Historia de las Hermandades de Sevilla: La Carretería



Pontificia y Real Archicofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Salud, María Santísima de la Luz en el Sagrado Misterio de sus Tres Necesidades al Pie de la Santa Cruz, San Francisco de Paula, Gloriosa Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo y Nuestra Señora del Mayor Dolor en su Soledad.







Una luz oculta

“Entre los divinos simulacros ocultos, hallados en esta ciudad después de la reconquista, se enumera una imagen de la Santísima Virgen, como de vara y cuarto de alto, hallada según tradición constante, por los años de 1550, en el sitio del Arenal, por un oficial de Tonelero, mediante una brillante luz que iluminando cual antorcha refulgente, el lugar en que se ocultaba, dio a conocer tan celestial tesoro (…) venerada esta Efigie, desde entonces, con el título de Luz por la que fue causa de hallazgo”.

Así contaba José Bermejo la historia que sirvió para el nacimiento de la hermandad de la Carretería. En 1550 un oficial del gremio de toneleros encontraba una imagen de la Virgen enterrada en una alcantarilla del arroyo Tagarete, en el Arenal, colocada allí supuestamente en los tiempos de la dominación árabe.

La tradición narra que la imagen se hallaba rodeada de luz. La advocación escogida pues por la hermandad que se fundó fue la de Nuestra Señora de la Luz compuesta sólo por niños. Como curiosidad, la pequeña imagen fue colocada en un domicilio particular.

La hermandad residía en el Hospital de San Andrés, del gremio de los toneleros situado en la actual calle Techada. Se aprobaron sus primeras reglas de penitencia en 1586 por el provisor Iñigo de Lizañana en tiempos del cardenal Rodrigo de Castro.

Un año después de la aprobación, la hermandad se vio obligada a salir de su residencia. En 1587 el arzobispo de Sevilla Rodrigo de Castro Osorio decretó la reducción de los hospitales gremiales lo que motivó que hubiera de salir del barrio del que estuvo fuera hasta 1761 pasando por la iglesia de San Miguel, y la iglesia del Colegio de San Francisco de Paula, de la Orden de los Mínimos, en la actual calle Trabajo. Durante el tiempo que la hermandad residió en el colegio mantuvo un pleito con la cofradía de la Sangre de Cristo y San Juan Bautista por el lugar que debía corresponderle en los cultos que en la capilla del colegio celebraba la comunidad de Monjes Mínimos.

De este período del siglo XVI, de 1579, se supone es la talla del Crucificado de la Salud que se atribuye a Francisco de Ocampo, restaurado en 1984 por José Rodríguez Rivero.













La Virgen del Mayor Dolor

En 1629, la cofradía, ya conocida como hermandad de las Tres Necesidades, realiza el encargo al maestro escultor Alonso Álvarez de Albarrán de la imagen de Nuestra Señora del Mayor Dolor en su Soledad, cobrando por dicho encargo la cantidad de cuatrocientos reales.








El documento de obra dice: “sepan cuantos esta carta vieren como yo, Alonso Álvarez, maestro escultor, vecino de esta ciudad de Sevilla, en la collación de San Lorenzo, otorgo y conozco, que me obligo de hacer y entregar a la cofradía de las Tres Necesidades, que está cita en el colegio de san Francisco de Paula, de esta ciudad de Sevilla, una imagen de Nuestra Señora de la Soledad, para vestir, de siete cuartas de alto, con sus brazos de gonces, encarnada, con sus lágrimas, a contento y satisfacción de los hermanos de la dicha cofradía. La cual tengo que dar hecha y acabada a toda perfección para el mes de julio de este año de seiscientos veintinueve y por precio de cuatrocientos reales que ha de ser obligada la dicha cofradía y Melchor de Ribera, vecino de esta ciudad, su mayordomo, en su nombre, debe pagar el dicho día fin de julio de este año, la libranza sobre Juan de la Peña”.





