Antigua, Pontificia y Franciscana Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Fundación y Nuestra Señora de los Ángeles.
Hospital de esclavos
González de León dijo sobre esta hermandad que “pocas cofradías hay que con tan buenos fundamentos puedan acreditar su antigüedad como la presente”. A finales del siglos XIV, el cardenal Gonzalo de Mena y Roelas, “para alivio de esa clase desgraciada” y ante la situación en la que se encontraban los esclavos de raza negra que proliferaban por la ciudad, decidió fundar en 1393 un hospital donde pudieran se atendidos y que denominó Hospital de Nuestra Señora de los Reyes si bien algunos consideran que pudo llamarse Nuestra Señora de la Estrella o Nuestra Señora de Gracia. La costumbre de utilizar esclavos de raza negra se había expandido por Sevilla por lo que su número era importante. Estos esclavos eran capturados en sus lugares de origen y traídos por mercaderes que lo vendían en pública subasta. Bermejo escribió que “la navegación que desde los puertos de Andalucía tenía lugar en las costas de África, a fines del siglo XIV y principios del XV, en busca de esclavos negros para traficar con ellos, como se hacía entonces en esta ciudad, atrajo tantos hombres de esa clase a ella que con el tiempo llegó a ser crecido su número”. Cuando estas personas envejecían eran abandonado de ahí que el cardenal tuviera la iniciativa de fundar un lugar donde pudiera socorrerlos y asistirlos en sus últimos días.
Era corriente que en los hospitales hubiera una hermandad, que por lo general era la luz, y que tomaba el mismo nombre del hospital cuya capilla le servía de sede. Si bien el colectivo de raza negra vivía prácticamente en la marginalidad, al cobijo de la hermandad se reunían e incluso se recibía la visita de hombres de color que habían progresado en la sociedad quienes contribuían en la medida de su poder al sostenimiento del hospital. El edificio se encontraba cercano al humilladero de la Cruz del Campo, fuera de los muros de la ciudad. A poco de la fundación se cambiaba el nombre del hospital por el de Nuestra Señora de los Ángeles.
Ntra. Sra. de los Ángeles, principios del S. XX. Palio de Rodríguez Ojeda de 1902 y cuyos bordados provenían del palio Hdad de la Amargura, conocido como el de los bullones y que solo procesionó un año. En 1915 es sustituido otro de Rodríguez Ojeda.
La noticias que se conservan de la hermandad nos trasladan ya a mediados del siglo XVI cuando en 1550 Juan de Vargas de Sotomayor cedía a la hermandad “tres casas fronteras a la Parroquia de San Roque para labrar capilla, sacristía, almacén de pasos y viviendas, en extramuros de la ciudad, entra las puertas de Osario y Carmona”. En este lugar se instaló la hermandad siendo la primera parroquia del entonces barrio de San Agustín y en él sigue pues es el templo donde reside la cofradía en la actualidad. Pocos años antes, los hermanos de la cofradía de luz optaron por unirse a la corporación penitencial de individuos negros libres buscando quizá que la reducción de hospitales no dejara a la hermandad sin sede peligrando por lo tanto su continuidad.
El paso de Cristo, con guardabrisas, vuelto hacia la Familia Real, en los palcos, el Jueves Santo de 1930.
Se redactaron reglas en 1554 aprobadas por el arzobispo Fernando Valdés por las que la hermandad, que entonces residía en San Antonio Abad, se titulaba “Hermandad y Cofradía de la Piedad y Nuestra Señora de los Ángeles” y en las que se especificaban que podrían pertenecer a la hermandad además de individuos de color, “mulatos, e indios, tanto libres como esclavos si bien los últimos precisaban la autorización del dueño”. La estación de penitencia se señalaba para la noche del jueves santo y en ella se visitaba el humilladero de la Cruz del Campo y la ermita de la Soledad pudiendo participar las mujeres si bien debían ir con la cara descubierta. En 1573 la capilla se convirtió en parroquia debido al gran número de feligreses con los que contaba la hermandad de San Bernardo que hacía imposible que pudiera atender la demanda de cultos.
El paso de la Virgen de los Ángeles, en la Semana Santa de 1920, año en el que hizo estación el Jueves Santo al impedírselo la lluvia el Domingo de Ramos.
