Karrera Oficial. : Historias de las Hermandades de Sevilla: Santa Cruz

Ilustre y Antigua Hermandad del Santísimo Sacramento y Nuestra Señora de la Paz, Fervorosa Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de las Misericordias, Santa María de la Antigua y Nuestra Señora de los Dolores.

El Cristo de las Misericordias

Regía la silla episcopal sevillana Marcelo Spínola, allá por 1904, cuando se fundaba esta hermandad en la parroquia de Santa Cruz parece ser que recogiendo lo mejor de otras corporaciones que habían residido en este templo, incluso antes de tomar su fisonomía actual, pudiéndose datar algunas de ellas de 1584.

Una de las primeras decisiones de la hermandad consistió en la restauración de la imagen del Cristo de las Misericordias, atribuida a Pedro Roldán datada entre 1670 y 1682, labor que llevó a cabo Emilio Pizarro haciéndole además una nueva cruz. También se adquirió una imagen de Nuestra Señora de los Dolores a este mismo imaginero.

Como decimos, la imagen del Santísimo Cristo es una talla anónima atribuida a Pedro Roldán o a su escuela aunque otros autores la sitúan salida de la gubia de Francisco Ruiz Gijón. La imagen está realizada en madera de cedro tallada y policromada tratándose “de uno de los crucificados de mayor valor histórico y calidad artística del barroco andaluz. Del mejor abolengo barroco, y en las facciones del rostro, dulce y anhelante. Jesús en actitud suplicante, se contorsiona sin estridencias. Sus manos están abiertas, el pie derecho monta sobre el izquierdo y la mirada se fija en el firmamento, en el firmamento, en el último hálito de vida que se le escapa, en el momento en que se encomienda al Creador antes de cerrar los ojos”.

Ese mismo año en 1904, la hermandad recibió sus ordenanzas aprobadas por el arzobispado siendo su primer hermano Francisco Pacheco Núñez de Prado y Aragón y Armenta, marqués de Gandul, y su primer director espiritual el párroco de Santa Cruz, Sinforiano Muñoz de Rodas efectuando su primera estación de penitencia al año siguiente desde el Convento Madre de Dios al no caber las andas por la puerta de la parroquia y sobre el paso del Triunfo de la Santa Cruz de la hermandad del Santo Entierro al que se adaptó cuatro faroles y con un cortejo compuesto por 111 nazarenos. Pero esta primera salida en estación de penitencia deparó la curiosidad de que la cofradía no entrase en la catedral. Cuentan las crónicas que “después de salir a las 7,30 se realizó el recorrido oficial con gran lentitud, por lo cual no fue posible entrar en la Catedral, debido a lo avanzado de la hora, así que la cofradía regresó al convento después de las once, sin haber realizado su estación”. Al año siguiente ya se pudo salir desde la parroquia puesto que las andas que se utilizaron, cedidas por los padres calasancios y que utilizaban para sacar a su patrón San José de Calasanz, era más pequeñas que las utilizadas el primer año. Para esta ocasión ya acompañaba al paso la música de capilla. No fue hasta la Semana Santa de 1910 cuando la cofradía estrenaba paso propio ya que adquirió unas andas que pertenecía a la hermandad de la Amargura desde 1841 realizadas por Rodríguez Espinosa.

Cristo de la Misericordia en 1906. La imagen corresponde a la segunda salida penitencial. A los pies de la Cruz y abrazada a la misma aparece la Virgen de los Dolores realizada por Emilio Pizarro (hoy en día con la advocación de Santa María de la Antigua). Las imágenes aparecen sobre las andas neogóticas, cedida por los Padres Escolapios y que eran utilizadas para la procesión de San José de Calasanz. En 1910 la Hermandad adquiría ya unas andas propias que pertenecían a la Hermandad de la Amargura.

El paso de Santa Cruz en 1915, con el Crucificado y la primitiva Virgen, obra de Emilio Pizarro, a sus pies. Este paso fue adquirido en 1910 a la hermandad de la Amargura, la cual lo utiliza en su salida procesional hasta 1921. Los cuatro faroles y dos ángeles perece ser que procedía de la Hermadad de la Vera Cruz.

Eran estas unas andas de estilo corintio a las que se adaptaron unos faroles prestados por la hermandad de la Vera-Cruz. Para completar el conjunto del Monte Calvario, se adquirió también en 1912 una de las santas mujeres perteneciente a la hermandad del Calvario y que había tallado Ángel Álvarez en 1888 pero duró poco esta iniciativa y dos años después se devolvió a la hermandad de la madrugada pues su adaptación como dolorosa colocada a los pies del Cristo no fue del todo satisfactoria para los gustos de los cofradía de Santa Cruz volviéndose a colocar en el paso la imagen que tallara Pizarro la cual se podía ver arrodillada tras la cruz.

