Historia de las hermandades de Sevilla: La Sagrada Mortaja

 


Antigua, Real e Ilustre Hermandad de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús Descendido de la Cruz en el Misterio de su Sagrada Mortaja y María Santísima de la Piedad.






La leyenda del hallazgo


De nuevo en una hermandad sevillana nos encontramos con el hermoso y apasionante caso de unos orígenes que el tiempo cubrió de nieblas, por lo que se tienen pocos datos, y el hallazgo de una imagen cuya devoción dio lugar a la creación de una cofradía.


Investigaciones recientes ya sitúan a comienzos de XVI la existencia de un hospital llamado de la Piedad en la collación de San Lorenzo que era propiedad del gremio de corredores de bestias. Por su parte, el Abad Gordillo informa que en 1518 ya existía a hermandad con sede en la parroquia de Santa Marina. Esta hermandad de luz nacería al abrigo de la leyenda o tradición del hallazgo en un hueco de la torre de la iglesia de una pequeña imagen de la Virgen con el cuerpo muerto de su Hijo en brazos realizada en barro. 


Grupo escultórico de terracota  de estilo gótico de principios del siglo XVI , que representa  al Virgen con su Hijo muerto en brazos y que dio origen a la fundación de la Hermandad de la Mortaja y que según la tradición la encontró un ladrón en la torre de la Iglesia de Santa Marina y que hoy la Hermandad conserva lógicamente como un tesoro.





Mientras la corporación residía en Santa Marina, Andrés de Segura fundaba en 1571 el convento de Santa María de la Paz para que fuera ocupado por la orden de las monjas agustinas y que con el tiempo se convertiría en la sede actual de la hermandad.



Arriba misterio en el interior de la Santa Marina y en la de abajo saliendo por las puertas de Santa Marina en 1900.








Misterio de la Sagrada Mortaja en el interior de su entonces Sede en la Iglesia de Santa Marina, en los años 20 del siglo XX.




Hasta prácticamente el final de la centuria no se aprobaron las primeras reglas penitenciales de la corporación la cual ya había solicitado agregarse a la iglesia de Nuestra Señora del Pópulo y unos años después, teniendo el permiso de los monjes del convento de San Basilio, redactaba acta ante el escribano Agustín Francisco con la intención de trasladarse al mismo, aunque este traslado jamás llegó a formalizarse. Por estos años realizaba la estación de penitencia el Viernes Santo a la una de la tarde.


Azulejo de Nuestra Señora del Pópulo, el cual se encontraba sobre la puerta de entrada al convento de Nuestra Señora del Pópulo, convento que levantó en 1624, los monjes Agustinos Descalzos. El convento, que después fue la cárcel Nuestra Señora del Pópulo, se alzaba en la calle Pastor y Landero, concretamente el solar donde hoy se levanta el Mercado del Arenal.




La década de los setenta de este siglo XVII que nos ocupa trajo a la hermandad hitos importantes como fue la recepción de las imágenes que conforman el misterio realizadas en el taller de Pedro Roldán así como la de Nuestro Padre Jesús Descendido de la Cruz que tallara Cristóbal Pérez y la imagen de la Virgen de la Piedad desconociéndose el autor de la imagen de la dolorosa. Además, la corporación adquiría el edificio del templo de Santa Marina obteniendo en propiedad la capilla y demás dependencias. 





Ya por estas fechas se tiene constancia de que el gremio de escribanos y alguaciles comenzaron a formar parte de la hermandad obteniendo por ello grandes ingresos.


Vestida de hebrea y en una antigua fotografía, vemos el bello rostro de la Virgen de la Piedad de la Sagrada Mortaja.






Los torcedores de la seda


El comienzo del siglo XVIII trajo nuevas reglas en las que se especificaba que la salida procesional tendría lugar el Viernes Santo por la tarde en la que la hermandad en la que la hermandad sacaría la calle dos pasos siendo el primero el de la Santa Cruz y el segundo el del misterio de la Sagrada Mortaja. Se da la circunstancia que en la Semana Santa de 1708 el provisor del arzobispado no autorizó la procesión por lo que en su lugar la hermandad hubo de sustituirla por la celebración del oficio de tinieblas, el miserere y el oficio de pasión todo dentro del templo. Fue a mediados de este siglo cuando entra a formar parte de la nómina de las hermandades los componentes del gremio de torcedores de la seda del cual se cuenta que enriqueció la cofradía de alhajas y propiedades que desaparecieron posteriormente.


