Historia de las Hermandades de Sevilla: El Calvario




Pontificia y Real Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo del Calvario y Nuestra Señora de la Presentación. 








La hermandad de los Mulatos

El origen de la Hermandad del Calvario hay que buscarlo en la antigua Hermandad de los Mulatos de Sevilla, denominada así por las personas de dicha raza que la fundaron.

También fue conocida como Hermandad de la Presentación de Nuestra Señora. Se

fundó en 1571 en el Hospital de Nuestra Señora de Belén siendo arzobispo Cristóbal de Rojas y Sandoval.

El título de la Presentación de Nuestra Señora parece hacer referencia a la presentación de la Virgen niña ante el templo, según la práctica judaica. No obstante, también se ha querido ver en esta advocación una remembranza de la presentación que Ella misma hace de Jesús a los cuarenta días de su nacimiento en los brazos del viejo Simeón, quien profetizaría los dolores de la Virgen en la Pasión con la conocida máxima “una espada atravesará tu pecho”, y que tanta repercusión tendrá en la iconografía tradicional de las dolorosas sevillanas.

Por aquellos años, último tercio del siglo XVI, la ciudad gozaba de un enorme protagonismo económico y político debido a su consideración como puerta de Indias y el crecimiento del puerto debido al tráfico con las tierras de ultramar. Este crecimiento hizo que la ciudad dispusiera de una importante población de mulatos, esclavos y libres, que se concentraba geográficamente en el barrio de San Ildefonso.

El grupo, que para su desdichas eran objeto de marginación racial, social y económica, mantenía viva una auténtica conciencia religiosa quizá buscando una forma de integración social y así poderse desarrollar como colectivo lo que sirvió de base para que fundara en el Hospital de Nuestra Señora de Belén de la Hermandad de la Presentación de Nuestra Señora, como ya habíamos apuntado, trasladándose al poco tiempo a la Parroquia de San Ildefonso donde quedaría establecida su sede definitiva. Allí mantendría su carácter de hermandad cerrada a la que sólo podían pertenecer mulatos por lo que la economía de la corporación, sin llegar a se desesperante en esta primera época, si se caracterizaba con su humildad, austeridad y constante asunto de vigilancia por parte de sus cofrades. El carácter de la institución era consecuencia pues de la condición de los individuos que la formaban.

Sin embargo, al poco de fundarse, la cofradía penitencial de la Presentación, vivió su etapa de mayor esplendor, consiguiendo en 1585 edificar su capilla que estaba contigua a la iglesia parroquial. 

En estos años, ocupaba el séptimo lugar entre las veintiséis que participaban en las Procesiones Generales del Arzobispado. En la procesión organizada para el traslado de la imagen de la Virgen de los Reyes a su capilla en la Catedral, la cofradía de los Mulatos ocupa el séptimo lugar. Dos décadas después, en 1613 salió en último lugar del Miércoles Santo mientras que en la procesión del Corpus ocupó el puesto diecinueve de entre las cuarenta llamadas.

A partir de mediados del XVII el protagonismo económico de la ciudad vino a menos sobre todo por el progresivo traslado del tráfico portuario americano al puerto de Cádiz. Por este motivo, y por la gran epidemia de 1649, la población sevillana quedaría fuertemente reducida y en consecuencia la cifra de la población mulata no hizo, desde entonces, más que disminuir lo que se constituyó en la causa fundamental de la decadencia de una hermandad que continuaba cerrada a los cofrades de raza blanca.

En lo que se refiere a las imágenes, la hermandad contó inicialmente con una dolorosa de vestir, la Virgen de la Presentación, atribuida a Cristóbal Ramos y un Ecce Homo, a las que se añadió , a finales del XVII, el crucificado de Ocampo que, por su valor artístico, se convertiría en su devoción principal.







A finales de la centuria, por el inventario de 1694 se conoce que la hermandad continuaba en posesión de estas imágenes a la vez que ingresaba en la corporación el mulato Francisco Gregorio de la Cruz, gran promotor de la misma.

En 1712 se consigue la adjudicación de una capilla en el interior de San Ildefonso, que había sido de la Cofradía del Señor San Pedro y, antes, de la hermandad de los Barberos, adonde se trasladan las imágenes. Allí estarían colocadas quince años.





El contrato del Cristo

De 1611, del 5 de noviembre, data la escritura de concierto, entre Francisco de Ocampo y Gaspar Pérez de Torquemada, para la ejecución del crucificado que hoy conocemos como Cristo del Calvario.