Imagen de 1920, con la Virgen de la Antigua y Siete Dolores en el paso del Cristo de las Misarcordias.
Por concesión del cardenal Almaraz, figuraría a los pies del Cristo la imagen de Nuestra Señora de la Antigua y Siete Dolores, que fue titular de su extinguida Hermandad en San Pablo el Real. Desde el año 1776 no se sacaba en procesión. Volvió a salir al año siguiente.

En el deseo de completar un conjunto iconográfico al gusto de los hermanos, se solicitó autorización al cardenal Almaraz para que pudiera procesionar junto al Cristo de las Misericordias la imagen de Nuestra Señora de la Antigua y Siete Dolores, atribuida a Pedro Roldán, gubiada entre 1650 y 1655, la cual se encontraba en la parroquia de la Magdalena sin recibir culto alguno y sin procesionar desde 1776. Esta estampa pudo verse dos años, en 1920 y 1921, pues la hermandad, que en principio quiso adquirir esta imagen, desechó la idea por motivos económicos y porque los expertos consideraban que el conjunto quedaba algo desproporcionado por lo que no se pudo hacer con esta impresionante talla de dolorosa que con manos entrelazadas eleva una mirada suplicante.

En 1922 se pudo ver por primera vez el impresionante paso que Cayetano González diseñó para la cofradía realizado por Manuel Casana, y al que se le incorporaron tallas en las cartelas de Rafael Rodríguez Blas, Miguel Castro y Esteban Rodríguez. Ese año acompañó al Cristo una dolorosa cedida para la ocasión por Fernando Ybarra la cual sólo procesionó dos veces volviendo de nuevo en 1926 a procesionar la dolorosa de Pizarro colocada en esta ocasión en un lateral de paso y no tras la cruz como había sido habitual en años anteriores. Ese año la hermandad había celebrado el quinario cuaresmal en el oratorio del Hospital de los Venerables Sacerdotes.

Paso del Cristo de las Misericordias con la Virgen de Pizarro, en 1926, ya en el paso neogótico que había estrenado en 1922, con los candelabros de forja.

La reforma del paso

A mediados de la década de los cuarenta se procedió a la reforma del paso del Cristo de las Misericordias agrandando el canasto en intercalando dos capillas más a cada lado a la vez que se remodelaban los respiraderos. Los trabajos de madera corrieron a cargo de José Pérez Calvo mientras que Bonilla procedió a la realización de nuevas pinturas. Al poco tiempo, en 1953, la talla del Cristo fue de nuevo restaurada tras el incidente producido al ser subido al paso en el cual se le desprendió uno de los brazos. Los trabajos necesarios para volver la imagen a su aspecto habitual tuvieron la responsabilidad de José Rivera García. Se sabe que procesionaba junto al Cristo una imagen de Nuestra Señora de los Dolores que los expertos atribuían a Blas Molner de mediados del siglo XVIII. Esa imagen es la que procesionó bajo palio desde 1965 a 1967 hasta que fue sustituida por la que realizó Antonio Eslava en 1968.

El paso de Cristo a finales de los años cincuenta. La Virgen que va a los pies del Cristo de las Misericordias es otra, atribuida a Blas Molner.

Para poder procesionar bajo palio, la imagen de Molner fue restaurada por Juan Abascal quien la añadió nuevo candelero. Esta imagen puede contemplarse en la localidad onubense de Bonares donde recibe culto en la parroquia de la Asunción con el título de Nuestra Señora del Rosario.

Nuestra Señora de los Dolores, 1963. En esta fotografía la vemos con la corona obra de García Armenta y el manto de estilo.

En el Libro de Actas de la Cofradía de Santa Cruz, consta que esta imagen, atribuida a Blas Molner, fue donada por Fernando Ybarra el 15 de mayo de 1957. Blas Molner Zamora fue un escultor valenciano, nacido en 1737 y afincado en Sevilla, al menos, desde 1766.
Originalmente se hallaba arrodillada y miraba al cielo, con los brazos abiertos en señal de súplica hacia el Padre. En 1963, el imaginero sevillano Juan Abascal Fuentes realizó una profunda remodelación de la figura para que pudiera procesionar bajo palio en actitud estante, para ello, modificó su posición tallando una nueva cabeza con cabellera simulada, y labró nuevas manos y candelero cónico. Ante estas reformas, se puede decir que Abascal labró una imagen nueva, conservando la mascarilla de la primitiva.

