas lluvias y crecidas de estos años y en 1719 el miedo a la ruina de la capilla hace que un sector de la hermandad, ante los escasos recursos económicos, proponga el traslado a otro templo. Pero finalmente la hermandad con el apoyo de la Orden de San Antonio Abad se decidió por restaurar la iglesia para lo cual contaron con un informe presentado al cabildo de los acreditados arquitectos Diego Antonio Díaz y Leonardo de Figueroa. Las obras comenzaron hacia el año 1725 con el proyecto modificado de Diego Antonio Díaz, que consistía en demoler algunos sectores dela capilla y la elevación de la cota del suelo para evitar más inundaciones y realización de nuevos retablos. Para estas obras la hermandad tuvo que vender algunos enseres además de no realizar la estación de penitencia algún año para destinar los ingresos a la obra. Estas obras finalizaron en el año 1749.

Es en el año 1761 cuando la hermandad remodela de forma ostensible la composición del cortejo penitencial. Por ejemplo, el acompañamiento de la Santa Cruz, a la que a partir de este siglo se le acompañó con cinco nazarenos, ya que tenía, y aun hoy se mantiene, la costumbre de que la Cruz de Guía no repose en el suelo no consagrado, pudiendo así entre los cinco nazarenos turnarse durante la estación de penitencia. En el año 1804, la hermandad renovó su Cruz de Guía, la cual hoy día conocemos, realizada en madera de caoba y añadidos en plata de ley. Esta vino a sustituir a la anterior, aun conservada, que fue realizada con madera traída ex profeso de la ciudad de Nazaret.









Pero sin duda la novedad más importante que se establece en esta remodelación es el acto de la Humillación, ceremonia en la cual, al regreso de la cofradía a la altura de la actual Plaza del Duque, el paso de Jesús Nazareno se hacía a un lado y se detenía esperando al paso de María Santísima; una vez llegado éste a su altura, se colocaban frente a frente y primeramente el paso de palio realizaba tres inclinaciones al paso del Nazareno y éste respondía con el mismo número de humillaciones. Después, conjuntamente, los dos pasos finalizaban el recorrido de la estación de penitencia hasta San Antonio Abad.






La Hermandad del Silencio ha mantenido una gran fidelidad a su iglesia de San Antonio Abad. Sin embargo, a causa de unas obras, en la Semana Santa de 1963 tuvieron que salir desde la iglesia de la Anunciación. En la imagen de arriba vemos el paso de Jesús Nazareno y en la de abajo, la Virgen de la Concepción. Como se advierte, hubo que suprimir la crestería de plata del paso de palio para que pudiera salir del templo.








En 1787, el Papa Pio VI disuelve la Orden Hospitalaria de Canónigos Regulares de San Antonio Abad con la que todas las pertenencias de ésta pasan a manos del rey ante lo cual la hermandad pide al monarca la cesión de la iglesia de San Antonio Abad la cual gestiona mientras aguarda la decisión real. La Real Orden llegará el 15 de diciembre de 1793 en la que Carlos IV cede a la hermandad la casa, la iglesia y el atrio.

A los pocos años del siglo XIX se produce la entrada de las tropas francesas en nuestra ciudad con el desastre que eso provocó en las obras de arte que ésta custodiaba. Ante esta situación la hermandad decide ocultar la imagen de Jesús Nazareno para preservarla de los saqueos, pero no pudo evitar que entre otros bienes usurpados estuviera el paso del Señor, realizado en carey y plata, ni tampoco se pudo evitar que en su huida los franceses quemasen una parte importante del archivo de la hermandad evitando males mayores la rápida intervención de los vecinos de la calle de las Armas que sofocaron el incendio.

No queda tranquila la hermandad después “del francés” pues de nuevo sobrevino la desgracia a la hermandad cuando en el año 1868 estalló la Revolución , poniendo en serio peligro a la hermandad y sus pertenencias pues entre los templos a incautar por parte de la Junta Revolucionaria estaba el de San Antonio Abad. Sólo la intervención de la camarera de la hermandad, Gertrudis Zuazo, logró salvar el derribo del templo. Esto consistió en que la señora Zuazo cedía parte de su casa, situada junto al templo, para que en ella se abriera la actual calle “El Silencio” con lo que el ayuntamiento cejó en su tarea destructiva e las dependencias de la cofradía.