La imagen ha llegado a nuestros días tras el cambio de candelero realizado por Luis Álvarez Duarte e 1971 y la talla de un nuevo juego de manos por José Rodríguez Rivero en 1986.










La salida de palio de la Virgen del Mayor Dolor en su Soledad fue bastante irregular en las primeras décadas del siglo XX, por diversas cuestiones, a pesar de la calidad de los bordados por las hermanas Antúnez en 1886, perdidos en parte por su venta posterior a la hermandad de Jesús Despojados o por la acción del fuego que en 1955 acabaría con su suntuoso manto.



El palio de la Carretería en la plaza de San Francisco a finales del siglo XIX.










Virgen del Mayor Dolor en su Soledad bajo palio, durante una de sus estaciones de penitencia de comienzos del siglo XX.











Paso de la Virgen del Mayor Dolor en su Soledad, a principios de siglo XX. Destaca el esplendido manto, verdadera joya de la Semana Santa sevillana, que bordaron las hermanas Ana y Josefa Antúnez en 1886. Por desgracia, el manto ardió en el incendio fortuito del almacén donde se guardaba, en octubre de 1955






Virgen del Mayor Dolor por la plaza Nueva, 1912Palio de 1886, bordado con la misma riqueza del manto con hilos de oro a realce sobre terciopelo negro, al igual que los faldones, todo obra de las hermanas Antúnez.





Actualmente, la dolorosa sale con el manto realizado por el taller de las Hermanas Trinitarias en 1959 tras la perdida del original. Un manto que se hizo «con los medios que se podía». El actual manto es réplica del que lució por primera vez la Virgen en 1886 al estrenar el paso de palio, que era de terciopelo azul de seda de Lyon, densa y asimétricamente bordado en oro, manto que desapareció, al producirse un incendio en 1955. Se trataba de una prenda magnífica, en la que intervino la mano de Juan Manuel Rodríguez Ojeda. La hermandad de la Carretería baraja recuperar para 2029 su primitivo manto de salida ya que ese año, la Virgen del Mayor Dolor e su soledad cumple 400 años.

Manto actual da salida de la Virgen del Mayor Dolor en su Soledad. Hermanas Trinitarias, 1959.




En la historia del palio llama la atención el estreno del año 1914 de  unos nuevos respiraderos realizados en madera tallada y dorada, con hojas de cardina. Fueron sustituidos en 1942 por una obra de orfebrería realizada en la joyería Dalmás, propiedad de Salvio Miguel Dalmás, con un diseño final plateado en el que destacan los siete medallones con escenas alusivas a los Siete Dolores de la Virgen que aparecían dorados. Era el inicio de una etapa de esplendor de la cofradía, constatada en la restauración de las figuras del paso de misterio el año anterior y en un dato concluyente: desde 1940 el palio de la Carretería procesionaría, salvo lluvia, de forma ininterrumpida.




Antiguos respiraderos realizados en madera tallada y dorada por Guillermo Muñiz en 1914. Habitualmente, uno de los paños de estos respiraderos puede verse en la Capilla de las Tres Necesidades, junto al altar de la Virgen del Mayor Dolor en su Soledad. Llama la atención en el diseño de estos respiraderos la hojarasca después reproducida en el canasto y respiraderos del paso de misterio tallados por el propio Muñiz.




 Los nuevos respiraderos serían terminados por Fernando Marmolejo Camargo, orfebre que realizaría cuatro años después el juego de jarras en plata de ley que completaba el paso de palio.


Palio de la Virgen del Mayor Dolor en su Soledad, actualmente.