Pleito con la Antigua
La hermandad recibiría un duro golpe a principios del XVII debido a los pleitos mantenidos con la hermandad de la Antigua. En 1604, el cardenal Niño de Guevara decretó que la cofradía debía ir a la catedral lo que hacía que coincidieran las dos hermandades en algunas calles.
La hermandad de la Antigua, aunque de fundación más moderna, no consistió en que la de los Negritos la precediera, llegando incluso la situación a que se produjera un forcejeo entre los cofrades de ambas corporaciones. Establecido el correspondiente pleito, la autoridad eclesiástica condenó a los negros a pena de excomunión si realizaban la cofradía y cien azotes a sus oficiales así como la retirada de las reglas aunque dos años después la cofradía volvió a salir debiendo incluso de forzar la Puerta de Carmona para poder acceder a la ciudad. Al poco, la Real Audiencia falló a favor de la hermandad decretando el levantamiento de la pena de excomunión y la de azotes aunque el Consejo de Castilla mantenía la prohibición de salir a la calle “por las burlas que de ellos se hacía y por lo que burlaban a sus amos para comprar cera y otros gastos”. Pero tanto afectó ese suceso en la hermandad que, tras la muerte del cardenal y para recuperar su ánimo, recurrió directamente al papado para que aprobaran nuevas reglas que fueron firmadas por Urbano VIII en 1625 lo que la convierte en la única cofradía de Sevilla cuyas reglas están aprobadas directamente por el Papa.
Libro de reglas de la Hermandad de los Negritos
Desagravio Inmaculista
De todos es conocida la situación de “necesidad” de desagravio a la creencia de la concepción inmaculada de la Virgen que envolvió a Sevilla a principios del siglo XVII y que motivó la intervención de las hermandades. La hermandad de los Negritos fue una de la que más se distinguió en la defensa. Isidoro Moreno relata así cómo afectó esta situación a la hermandad de los Negritos: “Sería durante el tiempo de suspensión en que se vio envuelta la hermandad, cuando se da uno de los hechos más notables de esta historia. En 1613 un fraile dominico del Convento de Regina, durante la homilía de la Natividad de la Virgen afirma que: “había sido concebida como ustedes y como yo, y como Martín Lutero”. Se desata entonces la denominada “Guerra Mariana”. Sevilla, de gran devoción mariana, se desvive por respirar lo que a sus ojos se consideraba un ultraje a la Santísima Virgen. Todas las iglesias, hermandades e incluso particulares se deshacen en actos, procesiones y fiestas en honor al Misterio de la Inmaculada Concepción. La Hermandad de los negros, aún estando suspendida de todo sus derechos, no quiso se menos que las demás en la defensa de la Virgen. Su situación marginal y su fuerte sentimiento de grupo, supusieron un aliciente para ello. Tal fue el empeño, que sorprendieron a la ciudad por su suntuosidad y fervor. Reunidos en la Hermandad, vieron que con las aportaciones que podían ofrecer entre todos, no tenían suficiente para realizar los cultos. Esto produjo una profunda aflicción entre ellos. De ahí, la drástica decisión de Fernando Molina, Hermano Mayor y Pedro Francisco Moreno, Alcalde, de ofrecer su libertad, a cambio de la recaudación necesaria. La venta se realizó entre las calles Granada y General Polavieja, donde se situó la Cruz del Negro ya desaparecida. Tan piadosa acción fue recompensada con la recuperación, tras la venta de su libertad”. Quizá este empeño de la hermandad de los Negritos, y que las reglas hubieran sido visadas por Roma, fuera el detonante para que recuperara la estima de la ciudad. Ante la posibilidad de volver a salir la hermandad de los Ángeles adquirió imagen de crucificado. Se tenían referencias de que un pintor luxemburgués llamado Pablo Legot poseía una imagen de un crucificado la cual había reencarnado recientemente. Puestos los responsables de la hermandad en contacto con el artista se obtiene que acceda a la venta por la cantidad de mil cuatrocientos reales de vellón cosa que se hace en 1635. La imagen que Legot vendió no es otra que el actual Cristo de la Fundación que había sido realizado en 1622 en madera de cedro por Andrés de Ocampo, justo un año antes de su muerte.