Camarera perpetua doña Gertrudis Zuazo





Es también en este siglo cuando el Papa Pío IX proclama a toda la cristiandad, como Dogma de Fe, la Inmaculada Concepción de la Virgen María, dándose muestra de gran júbilo en toda la ciudad y más en la hermandad por lo que celebró un triduo engalanando todas las dependencias de la cofradía por tal motivo. La corporación recibió del Papa la concesión del uso del Guion con el se proclama como Dogma la Inmaculada Concepción de María en el 8 de Diciembre de 1854.

En todo el siglo XIX la hermandad dejó de celebrar la estación de penitencia en diversas ocasiones por motivos de inestabilidad política, la lluvia o el derrumbe del crucero de la Catedral que impidió el tránsito de las cofradías por su interior durante los años 1889 y 1890, con lo que la hermandad decidió suspenderla ya que no podía visitar el Monumento como establecía sus reglas.



Palio de la Dolorosa en el Monumento de la Catedral.



 Ya en el siglo XX, en 1902 realiza un nuevo paso para Jesús Nazareno y en 1928 aprueba la realización de un nuevo palio para la Santísima Virgen, estrenándose en 1930.










El paso de Jesús Nazareno estrenó en 1913 unos faroles que actualmente van en el paso del Señor de la Divina Misericordia, de la hermandad de las Siete Palabras, diseñados por Virgilio Mattoni. 



 












La Dolorosa que talló Cristóbal Ramos, a principios de siglo pasado, en el paso que había estrenado en 1872 y que salió hasta 1929.
La Dolorosa era una imagen atribuida a Cristobal Ramos, igual que el San Juan. El palio de crestería de plata fue realizado en 1847 por el orfebre Enrique Solis y Palomino.







La crestería de plata se reutilizó para adornar el actual altar de la Dolorosa en la iglesia de San Antonio Abad.
















Imágenes de los primeros años de la postguerra, aún con la Dolorosa que talló Cristóbal Ramos, pero ya en el suntuoso paso de plata, de Cayetano González





En el año 1954 se acuerda en cabildo general extraordinario por abrumadora mayoría la sustitución de la imagen de la dolorosa que tallara Cristóbal Ramos y que se encontraba en precario estado de conservación por la actual de Sebastián Santos.



 Este escultor dieciochesco, autor también del San Juan que conserva la cofradía, había a su vez aprovechado una talla anterior a la que añadió nueva mascarilla, tal y como se descubrió al intentarse una restauración de la Virgen en 1936. Esta interesante Dolorosa esta fechada hacia 1752, siendo originariamente de candelero .


Virgen que tallara Cristóbal Ramos. 






El paso de palio, con la Dolorosa, de Cristóbal Ramos, y San Juan, en la Campana, en la década de los treinta.





 Virgen de Cristóbal Ramos, aparece con su manto de camarín y su antigua corona de salida de Enrique Solís y Palomino (1864).



San Juan Evangelista obra de Cristóbal Ramos (1752)





 En 1954 la hermandad decidió en cabildo la sustitución de la imagen antigua por una nueva de Sebastián Santos. Esta nueva  talla permanecía en poder de su autor desde su factura tres años antes habiendo sido expuesta en la I Exposición de Artesanía en el claustro de Santo Domingo de Jerez de la Frontera junto con su boceto para el misterio de la hermandad de Santa Marta. Este misterio sería finalmente realizado por Ortega Bru al no llegarse a un acuerdo económico con Sebastián Santos Rojas .




La Virgen de la Concepción en una de sus primeras fotografías tras ser realizada por Sebastián Santos en 1951, donde se puede ver a la dolorosa sin corona.