El crucificado fue encargado para la capilla que éste poseía en la iglesia de Santa Catalina, hecho que condicionaría su tamaño, algo inferior al original, al no estar concebido para procesionar. La escritura estipulaba que la imagen debía seguir el modelo montañesino del Cristo de la Clemencia, situado hoy en la Sacristía de los Cálices de la Catedral (1603).




Cristo de los Cálices




No obstante, es una obra de una sensibilidad distinta a la de su modelo, con un mayor realismo formal y un patetismo que envuelve toda la obra, lo que supone una evolución estilística en el realismo de la imaginería sevillana del primer barroco. El crucificado del Calvario es una imagen que representa a Cristo muerto en la cruz siguiendo el modelo artístico clásico: clavado con tres clavos, la cabeza caída sobre el pecho hacía la derecha, y con un sudario cubriendo su vientre, anudado sobre la cintura.


























La Virgen














Nuestra Señora de la Presentación fotografiada en San Gregorio, hacía 1908, con túnica de José de Arimatea de la Hermandad del Santo Entierro.







La imagen de la Virgen guarda grandes similitudes estilísticas con otras vírgenes talladas por Juan de Astorga para diversas hermandades sevillanas como puede ser la de las Angustia, de la hermandad de los Estudiantes, o la Esperanza Trinitaria, así como con otras que no procesionan, caso de la Virgen de la Soledad, de la Iglesia de San Ildefonso, o, sobre todo, la que se venera en la localidad de Hinojos, de un tamaño menor al natural.




Virgen de las Angustias (Hermandad de los Estudiantes)









María Santísima de la Esperanza (Hermandad de la Trinidad)








 Virgen de la Soledad (Iglesia de San Ildefonso)








Divina Pastora (Hinojos)





Parece que la realización de la imagen se hace de forma conjunta con la de San Juan que posee la hermandad, compartiendo ambas la misma estilística por lo que cabe aventurar que las dos fueron talladas para componer entre ambas un conjunto iconográfico.




San Juan




La imagen fue restaurada por José Rodríguez Rivero-Carrera en 1988.










El Calvario

La cofradía sacaba originalmente dos pasos: el Ecce Homo y la dolorosa de la Presentación bajo palio; a partir de finales del XVII, la cofradía incorporaría el tercer paso con la imagen del crucificado.

El crucificado, la Virgen y San Juan junto las tres “Marías”, conformaron el repertorio iconográfico del Calvario que, constituyó el paso de “misterio” de esa hermandad tras su reorganización, en 1888.











El Calvario, en su primera salida de 1888, llevaba un solo paso, con el Crucificado, la Virgen, San Juan y las Tres Marías, en una sencillas andas.








La decadencia

Conforme avanza el siglo XVIII parecen claros los síntomas de decadencia de la hermandad. El número de hermanos cayó irremediablemente llegando incluso a vender el paso a la hermandad del Santísimo Cristo de las Cinco Llagas. La conflictividad interna creció y se hizo insostenible la situación económica, creciendo, de forma desmesurada la deuda de la corporación con la Parroquia de San Ildefonso, perdiendo de forma sucesiva sus bienes que pasaron a manos de la parroquia. Sólo conservaron las imágenes. Con el cierre y derribo de San Ildefonso en 1794, la imagen del Cristo pasó a casas particulares e incluso piezas de los altares, a diversos domicilios de la collación, desapareciendo la hermandad de los Mulatos cuando lo hace la minoría étnica que la fundó.

El crucificado de los Mulatos, imagen que hoy conocemos como Cristo del Calvario, fue vendido en 1799, “por no tener donde colocarlo”, a la Santa Escuela de Cristo de la Natividad para presidir su nuevo altar. Muy pronto comenzó la reconstrucción del nuevo templo parroquial de San Ildefonso y cuando se inauguró, en 1816, se echó en falta la venerada imagen del crucificado, por lo que el párroco, Matías Espinosa, promovió su recuperación, lo que consiguió, después de un enconado pleito, en 1818 a cambio de costear la ejecución de uno nuevo para la Escuela de Cristo. Posteriormente el párroco, para satisfacer la demanda de los feligreses que querían tener completo su altar del Calvario, colocó a la dolorosa de la Presentación y San Juan junto al crucificado, que comenzarían a recibir frecuentes cultos.