La imagen que nos ha llegado hasta hoy pasó por la restauraciones de Agustín Sánchez Cid en 1940 durante la cual se encontró el documento de autoría de la talla, y por la que le realizó en toda su integridad el Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales en 1989 para la cual la imagen hubo de ser trasladada a Madrid, sede del instituto.
La imagen de la Virgen puede incluso que fuera anterior al crucificado. Algunos expertos la datan del siglo XVI “pues posterior a esa fecha no aparece registrada en el minucioso libro de cuentas, la adquisición de una Dolorosa”. No se tiene datos sobre quien pudo tallarla. Sólo se sabe que fue restaurada por Juan Miguel Sánchez en 1955 y por Antonio Dubé de Luque en 1984.
González de León dijo sobre esta hermandad que “pocas cofradías hay que con tan buenos fundamentos puedan acreditar su antigüedad como la presente”. A finales del siglos XIV, el cardenal Gonzalo de Mena y Roelas, “para alivio de esa clase desgraciada” y ante la situación en la que se encontraban los esclavos de raza negra que proliferaban por la ciudad, decidió fundar en 1393 un hospital donde pudieran se atendidos y que denominó Hospital de Nuestra Señora de los Reyes si bien algunos consideran que pudo llamarse Nuestra Señora de la Estrella o Nuestra Señora de Gracia. La costumbre de utilizar esclavos de raza negra se había expandido por Sevilla por lo que su número era importante. Estos esclavos eran capturados en sus lugares de origen y traídos por mercaderes que lo vendían en pública subasta. Bermejo escribió que “la navegación que desde los puertos de Andalucía tenía lugar en las costas de África, a fines del siglo XIV y principios del XV, en busca de esclavos negros para traficar con ellos, como se hacía entonces en esta ciudad, atrajo tantos hombres de esa clase a ella que con el tiempo llegó a ser crecido su número”. Cuando estas personas envejecían eran abandonado de ahí que el cardenal tuviera la iniciativa de fundar un lugar donde pudiera socorrerlos y asistirlos en sus últimos días.
El paso del Cristo de la Fundación, en 1917, con la Magdalena que estrenó ese año y que aparece casi oculta tras un candelero, se aprecia sobre estas líneas. Va en un paso muy simple, que sustituiría por el de caoba cinco años después. Obsérvese el cortejo y el sitio donde va el Senatus.
Cristo de la Fundación en 1917. Se estrenaba la imagen de María Magdalena a sus pies, obra de Esteban Domínguez.
Canasto gótico con pináculos que había pertenecido a la Hermandad de la Hiniesta (paso alegórico). Lo sacaría hasta 1922. Este paso se vendió a la Hermandad de la Cena.
Túnica blanca de cola sin escapulario.
Crucificado de la Fundación avanzando por la actual plaza de San Francisco en 1926
Lo vemos sobre el paso de Francisco Domínguez de 1922. Caoba con faroles de madera en las esquinas.
Era corriente que en los hospitales hubiera una hermandad, que por lo general era la luz, y que tomaba el mismo nombre del hospital cuya capilla le servía de sede. Si bien el colectivo de raza negra vivía prácticamente en la marginalidad, al cobijo de la hermandad se reunían e incluso se recibía la visita de hombres de color que habían progresado en la sociedad quienes contribuían en la medida de su poder al sostenimiento del hospital. El edificio se encontraba cercano al humilladero de la Cruz del Campo, fuera de los muros de la ciudad. A poco de la fundación se cambiaba el nombre del hospital por el de Nuestra Señora de los Ángeles.
Ntra. Sra. de los Ángeles, principios del S. XX. Palio de Rodríguez Ojeda de 1902 y cuyos bordados provenían del palio Hdad de la Amargura, conocido como el de los bullones y que solo procesionó un año. En 1915 es sustituido otro de Rodríguez Ojeda.
La noticias que se conservan de la hermandad nos trasladan ya a mediados del siglo XVI cuando en 1550 Juan de Vargas de Sotomayor cedía a la hermandad “tres casas fronteras a la Parroquia de San Roque para labrar capilla, sacristía, almacén de pasos y viviendas, en extramuros de la ciudad, entra las puertas de Osario y Carmona”. En este lugar se instaló la hermandad siendo la primera parroquia del entonces barrio de San Agustín y en él sigue pues es el templo donde reside la cofradía en la actualidad. Pocos años antes, los hermanos de la cofradía de luz optaron por unirse a la corporación penitencial de individuos negros libres buscando quizá que la reducción de hospitales no dejara a la hermandad sin sede peligrando por lo tanto su continuidad.