La nueva Virgen de la Concepción fue adquirida para la cofradía por su hermano mayor don Álvaro Dávila y Garvey, Marqués de Villamarta, por la suma de veinticinco mil pesetas. Se trata de una imagen muy bella y que había sido realizada sin mediar ningún encargo por lo que es una obra muy personal en la que serviría de modelo para trabajos posteriores como la Virgen de los Dolores del Cerro del Águila y la Virgen de la Merced de Pasión. La inspiración humana para esta nueva imagen  fue una mujer llamada Prado Fal






Una vez bendecida la nueva imagen por don José Sebastián y Bandarán en la víspera de la Inmaculada de 1954, la antigua Virgen de la Concepción fue cedida a la familia Ybarra para seguir recibiendo culto.




Histórica procesión de la Virgen de la Concepción en 1954, cuando fue a la Catedral en la clausura del Congreso Mariano. El paso va por la Avenida, casi irreconocible. Fue la última salida de la antigua dolorosa de Cristóbal Ramos, que iba sola, sin San Juan, a plena luz de la tarde, y en un inusual exorno de claveles y rosas blancas, en vez del tradicional azahar







Otro momento de la Virgen de la Concepción (atribuida a Cristóbal Ramos), en la puerta de su templo, del 9 de mayo de 1954, extraordinaria por el Congreso Mariano Diocesano organizado por el Cardenal Segura. Como curiosidad, ese mismo día se estrenó la marcha Virgen de las Aguas, ya que ese Lunes Santo llovió y la Virgen de las Aguas de la Hermandad del Museo no pudo realizar estación de penitencia.







 Entonces se procedió a una restauración integral añadiéndosele telas encoladas tal, por Juan Abascal en 1965  De esta forma ha permanecido en la casa que posee en la calle San Vicente don Eduardo Ybarra Hidalgo, antiguo hermano mayor de la cofradía.



Virgen de Cristóbal Ramos restaurada por Juan Abascal.




La  Virgen aparece sin corona al haber permanecido en poder de la hermandad la corona de plata sobredorada, si bien, sería rápidamente sustituida como corona de salida por la actual, obra de Jesús Domínguez Vázquez, con la que ya hizo su primera salida la nueva imagen en la Semana Santa de 1955.












La Cruz del Nazareno

La Cruz con la que procesiona Nuestro Padre Jesús Nazareno es de madera de teca revestida de planchas de carey con cantoneras de plata labrada, y la posee la hermandad desde el primer tercio del siglo XVII, donada por Juan Leonel Gómez de Cervantes y Carvajal y por Juan de Cervantes y Casaús, residentes en México.








En 1983, Nuestro Padre Jesús Nazareno preside el Vía Crucis Cuaresmal del Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla.




Jesús Nazareno, llevado en andas, camino de la Catedral, en el Vía Crucis de las hermandades que presidió en 1983






Túnica de procesión

Los nazarenos visten túnica de ruan o percalina negra de cola con el escudo de la hermandad en el lado izquierdo del pecho.








El detalle





Tablas alegóricas de nazarenos que habitualmente pueden verse en la Iglesia de San Antonio Abad, pintados al óleo sobre madera en 1827 por autor desconocido.







Paso de palio. Cayetano González,  plata de ley









Techo de palio de la Virgen de la Concepción, diseñado por Álvarez Udell en 1916 y bordado por Hijos de Olmo ente 1916 y 1917. Está bordado en oro sobre terciopelo azul, y en su parte central sobre tisú de plata. Alrededor de la cruz de Jerusalén, emblema de la hermandad, que figura en la gloria del techo, se puede leer "¿Quién como María, Madre de Dios Concebida sin Pecado Original?" y el año "MDCXV", en el que tuvo lugar el Voto Concepcionista.

















Saya de salida de María Santísima de la Concepción, diseñada por Herminia Álvarez Udell en 1917 y bordada en oro sobre terciopelo morado por el Taller de Hijos de Olmo entre 1918 y 1919.








Artesanía Santa Bárbara y con diseño de Joaquín López González es la saya de besamanos de la Virgen de la Concepción. Fue bordada con hilos de oro y plata sobre terciopelo color jacinto y malla de oro.