De 1750 se conocen dos datos interesantes como son la celebración de una procesión de rogativas para implorar la lluvia y la constatación de que participaban mujeres en la estación de penitencia. Al año siguiente, el Viernes Santo, la cofradía regresó a su templo desde la Plaza de San Francisco sin llegar a la catedral tras negarse a pasar bajo el balcón del Palacio Arzobispal.


Grabado del año 1751 con el misterio de la Mortaja.




Las monjas agustinas que regentaban el convento que con los años sería la sede de la hermandad, concertaban con José Fernando de Medinilla la hechura de un retablo para el altar principal de la iglesia que es el que ha llegado a nuestros días y sirve de cobijo actualmente a las imágenes de la cofradía.


Retablo Mayor, de mármol, construido en el año 1752, obra de José Fernando Medinilla,  presidido por el conjunto escultórico del siglo XVII , con Jesús Descendido de la Cruz  y la Virgen de la Piedad, acompañados de los Santos varones José de Arimatea y Nicodemo, San Juan, María Salomé, María Cleofás y María Magdalena, obras del circulo de Pedro Roldán. A su lado las imágenes de San José y Santa Bárbara. En la parte alta la Virgen de la Paz, de gloria, en imagen de vestir del siglo XVI, y en el ático San Agustín acompañado de religiosos de su orden, y a su lado Santa Mónica y Santa Clara de Montefalco.




En 1792 la hermandad se vio obligada a la redacción de nuevas reglas pues las que tenía hasta ese momento fueron retiradas por una orden del rey Carlos III, con la urgencia de hacerlo de una forma rápida ya que la hermandad podría ser declarada extinguida con la pérdida de todos sus bienes. Este nuevo ordenamiento se aprobó al año siguiente recogiendo de forma expresa la costumbre que años antes había adoptado la hermandad de colocar dieciocho ciriales delante del paso de misterio.





Descendido de la Cruz


El nuevo ordenamiento, por indicación de Consejo de Castilla, hubo de recoger también el cambio de título de ”Sagrada Mortaja de Nuestro Redentor Jesucristo” por el de “Nuestro Padre Jesús Descendido de la Cruz y Nuestra Señora de la Piedad”. La salida de la cofradía tendría lugar en la tarde del Viernes Santo y se autorizaba a la hermandad a sacar el paso alegórico del sol eclipsado.


Año después, con el objeto de recaudar fondos para los fines de la hermandad, los cofrades solicitaron de la Real Maestranza la posibilidad de realizar una corrida de toros la cual se llevó a cabo y en la que se lidiaron reses de Joaquín Pérez de la Concha actuando los diestros “El Marinero” y “Punteret”. 


En 1907 la reina de Portugal, María Amelia de Orleáns, y su hijo el heredero del trono, Luis Felipe Braganza y Orleáns, son propuestos para el cargo de hermanos mayores honorarios celebrándose con ese motivo una solemne función religiosa en acción de gracias.


En los principios de este siglo pudo verse la curiosa estampa en el paso de misterio de que éste estuviera iluminado por tres focos de acetileno con el objetivo de dar mayor luminosidad al conjunto.


Varios años después, en 1927, se suprimirían las pilastras de las esquinas del paso siendo sustituidas por cuatro esquinas talladas y doradas siguiendo el estilo de lo respiraderos. En fechas siguientes Manuel Casana realizaba un altar portátil para los cultos anuales mientras que Salvador Domínguez gubiaba en madera oscura la Cruz de Guía de las denominadas de maguilla, inspirándose en una antigua cruz procesional de la hermandad de la Divina Pastora de Santa Marina.






Llagamos a 1936, ese mismo año la lluvia había impedido la salida de la cofradía en la que, curiosamente se iba a contar con el acompañamiento musical de la Centuria Macarena y de la Banda de Música del Maestro Tejera. Resulta llamativo a estas alturas que la hermandad llevara dos bandas de tanta categoría por aquellos años y ahora sobrecoja el impresionante silencio que rodea a la procesión. Durante los sucesos del 18 de julio era incendiada la parroquia de Santa Marina salvándose las imágenes que se hallaban ocultas. 



  

Iglesia de Santa Marina tras el incendio de 1936.