Se redactaron reglas en 1554 aprobadas por el arzobispo Fernando Valdés por las que la hermandad, que entonces residía en San Antonio Abad, se titulaba “Hermandad y Cofradía de la Piedad y Nuestra Señora de los Ángeles” y en las que se especificaban que podrían pertenecer a la hermandad además de individuos de color, “mulatos, e indios, tanto libres como esclavos si bien los últimos precisaban la autorización del dueño”. La estación de penitencia se señalaba para la noche del jueves santo y en ella se visitaba el humilladero de la Cruz del Campo y la ermita de la Soledad pudiendo participar las mujeres si bien debían ir con la cara descubierta. En 1573 la capilla se convirtió en parroquia debido al gran número de feligreses con los que contaba la hermandad de San Bernardo que hacía imposible que pudiera atender la demanda de cultos.
Imagen del archivo de la Hermandad (1955-1960)
Pleito con la Antigua
La hermandad recibiría un duro golpe a principios del XVII debido a los pleitos mantenidos con la hermandad de la Antigua. En 1604, el cardenal Niño de Guevara decretó que la cofradía debía ir a la catedral lo que hacía que coincidieran las dos hermandades en algunas calles.
Virgen de los Ángeles, en 1917, donde se la ve con su palio de Rodríguez Ojeda, estrenado en 1915.
La hermandad de la Antigua, aunque de fundación más moderna, no consistió en que la de los Negritos la precediera, llegando incluso la situación a que se produjera un forcejeo entre los cofrades de ambas corporaciones. Establecido el correspondiente pleito, la autoridad eclesiástica condenó a los negros a pena de excomunión si realizaban la cofradía y cien azotes a sus oficiales así como la retirada de las reglas aunque dos años después la cofradía volvió a salir debiendo incluso de forzar la Puerta de Carmona para poder acceder a la ciudad. Al poco, la Real Audiencia falló a favor de la hermandad decretando el levantamiento de la pena de excomunión y la de azotes aunque el Consejo de Castilla mantenía la prohibición de salir a la calle “por las burlas que de ellos se hacía y por lo que burlaban a sus amos para comprar cera y otros gastos”. Pero tanto afectó ese suceso en la hermandad que, tras la muerte del cardenal y para recuperar su ánimo, recurrió directamente al papado para que aprobaran nuevas reglas que fueron firmadas por Urbano VIII en 1625 lo que la convierte en la única cofradía de Sevilla cuyas reglas están aprobadas directamente por el Papa.
Desagravio Inmaculista
De todos es conocida la situación de “necesidad” de desagravio a la creencia de la concepción inmaculada de la Virgen que envolvió a Sevilla a principios del siglo XVII y que motivó la intervención de las hermandades. La hermandad de los Negritos fue una de la que más se distinguió en la defensa. Isidoro Moreno relata así cómo afectó esta situación a la hermandad de los Negritos: “Sería durante el tiempo de suspensión en que se vio envuelta la hermandad, cuando se da uno de los hechos más notables de esta historia. En 1613 un fraile dominico del Convento de Regina, durante la homilía de la Natividad de la Virgen afirma que: “había sido concebida como ustedes y como yo, y como Martín Lutero”. Se desata entonces la denominada “Guerra Mariana”. Sevilla, de gran devoción mariana, se desvive por respirar lo que a sus ojos se consideraba un ultraje a la Santísima Virgen. Todas las iglesias, hermandades e incluso particulares se deshacen en actos, procesiones y fiestas en honor al Misterio de la Inmaculada Concepción. La Hermandad de los negros, aún estando suspendida de todo sus derechos, no quiso se menos que las demás en la defensa de la Virgen. Su situación marginal y su fuerte sentimiento de grupo, supusieron un aliciente para ello. Tal fue el empeño, que sorprendieron a la ciudad por su suntuosidad y fervor. Reunidos en la Hermandad, vieron que con las aportaciones que podían ofrecer entre todos, no tenían suficiente para realizar los cultos. Esto produjo una profunda aflicción entre ellos. De ahí, la drástica decisión de Fernando Molina, Hermano Mayor y Pedro Francisco Moreno, Alcalde, de ofrecer su libertad, a cambio de la recaudación necesaria. La venta se realizó entre las calles Granada y General Polavieja, donde se situó la Cruz del Negro ya desaparecida. Tan piadosa acción fue recompensada con la recuperación, tras la venta de su libertad”. Quizá este empeño de la hermandad de los Negritos, y que las reglas hubieran sido visadas por Roma, fuera el detonante para que recuperara la estima de la ciudad. Ante la posibilidad de volver a salir la hermandad de los Ángeles adquirió imagen de crucificado. Se tenían referencias de que un pintor luxemburgués llamado Pablo Legot poseía una imagen de un crucificado la cual había reencarnado recientemente. Puestos los responsables de la hermandad en contacto con el artista se obtiene que acceda a la venta por la cantidad de mil cuatrocientos reales de vellón cosa que se hace en 1635. La imagen que Legot vendió no es otra que el actual Cristo de la Fundación que había sido realizado en 1622 en madera de cedro por Andrés de Ocampo, justo un año antes de su muerte.