Antigua saya de salida de la Virgen de la Concepción, bordada en oro sobre terciopelo azul por Patrocinio López en 1868.














Manto de salida de la dolorosa del Silencio, de cuyo diseño por Álvarez Udell, 1916.
 Está bordado en hilo de oro sobre terciopelo azul y su confección fue la forma que tuvo la hermandad de celebrar el tercer centenario del Voto Inmaculista (voto del Sangre que realizó la Hermandad del silencio en defensa de la pureza de María). Para su dibujo, la diseñadora se inspiró en el manto de la Virgen del Voto de la Hermandad Sacramental del Salvador, hoy
fusionada con Pasión, de 1687




























Túnica de salida de Nuestro Padre Jesús Nazareno, diseñada por Herminia Álvarez Udell en 1919 y bordada por el taller de Hijos de Olmo entre dicho año y 1922. Está confeccionada en terciopelo de seda morado con bordados en oro.












Túnica de terciopelo verde con bordados en oro de la talla de San Juan Evangelista de la Hermandad del Silencio. El diseño es de Herminia Álvarez Udell y el bordado del Taller de Hijos de Miguel del Olmo (1917-1918).






Un año antes, la misma diseñadora y el mismo taller realizaron también para San Juan el mantolín bordado en oro sobre terciopelo rojo.













Las bocinas de la Hermandad del Silencio, por su parte, están bordadas en oro y sedas sobre terciopelo morado (la del Nazareno) y azul (la de la Virgen), mientras que la orfebrería es de Gisbert y las piedras y los engastes son de Joyería Reyes. El diseño del bordado, que se confeccionó entre 1918 y 1919, corresponde a Herminia Álvarez Udell y el de la orfebrería a Fernando García Corona (1925).
















Antiguo Simpecado de la Hermandad del Silencio, bordado en oro sobre malla del mismo metal. El diseño es de Álvarez Udell (1917) y el bordado de Hijos de Olmo (1918-1919).








Reproducción del Simpecado diseñado por Herminia Álvarez Udell en 1917. Entre 2007 y 2008 el taller de Santa Bárbara reprodujo los bordados en hilo de oro sobre maya. A ellos se pasó la escultura de la Inmaculada y los ángeles tallados en 1918 por José Ordóñez.

















 Taller de Santa Bárbara, Guión de San Antonio María Claret, bordado en hilo de oro y sedas de colores sobre terciopelo morado entre 2001 y 2002, según diseño de Joaquín López González. En un lado del guión se encuentra el escudo de la hermandad y la fecha 4 de octubre de 1862, año en que San Antonio María Claret ingresó como hermano del Silencio. En el otro lado, el nombre del santo y su escudo.










Manto de besamanos de la Virgen de la Concepción, bordado por el taller de Santa Bárbara en hilo de oro y plata sobre terciopelo azul y malla en 2003. El diseño, claramente inspirado en las piezas bordadas para la Hermandad del Silencio por el Taller de Hijos de Miguel del Olmo y dibujados por Herminia Álvarez Udell, pertenece a Joaquín López González.













Escucha algunas de las marchas dedicada a los titulares de la hermandad.


CONCEPCIÓN INMACULADA Juan Antonio Pedrosa Muñoz. 2003

LA MÚSICA DEL SILENCIO Francisco Melguizo Fernández. 1981


LA PURÍSIMA Luis Ignacio Marín García. 2003



MADRE Y MAESTRA Francisco Grau Vegara. 2009







Video de Canal Cofrade Televisión 







VER ÁLBUN DE FOTOS 








Bibliografía

Enciclopedia de la Semana Santa de Sevilla del El correo de Andalucía

Historia de las cofradías de Sevilla del ABC

El poder de las imágenes, iconografía de la Semana Santa de Sevilla, del Diario de Sevilla 

Sevilla y su Semana Santa memoria de un siglo de ABC

http://www.hermandaddeelsilencio.org

http://periodistacofrade.blogspot.com

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