Cristo en san Ildefonso. A principios del siglo XX, con el Cristo solo, sobre el paso neogótico dorado que había estrenado en 1895, realizado por Salvador Domínguez, de estilo neogótico, con gruesos faroles, y que sería sustituido en 1909 por el que diseñó Farfán en madera de caoba. 
En 1908 fue vendido a la Hdad de la Estrella, en 1940 se venden por ésta a la Hdad de la Vera Cruz de La Algaba, donde tuvo grandes reformas, en 1983 es vendido a la Hdad. del Santo Entierro de Alcalá de Guadaíra, procesionando en él el Triunfo de la Santa Cruz.








Hdad. del Santo Entierro de Alcalá de Guadaíra.












La reorganización

El movimiento devocional que se produjo en torno a estas imágenes cristalizó finalmente, en 1886, con la reorganización de la antigua hermandad, realizada sobre unas bases sociales y económicas distintas que nada tenía que ver con la antigua cofradía étnica de los Mulatos, ahora formada por individuos pertenecientes a grupos sociales intermedios con tendencia al ascenso social. Ahora con el nuevo título del Calvario tras la aprobación de las nuevas reglas se suprimió el título del Ecce Homo.

Inicialmente la cofradía saldría a la calle, el Miércoles Santo, con un solo paso con la representación iconográfica del Calvario para lo que Juan de Astorga reforma una dolorosa de Cristóbal Ramos y la sitúa de pie, junto al crucificado, componiendo un Calvario. A partir de 1895, se sacarían dos pasos por lo que terminarían apareciendo, de forma aislada, el Cristo del Calvario y, bajo palio, la Virgen de la Presentación.




Palio Virgen de la Presentación a principios del siglo XX










Virgen de la Presentación de vuelta a San Ildefonso (aún residían ahí), principios del siglo XX, palio de terciopelo azul de 1899, obra de Rodríguez Ojeda y manto de terciopelo azul de las hermanas Antúnez, 1902. El manto resultó muy dañado en un incendio en 1915, encargándose el actual a Rodríguez Ojeda.
Actualmente el manto y el palio está en Carmona en la Hermandad de la Columna y la Virgen de la Paciencia. 







Palio de la Virgen de la Paciencia de Carmona, Hermandad de la Columna, antiguo palio de la Hermandad del Calvario de Rodríguez Ojeda de 1899. 







Manto de salida de María Santísima de la Paciencia, Hermandad de la Columna, realizado por las Hermanas Antúnez, 1902 y que perteneció a la Virgen de la Presentación. 








Parte de los antiguos respiraderos aún los usa la Hermandad en el pequeño paso con la imagen de Santa Clara que saca para adornar su altar al paso de la procesión del Corpus de Carmona












Virgen de la Presentación el Viernes Santo de 1922. Al fondo la calle Reyes Católicos, ya que acababa de embocar a la calle San Pablo. 

 






La cofradía se consolidaría finalmente en la Madrugada, a partir de 1899, después de un pleito de precedencia que mantuvo con la de la Hermandad de la Esperanza de Triana.

Poco a poco, la hermandad iba adquiriendo el severo estilo que hoy la caracteriza a lo que también contribuyó el encargo del singular paso de Cristo a Francisco Farfán, en caoba en su color, primero de los de esta características estrenado en Sevilla.




 El Cristo del Calvario entraba antes en la parroquia de la Magdalena por la puerta sita en la calle que le sería dedicada al Crucificado en 1953, cuando esa calle quedó expedita por el derribo de las oficinas de Hacienda. En la imagen vemos al Cristo en los años treinta, en busca de esa puerta, tras haber pasado por la fachada principal de la Magdalena.








El paso de Cristo en la inexistente calle Magdalena, situada frente a la parroquia y que fue derribada para el ensanche. La imagen se fecha hacía 1930, cuando ya se había estrenado los faldones bordados, en 1927, y los faroles, un año después.









Cristo del Calvario de regreso la parroquia de la Magdalena en 1940









Cristo del Calvario de regreso por Reyes Católicos, seguramente antes de procesionar en la madrugá
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Fotografía de Luis Arenas.







En 1908, un año después de asumir el Voto Asuncionista, la hermandad se traslada a la Capilla de San Gregorio donde se forjaría el gran proyecto de reforma del paso de la Virgen de la Presentación, obra de Juan Manuel Rodríguez Ojeda, estrenado ya en la Semana Santa de 1916, en la que, tras la salida de San Gregorio, la cofradía se dirige a su nuevo templo en la Parroquia de la Magdalena, se abre una etapa en la vida de la Hermandad.