La imagen que nos ha llegado hasta hoy pasó por la restauraciones de Agustín Sánchez Cid en 1940 durante la cual se encontró el documento de autoría de la talla, y por la que le realizó en toda su integridad el Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales en 1989 para la cual la imagen hubo de ser trasladada a Madrid, sede del instituto.
La imagen de la Virgen puede incluso que fuera anterior al crucificado. Algunos expertos la datan del siglo XVI “pues posterior a esa fecha no aparece registrada en el minucioso libro de cuentas, la adquisición de una Dolorosa”. No se tiene datos sobre quien pudo tallarla. Sólo se sabe que fue restaurada por Juan Miguel Sánchez en 1955 y por Antonio Dubé de Luque en 1984.
Prelado Hermano Mayor
A principios de siglo XVIII la hermandad comienza a asentarse incrementando el patrimonio sobre todo al recibir legados como el que dejó mandado el capitán Andrés Bandorne quien destinó veinticinco pesos anuales a la cofradía. Por estos años tomó por costumbre que los prelados de la diócesis hispalense ocuparan el cargo de hermano mayor efectivo siendo el primero en desempeñar este cargo Francisco Solís y Folch. Todo comenzó cuando ante este prelado se presentó el cofrade Salvador de la Cruz a quien ya hemos hecho referencia, solicitando al cardenal que admitiera a la cofradía bajo su protección accediendo el prelado.
Durante ese siglo la población de personas de raza negra disminuyó considerablemente lo que provocó la reducción de la nómina de hermanos. En vista de que esta situación cada vez mermaba más el número de cofrades, se optó pasado el tiempo, en 1805, por comenzar a admitir a personas de raza blanca así como a considerar como hermanos a los benefactores y devotos de la hermandad a los que se inscribía como “hermanos de devoción”. Estos hermanos, de llegar a pertenecer a la junta de gobierno, sólo podían acceder al cargo de secretario para ocuparse de los libros de la hermandad. En estos años procesionaba la hermandad con un solo paso y ya a finales de la centuria lo hacía con dos, el primero representando “el Santo Crucificado y yacente”
y el segundo “la Virgen con palio de terciopelo y flecos de oro”.
LOS NEGRITOS EN EL PASO GÓTICO DE SAN BERNARDO
Hubo un tiempo en que el préstamo de los pasos era algo totalmente habitual, incluso se daban las circunstancias de que un paso procesionaba dos veces en la misma Semana Santa, como en este caso.
Los tres últimos años del siglo XIX, el Cristo de la Fundación utilizó el paso de estilo gótico que era propiedad de la Hermandad de San Bernardo, y que había sido tallado por José de la Peña y Ojeda en 1881.
Cristo de la Fundación sobre el paso de estilo gótico propiedad de la Hermandad de San Bernardo, y que había sido tallado por José de la Peña y Ojeda en 1881.
En 1897, la Hermandad de San Bernardo no realizó la Estación de Penitencia, por lo que cedió su paso a la de los Negritos, que volvía a salir tras varios años sin hacerlo.
Sin embargo, los dos siguientes años volvió a producirse éste préstamo, pero con la diferencia de que si salía la Cofradía propietaria del paso, éste era desmontado tras recogerse la Hermandad de los Negritos, que por entonces salía el Domingo de Ramos, para ser devuelto a sus propietarios, que lo utilizan en su salida procesional del Jueves Santo.