En 1967, la Hermandad de Santa Cruz decide labrar una nueva titular mariana, encomendándose su ejecución al imaginero sevillano Antonio Eslava Rubio e iniciándose gestiones para trasladar la anterior Dolorosa a la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, situada en Bonares (Huelva). Actualmente, en lugar de Nuestra Señora de los Dolores, recibe la advocación de Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos y es titular de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración.

La idea de sacar en procesión el paso de palio se forjó en un cabildo general celebrado en el mes de mayo de 1962 siendo hermano mayor Antonio Laguillo Infantes.

Solo en el paso

La década de los sesenta fue bastante prolífica en la hermandad. En 1964 se pudo ver por primera vez procesionar al crucificado sin acompañamiento de ninguna imagen si bien tampoco pudo salir el paso de palio al no estar concluida la obra y ya encontrarse la dolorosa remodelada y erguida. De esta forma, solo en el paso, se puede ver hasta la Semana Santa de 2004.

En 1965 el titular de la hermandad participó en las misiones generales siendo trasladado hasta el barrio de los Remedios para presidir un acto que se celebró en las instalaciones del Círculo de Labradores. Ese año fue el del estreno del paso de palio si bien el paso fue concluido al año siguiente en su labor de bordados en las bambalinas y techo.

Como hemos visto, la hermandad utilizó desde su fundación como imagen dolorosa la talla de Emilio Pizarro, una de las Marías de la hermandad del Calvario, la Virgen de la Antigua y la imagen atribuida a Molner que regaló Fernando Ybarra. Por todo ello, gobernando la hermandad la junta de gobierno dirigida por Ricardo Laguillo Martín, en 1967 se decide realizar la talla de una nueva dolorosa. Ese mismo año era bendecida la talla que para la hermandad realizara el imaginero Antonio Eslava por lo que recibió treinta mil pesetas

El profesor Roda Peña aporta datos sobre esta imagen apuntando que “inclina su cabeza a la derecha, mira hacia lo alto. Reproduce el modelo, con pequeños distingos, de Nuestra Señora de los Dolores y Misericordia, cotitular de la cofradía de Jesús Despojado de sus Vestiduras. En este caso, el artista ha rejuvenecido el rostro de María”. Precisamente, ese mismo año de la adquisición de la nueva dolorosa, la imagen del Crucificado había presidido el viernes santo el “Sermón de las Siete Palabras” que realizó en la iglesia de la Anunciación y que había sido organizado por la hermandad del Valle tras la petición realizada al efecto por el cardenal Segura. En 1968 la cofradía se une a la corporación dedicada al culto de Santísimo que radicaba en la parroquia desde el siglo XVII.

En 1976, un año después de que se estrenara el paso de Cristo de estilo neogótico, tallado por Antonio Martín y dorado por Luis Sánchez Jiménez con tablas góticas de Francisco García Gómez, el Consejo de Cofradías instituía el Vida Crucis que todos los años se celebraba el primer lunes de cuaresma.

Para la realización de esta iniciativa del Consejo, presidido en aquellos años por José Sánchez Dubé, cada año se trasladaría a la Catedral una imagen para presidir este acto de culto. La primera de las imágenes que participó en el mismo fue la del Cristo de las Misericordias de la hermandad de Santa Cruz.

El Cristo de las Misericordias fue la primera imagen escogida por el Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla para que presidiera su anual Vía Crucis en la Cuaresma del año 1976.

En 1996 fueron recuperados los respiraderos que habían formado parte del paso realizado por Cayetano González a los cuales se unió unos faldones realizados en el taller de Francisco Carrera Iglesias.

En 2002 Enrique Gutiérrez Carrasquilla procedía a la restauración de la imagen de Nuestra Señora de los Dolores.

En 2002 la cofradía aprobó en cabildo general extraordinario la restitución al culto de la primitiva dolorosa que tallara Emilio Pizarro en este caso bajo la advocación de “Santa María de la Antigua”.

En el mes de noviembre del mismo 2003, también el cabildo general determinó la inclusión de talla en el paso de Cristo a los pies del crucificado para procesionar en la estación de penitencia hecho que se producía al año siguiente coincidiendo con los actos conmemorativos de los primeros cien años de existencia de la corporación.

Túnica de procesión

El hábito de nazareno está compuesto por túnica de cola y antifaz confeccionado en ruan negro. Cinturón de esparto y zapatos negros.

El detalle

Cruz de Guía. Plata repujada, orfebrería Delagado López, 1998.
Reproducción prácticamente exacta de la monumental obra que precide la plaza que lleva el mismo nombre que la parroquia en que reside la corporación, por ser donde se alzaba el primitivo templo de dicho nombre. A la misma se le ha adicionado el escudo de la corporación en el crucero, mientras descansa sobre un templete con un relicario.