Gloriosa Resurrección

A instancia del hermano Antonio Cardona, Duque de Sessa, Embajador de España en la Corte de Roma, el 20 de julio de 1591 y por Bula de Gregorio XIII se agregaba la hermandad a la Archicofradía de la Gloriosa Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo establecida en la Basílica de Santiago de los Españoles de Roma. Según consta en la bula, la hermandad gozaría de todos los títulos y privilegios que los de la Resurrección, pudiendo celebrar el Jubileo de las 40 Horas dos veces al año. Este privilegio no lo tenía ninguna corporación sevillana y además se concedía a la cofradía poder realizar una función y procesión con Su Divina Majestad en la mañana del primer día de la Pascua de Resurrección.







La cofradía del XVII

De los datos de 1615 se sabe que abría la cofradía el Guion de los Entierros seguido de mujeres con velas. Después desfilaba el estandarte con doce cirios, los disciplinantes y detrás, un paso con el sepulcro y las Marías. Seguía la Congregación, aunque se desconoce cual a no ser que con esa expresión se refiriese a los hermanos de la cofradía. Tras este grupo de cofrades se situaban los religiosos de San Francisco de Paula, hermanos de cera y el Santo Cristo.

En la reducción de Cofradías de 1623, se unieron las Tres Necesidades, la del Traspaso, la Lanzada y la Soledad.








Reivindicando la antigüedad

Un incendio destruyó la documentación que la hermandad poseía desde sus inicios. Se planteaba pues la necesidad de fijar la antigüedad aunque no hubiera testimonios escritos que lo avalaran. El mayordomo Marco Sánchez, en 1640 solicitó ante el Alcalde del Crimen, Leonardo Henríquez, a través de la escribanía e Sebastián Espinosa, que se le facilitara acreditación de la antigüedad de la cofradía. Para documentar su solicitud presentó como testigo  Juan de la Vanda, Juan Carrasco, Sebastián Quijada y Juan Romero quienes habían conocido a los fundadores. En vista de los testimonios aportados, fue reconocida la antigüedad pretendida por los hermanos.

Existen datos sobre el encargo de un nuevo paso. Se firmó en mayo de 1677, encargándose la hechura del mismo y las figuras a Cristóbal de Guadix, Luis Antonio de los Arcos y Pedro Roldán. El coste fue de diez mil cuarenta y ocho reales, sin contar el dorado de las andas. A pesar de que la conformidad para el plazo de entrega era de tres años, no fue hasta diez años después cuando se estrenó el mismo tras duro pleito con los encargados de la obra.

En este encargo pudo entrar, aunque no hay datos definitivos para ello, la imagen de una de las tres Marías que hizo Luis Antonio de los Arcos y que fue transformada tiempo después en la Virgen de la Luz que acompaña al Cristo crucificado, restaurada en 1984 por José Rodríguez Rivero.


Virgen de la Luz



En 1751 se reformaron las reglas determinando la salida para el viernes santo a las seis de la mañana.







La capilla en el barrio

Como ya hemos comentado, la hermandad hubo de salir de su barrio. A mediados del siglo XVIII, el cabildo general de la cofradía aprobó la realización de una capilla en la actual calle Real de la Carretería, lugar de donde salió la hermandad tras su fundación que nos ha llegado hasta hoy. Las obras, comenzadas en 1753, concluyeron en 1761. En 1868 la cofradía fue despojada de su capilla por la Junta Revolucionaria, recobrando la propiedad de la misma al año siguiente.

De nuevo un pleito ocupa la historia de esta hermandad en este caso el que sostuvo con la de la Sentencia en 1763. La hermandad de las Tres Necesidades dejarían pasar a la de la Sentencia a su llegada a la catedral si bien el año de la firma del acuerdo, la primera en entrar en el templo catedralicio fue la cofradía del Arenal.

A finales del siglo XVIII la hermandad tuvo un pleito por la precedencia de paso con la del Gran Poder calificado de “porfiado y duradero” en los testimonios que se guardan en la corporación que nos ocupa. La hermandad del Gran Poder, que fijaba su salida para media hora después del alba, tenía estipulado preceder a la de las Tres Necesidades. Este pleito casi lleva a la ruina a la corporación fundada por los toneleros tras seis años de litigio entre 1791 y 1797.