Cristo de la Hermandad de San Bernardo en el paso neogótico de José de la Peña y Ojeda de 1881. La fotografia es de una publicación de 1915,
Este paso fue vendido en 1924 a la Hermandad de la Veera Cruz de Utrera, siendo utilizado desde entonces por diferentes cofradías de esta localidad.
Santísimo Cristo de la Fundación de la Hermandad de los Negritos en el Jueves Santo de 1905.
Paso de palio
En 1961 se estrenó el manto de tisú celeste bordado en oro y plata con marfil engarzado realizado en el convento de las Monjas Trinitarias siguiendo el diseño de Juan Miguel Sánchez inspirado en la naturaleza de forma muy original y personal. Tres años después salía por primera vez el nuevo palio siguiendo el modelo del manto siendo los mismos el diseñador y las manos que lo bordaron.
El originalísimo manto de la Virgen de los Ángeles en todo su esplendor restaurado por el IAPH. Fue estrenado en 1961.
La Virgen de los Ángeles en 1961 por la antigua plaza de la Falange Española (actual Plaza de San Francisco). Palio liso y de cajón, Estrenaba manto de tisú celeste, bordado en plata y oro, obra de J. M. Sánchez y realizados por las Trinitarias.
Anteriormente dispuso de otros palios:
En 1896, tras la decisión de la Hermandad de la Sagrada Lanzada en realizar su estación de penitencia con un solo paso, el conjunto de su anterior paso de palio es adquirido por la Hermandad de los Negritos para dar cubijo a la Virgen de los Ángeles, estrenándose en la tarde del Domingo de Ramos de 1897.
Imagen correspondiente a uno de aquellos primeros años en que la Virgen de los Ángeles procesionaba con el palio de la Hermanda de la Sagrada Lanzada.
El precio de aquella compra fue de 450 pesetas, incluyéndose los doce varales de metal blanco, andas, peana, armazón de madera del palio, forros y caídas del palio, en pana negra con flecos y borlas de oro entrefino y 77 estrellas de metal dorado del centro del palio.
Posteriormente, el palio fue sometido a una profunda reforma con la adquisición del palio bordado por Juan Manuel Rodríguez Ojeda en 1915, y que sería utilizado hasta 1963.
Virgen de los Ángeles, bajo el palio de Rodríguez Ojeda.
Curiosa imagen de la Virgen de los Ángeles con diadema, bajo el palio de Rodríguez Ojeda, en plena calle de Mateos Gago, con la Giralda al fondo en un Jueves Santo.
Este itirenario fue utilizado por la Hermandad entre 1940 y los primeros años de la siguiente década, siendo considerablemente más reducido que el actual, lo que permitía que la Cofradía quedara recogida entre las nueve y media y las diez y media de la noche.
Cuando la Hermandad estrena el palio actual, se le ofrece el palio de Rodríguez Ojeda a la Hermandad de las Aguas de Sevilla para que cobijase a María Santísima de Guadalupe, sin embargo, su precio se salía de lo que se podía permitir la Hermandad y fue descartado.
Bambalina delantera del palio que pudo ser de la Hermandad de las Aguas de Sevilla.
En la actualidad, este palio de Rodríguez Ojeda lo posee la Hermandad de la Palma de Cádiz, formando parte del paso de la Virgen de las Penas.
Virgen de las Penas, Hermandad de la Palma de Cádiz, bajo el palio de Rodríguez Ojeda, antiguo palio de la Hermandad de los Negritos.
El texto del documento
El texto que se encontró en el interior del crucificado durante la restauración que Sánchez Cid realizó en 1940 dice: “Este Cristo se hizo en Sevilla, año de mil y seizientos y veinte y dos. Hízolo Andrés de Ocampo, maestro escultor”. La imagen presidió en 1977 el Vía Crucis de las Hermandades de Sevilla en la Catedral.
Coronación
La corporación con más de 600 años, el sábado 18 de mayo de 2019, cumplió el sueño de ver coronada a su dolorosa, Nuestra Señora de los Ángeles.