La Virgen de la Presentación, en los años cuarenta. El edificio que se ve fue demolido para abrir la calle Cristo del Calvario. En la imagen inferior, ya entrando por la puerta principal de la parroquia de la Magdelana.








En estas fechas ya se había consolidado la Hermandad como una de las corporaciones penitenciales de la ciudad de más influencia, solera y carácter penitencial, recibiendo sus sagradas imágenes la devoción y respeto de multitud de hermanos y fieles sevillanos.




Los dos pasos en la nave del Evangelio de la Magdalena, donde se ponían antes, ya que ahora se sitúan en el coro. Data la imagen de los años de la postguerra. El paso de la Virgen está sin los respiraderos y varales que hiciera Cayetano González a finales de los cincuenta.









Los pasos de la Hermandad en el coro hacia mediados de los años 50 del pasado siglo. Al fondo apreciamos la actual Cruz de Guía, estrenada en la Semana Santa de 1951, y el palio con los antiguos respiraderos de Rodríguez Ojeda, pues aún no aparecen los de Cayetano González de 1958.








Virgen de la Presentación el 12 de noviembre de 1950. Procesión extraordinaria por el Dogma Asuncionista (proclamado por Pio XII) organizada por el Cardenal Segura. Se usaron las caídas del palio como respiraderos de las andas.









El documento de autoría

Si en los difíciles años veinte y treinta del pasado siglo la corporación ofreció muestras de su liderazgo y prudencia, el fin de la contienda civil dio paso a una etapa de progresivo crecimiento en todos los órdenes. En 1941, y con un nuevo ánimo que incluso se reflejaba en el celo de las conservaciones de los titulares en la restauración del crucificado, aparece el documento que certifica su autoría a Francisco de Ocampo y la fecha de ejecución en 1612. 





Hasta 1940 se atribuía a la gubia de Juan Martínez Montañés, como muchas otras tallas anónimas de la ciudad, creencia no del todo desatinada por cuanto Francisco de Ocampo trabajó en el taller del maestro durante algunos años a comienzos del siglo XVII. Sería en ese año cuando, a causa de su restauración, apareció en su interior un documento manuscrito del artista por el que se testimoniaba su autoría, escrito al que acompañaba una reliquia del Lignum Crucis que desde entonces figura en un relicario a los pies de la Virgen de la Presentación en su paso procesional en la Madrugada.





Lignum crucis




Vía Crucis de Sevilla

La imagen del Cristo del Calvario presidió en 2001 el Vía Crucis de las Hermandades.
A las siete y cuarto de la tarde, del 5 de Marzo parece que el cielo dió una tregua con las lluvias, y la Hermandad del Calvario desde su sede de la Iglesia Parroquial de la Magdalena, salió a la calle camino de la Catedral acompañando a su Sagrado Titular unas doscientos hermanos con cirio.








En el 2023 participó en el Santo Entierro Grande que se organizó por el 775 aniversario de la recuperación del culto cristiano.


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SANTO ENTIERRO GRANDE 2023






Túnica de procesión

Los hermanos nazarenos llevan túnicas de ruan negro y antifaz del mismo color, cinturón ancho y alpargatas de esparto.










El detalle




El Estandarte, la insignia más antigua de las corporaciones penitenciales, es el símbolo de las mismas. Originalmente era una bandera en cuyo centro ostentaba el escudo de la hermandad. Procesionaba recogida y anudada en su mediación. Por ello, evolucionó hacia el formato actual, conocido popularmente como el "bacalao". Dada su gran importancia desfila siempre delante del paso de Cristo.

La primitiva insignia es obra de Juan Manuel Rodríguez Ojeda y se conserva enmarcada en la casa hermandad. En 1963, se confeccionó otro nuevo diseñado por Cayetano González Gómez y bordado en el taller de Carrasquilla. En 1992 se pasó el escudo a nuevo terciopelo en el taller de Sobrinos de Esperanza Elena Caro. 