La imagen del Cristo llevada al taller del artista imaginero Sebastián Santos mientras que la Virgen de la Piedad fue ubicada en el domicilio de Guillermo Serra que por aquellos años era cónsul honorario de Checoslovaquia. El resto de las imágenes que completan el misterio se guarnecieron en una casa que en la Florida tenía Manuel Alarcón. También fueron ocultados los ángeles de las andas procesionales y el grupo escultórico de la Piedad que fue origen de la hermandad en la casa del hermano de la cofradía Francisco Sousa, en la calle San Luis. El incendio destruyó la iglesia de Santa Marina por lo que la hermandad se vio obligada a trasladarse a la iglesia del antiguo Convento de Santa María de la Paz, que se encontraba cerrada al culto obedeciendo decreto del cardenal Eustaquio Illundain por las pequeñas dimensiones de la misma.


Imagen de principios del siglo XIX, vemos al siempre impresionante misterio de la Sagrada Mortaja recibiendo cultos en su antigua sede de Santa Marina.




El traslado motivó que se realizaran las oportunas obras de adaptación y acondicionamiento de la iglesia teniéndose incluso que construir una nueva puerta de acceso al compás.







Besamanos extraordinario organizado por la Hermandad de la Sagrada Mortaja a la Virgen de la Paz el 19 de marzo de 1939, con motivo de serle impuesta la actual diadema de plata labrada y dorada que acababa de realzarle por entonces el orfebre Emilio Landa. 





Mañana del 19 de Marzo de 1939: Momento en que, en el exconvento de La Paz, le es impuesta por el Padre Jerónimo Armario a la Virgen de la Piedad de la Sagrada Mortaja la actual diadema de plata  labrada y dorada que acababa de realizarle por entonces el orfebre Emilio Landa.






Cesión del uso del templo


Figura importante y tradicional de esta corporación en su procesión del Viernes Santo es la del muñidor que delante de la Cruz de Guía y revestido de ropón negro y escudo en el pecho, avisa de la llegada de la comitiva. La hermandad recuperó esta figura en la Semana Santa de 1946. En esa misma década se celebró por vez primera un besamanos a la Virgen de la Piedad.


La estancia de la hermandad en la iglesia del convento motivó que continuaran sus obras de adecentamiento. En 1950 se remozó la pavimentación, decoración de toda la iglesia y sacristía. Al año siguiente, la cofradía conseguía de la autoridad eclesiástica el uso en usufructo del templo por decreto del cardenal Pedro Segura.


Madre de la Piedad y al Hijo descendido de la Cruz, en fotografía tomada en el Besamanos organizado en el año 1948 por su Hermandad de la Sagrada Mortaja. 




En 1961 varios actos conmemoraron el veinticinco aniversario de la llegada al convento. Uno de los más importantes consistió en un Vía Crucis por la feligresía con la imagen de Nuestro Padre Jesús Descendido de la Cruz acompañado del muñidor y los dieciocho ciriales.


Las misiones generales de 1965 motivaron el traslado de la imagen de Nuestro Padre Jesús Descendido de la Cruz a la barriada del Cerro del Águila. La particularidad del traslado consistió en que se realizó en un vehículo acondicionado al efecto.



En ambas imágenes se ve al Cristo y a la Virgen llevados a hombros el Domingo de Resurrección de 1975. A causa de la lluvia, se había quedado en a Catedral el Viernes Santo y, tras desmontarse el paso, retornaron discretamente hasta su iglesia del convento de la Paz.









La adaptación de la iglesia


Habían pasado tres lustros desde que la hermandad obtuvo el usufructo de la capilla del convento de Santa María de la Paz cuando la cofradía solicitó la permuta de la capilla y dependencias que aún tenía en Santa Marina por la que actualmente ocupaba en Bustos Tavera. El 4 de noviembre de 1966 el vicario accedió a la petición que fue refrendada tres años después por el cardenal José María Bueno Monreal.


A primeros del presente siglo, la hermandad restauró el coro bajo, convirtiéndolo en sala de exposición ocupando el centro las andas procesionales. Después se hizo lo propio con el coro alto acogiendo los fondos de la biblioteca donada por Antonio Migens López.


En el coro bajo se encuentran el paso de la Hermandad de la Sagrada Mortaja, la Cruz de Guía,  y distribuidos por distintas vitrinas los ciriales, candelabros, mantones de la Virgen, etc. 





Las imágenes


Como ya hemos apuntado, la imagen del Cristo es de Cristóbal Pérez esculpida en 1677. En 1916 y 1999 se procedió a su restauración por Juan Luis Guerrero y Juan Manuel Miñarro respectivamente.