Tan enconado fue el pleito entre Gran Poder y Carretería que se llegó al arbitraje del Consejo de Castilla. En 1797 se firma una concordia para que unieran cortejos en la Punta del Diamante haciendo juntas estación en la catedral regresando igualmente juntas hasta la Punta del Diamante. La concordia establecía una alternancia en el paso decidida el primer año a suerte, aunque la Carretería cedió su sitio.

Durante el periodo de la dominación francesa fue una de las tres hermandades que en 1810 hizo estación estando en Sevilla José Bonaparte. La mayor parte de las cofradías decidieron no salir para boicotear la visita del francés.

Tras pasar una etapa de postración a primeros de siglo XIX, la hermandad decidió sacar un paso alegórico representando el Triunfo del Espíritu Santo sobre la materia. El paso fue estrenado en 1862 y consistía el misterio en un ángel elevando el símbolo de la redención y destruyendo los instrumentos de la soberbia. Otro ángel sostenía una palma y una inscripción. La realización de estas tallas fue encargada a Vicente Hernández Couquet. El paso fue poco a poco modificado hasta dejarlo en un montículo con una cruz y al pie un ángel y un esqueleto. 

En 1991 cuando discurría el paso de misterio por los alrededores de la Casa de la Moneda, se rompió la cruz del Santísimo Cristo de Salud cayendo la imagen sobre la del Buen Ladrón. Una vez colocada la imagen sobre la mesa del paso, la procesión continuó hasta su capilla en absoluto silencio. Un hecho de similares características pasó en 1874. La cofradía discurría por la estrechez de Placentines cuando un brazo de la imagen quedó enganchado en un balcón. Tras los intentos de solucionar el problema, la cruz se partió por la base y también uno de los pies de la imagen. Un cabo de artillería que presenciaba el suceso se subió al paso para sostener a la imagen durante todo el regreso de la procesión.





El paso de la Carretería entre el siglo XIX y el XX

En 1844 la Hermandad estrenaba un enorme paso (imagen inferior) que la hermandad mantendría hasta 1919.





La canastilla, de líneas muy sencillas, había sido realizada por Rodríguez Espinosa, colocándose las cartelas realizadas por Cristóbal de Guadiz en 1677, así como los ángeles que figuran entre los candelabros de hierro forjado, del taller de Roldán.

Después de cambiar el paso, este paso se quedó un tiempo en Sevilla, procesionando sobre él el misterio de la Sagrada Cena. Y además, lo más valioso del mismo, todavía lo podemos ver en nuestra Semana Santa: las cartelas son las actuales del paso de la Cena y los candelabros y ángeles todavía forman parte del paso de misterio de las Tres Necesidades.

Finalmente lo que quedó de éste paso fue a parar a una cofradía en el Puerto de Santamaría que lo mantuvo hasta la postguerra.


Imagen de un recorte de periódico datado en 1915. Se trata del paso de misterio de la Carretería durante su procesión del Viernes Santo de 1915. El paso del Cristo de la Salud se encuentra detenido en la calle Adriano a pocos metros de la Capilla del Baratillo. Aquel Viernes Santo tuvo la peculiaridad de contar con la procesión de un Santo Entierro con algunas incorporaciones (el Amor y la Sagrada Mortaja) por lo que el resto de hermandades del día vieron adelantado su horario habitual. La Carretería salió a las tres de la tarde, llegando a la Plaza de San Francisco a las 17:15, cumpliendo rigurosamente los horarios establecidos para que la Soledad de San Lorenzo saliera de la Catedral antes de las 10 de la noche.















En estas imágenes vemos el misterio de la Carretería a principio de siglo. Todavía utilizaba el paso de Rodríguez Espinosa, estrenado en 1841.