El Simpecado es una insignia mariana típicamente sevillana. Se impone paulatinamente a imitación de la cofradía del Silencio, que lo utilizó como recuerdo del voto concepcionista del 29 de septiembre de 1615. Por lo general suele ostentar a la Virgen con la siguiente inscripción: "María concebida sin pecado original".
En la hermandad del Calvario el primero, tras la reorganización, se adquirió en 1897 a la cofradía de Pasión. El actual, bordado en oro sobre terciopelo grana, fue ejecutado por Juan Manuel Rodríguez Ojeda en 1917. En el centro se efigia, en seda de colores, a Nuestra Señora de la Presentación dentro de un óvalo. La pieza presenta un contorno rectilíneo.La ornamentación se concentra de forma perimetral y alrededor del medallón central. Dos restauraciones ha sufrido la divisa. La primera se verificó en el obrador del convento cisterciense de San Clemente, en 1941. La segunda tuvo lugar en el taller de José Ramón Paleterio Bellerín en el año 2000. 








Las jarras de paso de palio, elaborada por el orfebre Jorge Ferrer, aluden al mundo femenino. Contiene bouquet de claveles blancos, símbolos de la fidelidad de María. 









 En 1951, estrenó la Virgen una nueva saya diseñada por Cayetano González. Los bordados fueron realizados en el taller de Carrasquilla. La prenda sigue la estética del manto realizado en 1916 por Juan Manuel Rodríguez Ojeda.










En la Semana Santa de 1935 lució la Virgen su actual corona realizada por la joyería Valdés. 










Los respiraderos del paso de palio están trabajados en plata cincelada y repujada. El motivo central del frontal del paso palio, concebido a modo de tríptico, ostenta el escudo de la hermandad entre dos ángeles tenantes. El emblema de la corporación nazarena se compone de tres cruces sobre el monte Calvario y los anagramas de Jesús y María. Flanquean dicha heráldica las representaciones de Judit y Esther. Judit que mata a Holofernes, aparece como vencedora del pecado y por tanto, alude a la Inmaculada Concepción. Y Esther al colaborar a la salvación del pueblo judío es prefiguración de María, que al engendrar a Cristo propicia la salvación del género humano.











En 1958, se bordaron en el taller de Carrasquilla los respiraderos actuales, siguiendo las trazas de un diseño de Cayetano González. Todos los dibujos de los bordados son distintos en cada una de las mallas que componen los respiraderos. 

Los respiraderos se enriquecen con catorce aplicaciones bordadas en oro, a base de flores que aluden a las virtudes marianas. Las rosas, símbolos de perfección, manifiestan la belleza física y espiritual de la Virgen como Madre del Altísimo. Los tulipanes significan nobleza, pureza y santidad. Los lirios insisten en la pureza que María conservó entre los pecados del mundo ("Yo soy la flor del campo y el lirio de los valles" Cant. De los Cant. 2,1).Las azucenas abundan en el significado de la virginidad. Y los jazmines blancos aluden a la gracia, elegancia y amabilidad. 












Para completar el espléndido conjunto del paso de palio fue labrada en plata, en 1993, una imagen que representa la Inmaculada Concepción. Fue concebida para la delantera del paso y se realizó en los talleres de los hermanos Delgado. Como colofón, en 199?, estrenó nuestra titular un puñal de oro diseñado y realizado por Fernando Marmolejo. 











Tras el incendio del manto, en 1915, el paso de la Virgen de la Presentación fue totalmente reformado. El 17 de abril de dicho año se aprobó en Cabildo de Oficiales la realización de un palio, un manto y unos faldones para la titular de la hermandad. Todas las obras fueron encargadas al afamado bordador Juan Manuel Rodríguez Ojeda.

El palio tiene forma de cajón y fue bordado en oro sobre terciopelo granate. Los bordados del manto de terciopelo azul tienen una estructura simétrica bilateral. Para la concepción de ambas piezas Rodríguez Ojeda se inspiró en los modelos de los bordados sevillanos del siglo XVII. 








Escucha algunas de las marchas dedicada a los titulares de la hermandad.

CRISTO DEL CALVARIO José Albero Francés 1990


NUESTRA  SEÑORA DE LA PRESENTACIÓN  Pedro Braña Martínez 1961












Video de Cuaresma y Pasión 








VER ÁLBUN DE FOTOS
 







Bibliografía

Enciclopedia de la Semana Santa de Sevilla del El correo de Andalucía

Historia de las cofradías de Sevilla del ABC

El poder de las imágenes, iconografía de la Semana Santa de Sevilla, del Diario de Sevilla 

La Semana Santa según ABC de Sevilla 1929-1946 de ABC

https://hermandaddelcalvario.org

http://www.rafaes.com

http://pasionenladistancia.blogspot.com


http://cuestiondecofradias.blogspot.com








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