La Virgen es de autor anónimo y pudo se esculpida un año antes que el Cristo. Fue restaurada por Manuel Gutiérrez Reyes-Cano en 1884 y por Juan Luis Guerrero el mismo año que el artista restauró al Cristo.




El primer lunes de cuaresma de 2002 las imágenes de Nuestro Padre Jesús Descendido de la Cruz y Nuestra Madre de la Piedad presidieron en la catedral el anual Vía Crucis organizado por el Consejo de Cofradía. En el cortejo de hermanos figuraron tanto el muñidor como los dieciocho ciriales.


  



El resto se realizó en la misma centuria que los titulares y está atribuida su talla al taller de Pedro Roldán. Las imágenes son San Juan Evangelista, las santas mujeres, Nicodemo y José de Arimatea. El conjunto del misterio fue restaurado por Manuel Gutiérrez Reyes-Cano en 1884 si bien este propio escultor había restaurado también a la Magdalena en 1865. En posteriores intervenciones Gumersindo Jiménez Astorga actuó sobre la imagen de San Juan en 1886. Juan Manuel Miñarro talló el pelo a la Magdalena en 1986.


  

San Juan Evangelista  y  Nicodemo



José de Arimatea  y  María Magdalena



María Cleofás  y  María Salomé 





Espléndidas andas


Las magníficas andas sobre las que procesiona el misterio son de las más antiguas de la Semana Santa de Sevilla fechadas en 1710 desconociéndose quien las realizó. Son de estilo barroco con cartelas en las que se representa escenas de la vida y pasión de Jesús. En las esquinas se colocan cuatro ángeles pasionarios y cuatro querubines.









 En un cabildo celebrado el día 12 de octubre de 1710 se decidió encargar un nuevo paso para el misterio titular de la hermandad de la Sagrada Mortaja, entonces radicada en Santa Marina.

Para ello se enajenaría el antiguo y se venderían algunas piezas de platas que pudieran sufragar el nuevo gasto. En un acuerdo de 12 de febrero de 1711 se nombraría una comisión para el dorado del nuevo paso, un data que constata la rapidez del proceso de realización de la obra.

Estudiado por el profesor Roda Peña, se desconoce el autor de estas andas singulares, aunque se suele apuntar la posible autoría de Pedro Roldán “el Mozo” (1665-1720) como posible autor de las andas. Junto a las características técnicas de la obra, que recuerdan a obras documentadas del autor como el retablo del Nazareno de la iglesia de la Victoria de Osuna, sustentaría esta atribución la presencia del autor como hermano en el mismo año 1710. Unas andas que tienen como excepcionalidad el hecho de que se hayan conservado, prácticamente intactas, desde su realización en el siglo XVIII hasta nuestros días, siendo las únicas conservadas en la actualidad de esta centuria.

Un canasto caracterizado por una carnosa hojarasca barroca entre la que se insertan seis relieves que representan la escena del Despedimiento, una singular iconografía que en Sevilla tuvo hasta cofradía propia radicada en la parroquia de San Isidoro, la Oración en el Huerto, la Verónica en la calle de la Amargura, Jesús clavado en la cruz, el Calvario y el Descendimiento. Todos estos relieves, desgraciadamente en el siglo XIX se vendieron al anticuario Joaquín Pérez otros dos medallones de paso, siguen los modelos habituales del taller de Roldán del último tercio del siglo XVII, recordando a otras composiciones conservadas como las cartelas del paso de la Exaltación o del misterio de la Cena. Destacan especialmente las abigarradas composiciones del Encuentro en la calle de la Amargura, con personajes de estética “roldanesca” en los sayones vestidos a la turca o en el grupo de la Virgen María. También destaca el relieve que representa el Calvario, que incluye a los ladrones en un conjunto que recuerda la composición de los grandes misterios sevillanos del siglo XVII y que, en un reducido espacio, llega a insertar la imagen a caballo del centurión de Longinos, el centurión romano.

Consta en el estudio del profesor Roda Peña que las molduras y las rosas de talla del paso fueron doradas de nuevo por Manuel Escribano entre noviembre de 1848 y febrero de 1849, trabajo por el que percibió la cantidad de 670 reales, intervención que pudo venir motivada por varias lluvias que sufrieron las andas en su procesión en las décadas de 1830 y 1840. Cuando González de León realizó su estudio sobre las cofradías sevillanas se lamentó del estado de la obra, por haberse empleado pintura al óleo sobre alguna partes doradas de la obra, aunque insistió en que era una obra “de las buenas, calada de labores caprichosas de medias cañas y contornos que forman su perfil”, aludiendo a las ocho tarjetas ovaladas “con muy buenos bajorrelieves con pasajes de la Pasión de Jesús” , ya que en aquel momento no se había  vendido todavía los relieves citados.