Misterio el Viernes Santo de 1912, paso de 1844 de Rodríguez Espinosa, de caoba de líneas recta con cajetones, cartelas ejecutadas por Cristóbal de Guadix (siglo XVII). Se sustituyó en 1942 por el actual.
Estas cartelas están en el actual misterio de la Hermandad de la Cena.








En 1922 se estrenó la impresionante talla del canasto y respiradero sobre los que procesionaba el misterio realizado por Guillermo Muñiz. Es de líneas rectas con grandes hojas de cardo talladas en madera oscura que se abren en la parte superior y recogidas por una soga grande dorada. En las esquinas del canasto figuran candelabros de hierro forjado que llevan delante ángeles mancebos realizados por Cristóbal de Guadix y Luis Antonio de los Arcos. Como dato curioso, la parte inferior de las patas donde apoya el paso están realizadas en hierro fundido con forma de garras.









El paso de misterio representan las Tres Necesidades de la Virgen en el momento de la muerte de su Hijo; la escalera para bajarlo, sábana para envolverlo y sepulcro para enterrarlo. Aparece Cristo crucificado y muerto, la Virgen, San Juan, las Tres Marías, los Santos Varones y los dos ladrones crucificados.



Misterio de las Tres Necesidades por la calle Gamazo, 1935. El paso se estrenó en 1922. Los ángeles ahora van en la parte baja del paso con los atributos de la pasión.
 En la delantera, la Guardia de Asalto y la Civil.




Paso de misterio de la Carretería tres años después de su estrenó en 1922, con un aspecto que ha cambiado en pocos detalles.









Paso de misterio de la Carretería, camino de la carrera oficial por el escenario de una Plaza Nueva muy distinta, en la que se advierten, al fondo, obras en el Banco de España y anuncios cubriendo el solar de lo que sería el edificio de la Unión y el Fénix.





Las reducidas dimensiones de la capilla motivaron en 1997 unas obras de ampliación de la misma así como de las dependencias de la casa hermandad. Ese mismo año, se estrenaba un Miserere dedicado a la Archicofradía. Fue interpretado en la Iglesia del Señor San Jorge de la Hermandad de la Santa Caridad, siendo su compositor Patricio Gómez Vallés. Por expreso deseo del Arzobispo, Carlos Amigo, que acudió al estreno, se volvió a interpretar en 1998 en la Capilla Real de a Catedral. Estamos pues ante la primera y única hermandad en contar con una pieza de este estilo entre su patrimonio musical.


Paso del Santísimo Cristo de la Salud en el cruce de la calle O´Donnell y San Eloy, en 1920.









El Cristo de la Salud, en la calle Velarde, a la salida de la calle Valflora, en su recorrido de 1942.







Antiguo Patrimonio

Dos piezas importantes que pertenecieron a la hermandad son ahora patrimonio de otras corporaciones. En 1858 se estrenó una custodia en plata de rul, hoy perteneciente a la hermandad de San Bernardo. El antiguo techo de palio, de las hermanas Antúnez, lo tiene la hermandad de Nuestro Padre Jesús Despojado de sus Vestiduras.


Custodia de la hermandad de San Bernardo que la hermandad de la Carretería estrenó en 1858.






Antiguo techo palio de la hermandad de la Carretería, actualmente en posesión de la  hermandad de Jesús Despojado






Marcha “Carretería”

Estamos ante la primera cofradía que tuvo una marcha procesional dedicada. En 1886, Font y Marimón compuso “Carretería”. Para algunos estudiosos, este honor lo comparte con la marcha “Quinta Angustia” compuesta por el mismo autor.




Vía Crucis de Sevilla

El 22 de febrero de 2010 tuvo lugar el Via Crucis de las hermandades de penitencia a la Catedral. La lluvia permitió ese año que se completase el itinerario. A las 17:45 de la tarde abrió sus puertas para la salida del Cristo de la Salud, que presidió el Via Crucis hasta la Catedral. 






Túnica para procesionar

Las túnicas son de terciopelo azul oscuro, de cola, con cíngulo dorado y guantes de piel negros. Llevan bordadas en color rojo la Cruz de Santiago.








El detalle

Nueva saya de la virgen del Mayor Dolor en su Soledad, ejecutada por Manuel Solano, siguiendo un diseño de Gonzalo Navarro.
La pieza que ha servido como base ha sido el primitivo manto procesional de la imagen, realizado en 1886 por el taller de las hermanas Antúnez y diseñado Edmigio Serrano Dávila, que lamentablemente fue destruido en un incendio en 1956. Es por ello que para su materialización se ha llevado a cabo un profundo estudio ornamental del fragmento desaparecido, así como de las demás obras documentadas o atribuidas con certeza al mencionado diseñador.
La prenda ha sido ofrendada a la titular mariana de la Hermandad de la Carretería por una hermana, quien se la encargó a Gonzalo Navarro en el año 2016. La bendición de la misma tuvo lugar el día 20 de marzo  2017 en el transcurso de una eucaristía celebrada ante la imagen en su capilla de la calle Real de la Carretería.

      


Bambalina frontal de paso de palio de la Virgen del Mayor Dolor en su Soledad, bordada en el taller de las Hermanas Trinitarias en 1971, reproduciendo el diseño del antiguo de las Hermanas Antúnez.





Estandarte de la Hermandad de la Carretería, bordado por Teresa del Castillo en 1861 y restaurado recientemente por Talleres Santa Bárbara.








Dos toneles en el llamador del misterio de la Carretería, recuerdan el origen gremial (toneleros) de esta hermandad.













María de Magdala, de 1690, los expertos coinciden en señalar a Luis Antonio de los Arcos como su escultor.
Y en cuanto a la incorporada en 1886 al paso, existe división de opiniones. Una mayoría se pronuncia por el nieto de Pedro Roldán, Duque Cornejo.








San Juan:
Esta talla del santo apóstol mide 172 cm. de altura. La imagen sólo tiene tallados con detalle, cabeza, manos y pies, siguiendo las condiciones del contrato.
Sobre su autoría, la mayoría de los expertos coinciden en señalar a Pedro Roldán como el responsable. Influye en esta decisión la comparación con las tallas del joven apóstol y evangelista, con los que se encuentran en los retablos del altar mayor del hospital de la Caridad y de la parroquia del Sagrario, realizado para la capilla de los Vizcaínos del desaparecido convento de San Francisco, que labró personalmente Pedro Roldán, por aquellas mismas fecha.





Escucha algunas de las marchas dedicada a los titulares de la hermandad.



GOLGOTHA Jacinto Manuel Rojas Guisado 2010

LA CARRETERÍA Francisco Pastor Bueno 2011

LAS TRES NECESIDADES Juan Velázquez Sánchez 2005

MADRE DEL MAYOR DOLOR José Manuel Delgado Rodríguez 2001

MAYOR DOLOR EN SEVILLA  Claudio Gómez Calado 2002

NUESTRA SEÑORA DEL MAYOR DOLOR Manuel López Farfán 1927

SUBIDA AL CALVARIO David Hurtado Torres 2011


VIRGEN DE LA CARRETERÍA José Albero Francés 1977











Video de Fernando Comas


                          






















Bibliografía

Enciclopedia de la Semana Santa de Sevilla del El correo de Andalucía

Historia de las cofradías de Sevilla del ABC

El poder de las imágenes, iconografía de la Semana Santa de Sevilla, del Diario de Sevilla
 
La Semana Santa según ABC de Sevilla 1929-1946 de ABC

https://www.hermandaddelacarreteria.org

https://sevilla.abc.es/pasionensevilla

http://periodistacofrade.blogspot.com

https://denazaretasevilla.com

https://vestidordelavirgen.wordpress.com

https://cuestiondecofradias.blogspot.com



















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