En el año 1861 se restauró el paso, posiblemente aquí se eliminaron los repintes a los que aludía González de león, conociendo las andas otras intervenciones posteriores entre los años 1882 y 1885. De hecho, se anotan en estos años numerosos apuntes de gastos destinados “a la obra del paso”. Según Roda Peña la reparación y mejora del canasto debió realizarse en el taller de José de la Peña y Ojeda, siendo tallados sus nuevos respiraderos por Antonio Cruz Gómez, que cobró 650 reales. En este momento se añadieron ocho candelabros de guardabrisas tallados por Antonio Domínguez Vaquero, que también talló las esquinas de la canastilla, insertándoles tarjas con escudos. En este momento también se perdieron las dos cartelas que fueron vendidas, desgraciadamente, a un anticuario, desconociéndose cuáles serían sus motivos representados. Fue Manuel Gutiérrez Cano el encargado de restaurar los ángeles, relieves y escudos del conjunto. El paso se doró de nuevo en el taller de Julio Rossy, que acabó de cobrar los 13.000 reales de esta actuación en el año 1890.

Una nueva intervención llegó en el año 1929, cuando se tallaron las esquinas de los respiraderos a juego con las del canasto, eliminándose las pilastras que tenían anteriormente. En ese año de reinvención costumbrista de la estética de la Semana Santa también se le añadieron las cuatro maniguetas y se estrenaron unos faldones de terciopelo negro con galones de oro, dorándose de nuevo todo el conjunto. Entre los años 1980 y 1981 todavía habría una nueva intervención en el dorado del paso a cargo de Francisco Bailac y de Manuel Calvo Camacho.



Las andas del misterio de la Mortaja se completan con cuatro ángeles mancebos en sus esquinas de una notable calidad, tallas elegantes y dinámicas en cuyos ropajes se puede observar un recuerdo de piezas similares de Luisa Roldán o del taller de Pedro Roldán, un ejemplo más de la larga pervivencia de sus formas en la escultura de siglo XVIII. Por su calidad se han atribuido a la posible mano de un joven Pedro Duque Cornejo, el nieto continuador del taller de Roldán, un conjunto, junto a los ángeles querubines que aparecen a los pies de los candelabros laterales, que recuperó su esplendor con la restauración de Juan Manuel Miñarro en el año 1993.

Un conjunto único en Sevilla: es el único ejemplar conservado casi en su integridad desde el siglo XVIII. Más de tres siglos haciendo único un misterio que es único.






Una bella túnica


De mediados del siglo XIX data el modelo de túnica que actualmente visten los cofrades de esa hermandad. El cabildo de hermanos aprobó en 1865 que las túnicas fueran moradas con capa y antifaz negro y cíngulo amarillo. En 2004 se recuperó en la capa el anagrama “PD” representativo de la “Piedad”.












¿Por qué 18 ciriales?


Por tradición se dice que fueron dieciocho las luces que alumbraron el entierro de Cristo. Otra versión habla de la relación con los escribanos y el hecho de que tras la reconquista parece que hubo inicialmente dieciocho oficios o escribanías en la ciudad.









Escucha algunas de las marchas dedicada a los titulares de la hermandad.


"Sagrada Mortaja" de José Albero Francés (1986).


"Sagrada Mortaja" de Sergio Asián Almanza (2015)


"Música de capilla para el Misterio de la Sagrada Mortaja " de Paulina Ferrer Garrofé (1993)


"Sagrada Mortaja" de Juan Antonio Pedrosa Muñoz (1981)


"Sagrada Mortaja y Piedad" 


"Sagrada Mortaja de Sevilla" de José de la Vega (1992)


"Muñidor" de  José de la Vega (1991)








Video de Cinturón de Esparto 








VER ÁLBUN DE FOTOS 







Bibliografía


Enciclopedia de la Semana Santa de Sevilla del El correo de Andalucía

Historia de las cofradías de Sevilla del ABC

Sevilla y su Semana Santa memoria de un siglo de ABC

http://hermandadsagradamortaja.org

https://sevilla.abc.es/pasionensevilla

http://lasevillaquenovemos.com

https://www.elpasadodesevilla.com

https://www.visitarsevilla.com

https://forocofradias.foroactivo.com


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