Toda una semana de actos y cultos extraordinarios que pondrían fin con la Coronación en la Santa Iglesia Catedral. Una Santa Iglesia Catedral que acogió a los hermanos, devotos, representaciones de Hermandades, representantes políticos, de las fuerzas armadas, las madrinas de la Coronación; las monjas de Santa María de Jesús, entre otras para ver coronarse a la Virgen de los Ángeles, que ha sido la número 20º.
IV Centenario del Cristo de la Fundación
Andrés de Ocampo esculpió a la imagen en 1622, antes de morir. Nació en Jaén y vivió en Sevilla desde su adolescencia. Está enterrado en la parroquia de San Vicente, donde existe la anotación: «Un crucificado de dos varas, de cedro, la cruz tosca de borne, sus clavos de hierro y título, acabado». La obra que acabó siendo titular de la hermandad de los Negritos.
Se trata de réplica que el escultor hizo para la localidad hondureña de Comayagua, pensada en un principio en ser vendida a una institución para las colonias americanas, por lo que refleja en la firma de autoría que figurase hecha en Sevilla. Su autoría no fue descubierta hasta la restauración de 1940, encontrándose en el interior, en un ensamblaje de la espalda un pergamino con la inscripción: «Este cristo se hizo en sevilla, año de mil y seizientos y veinte y dos. hizolo andres de ocampo, maestro escultor».La hermandad compró al pintor Pablo Lenglot la imagen en 1635 por el valor de 1.400 reales de vellón.
El 8 de enero 2022 dió comienzo la celebración del cuarto centenario del Cristo de la Fundación de la hermandad de los Negritos con una eucaristía presidida por el padre Ramón Valdivia, párroco de San Roque, director espiritual de la corporación y canónigo de la Santa Iglesia Catedral.
Cartel del IV Centenario del Cristo de la Fundación de la Hermandad de los Negritos.
Realizado po Fernando Vaquero Valero.
En el cartel se puede ver la Puerta de Carmona por la que ingresaba la Hermandad de los Negritos a la ciudad, los arrabales de extramuroos, los nazarenos con las antiguas antiguas túnicas negras y el Crucificado al que Sevilla lleva rezando 400 años.
Túnica de procesión
El hábito de nazareno se compone túnica de cola y antifaz confeccionada en sarga blanca. Escapulario confeccionado en fieltro azul, hasta debajo de la rodilla. Escudo bordado en el antifaz a la altira del pecho. Bacamangas con vivo azul y tres botones azules al igual que en la delantera de la túnica. Cíngulo azul anudado al lado izquierdo. Sandalias negras de dos tiras sin calcetines.
Detalle
Corona de salida actual, labrada en 1970 por Manuel Román Seco según el diseño de Juan Miguel Sánchez. Es una obra de gran originalidad realizada en plata repujada, cincelada y sobredorada con esmaltes y pedrería.
Nueva saya para Ntra. Sra. De los Angeles, 2022.
Bordada en oro fino sobre tisú dorado, amatista y perlas incrustadas.
Diseño José Manuel Martínez Hurtado
Del diseño de los respiraderos se ocupó Ángel López Herrera. A él como diseñador y a Manuel Seco Velasco como orfebre se deben los respiraderos que lució el paso de palio desde 1975 hasta 2002. Son de metal plateado en su color y dorado, cincelado y repujado.
En 2002 se estrenaron los actuales respiraderos, obra de Ramón León Peñuelas que vino a enriquecer el diseño de los anteriores, siguiendo en cualquier caso la inspiración inicial de Juan Miguel Sánchez para todo el conjunto del paso de palio. Son de plata cincelada y repujada, y cuenta con marfiles tallados y chapa acodada repujada a mano.
Dos años antes se estrenó la peana procesional, obra también de Ramón León Peñuelas en plata en su color y dorada cincelada y repujada, y madera de limoncillo para las cabezas de ángeles de la base. Está formada por dos partes separables, dado que la superior es la que suele utilizarse para los besamanos de la Virgen de los Ángeles en la festividad de la Inmaculada Concepción.
Basándose en el diseño de Juan Miguel Sánchez para el manto de la Virgen de los Ángeles, Fernando Marmolejo Camargo labró en 1961 los candelabros de cola del paso de palio en metal plateado y repujado.
Y en 2004, esos candelabros fueron sustituidos por los actuales, obra en plata repujada de Ramón León Peñuelas. Siguen el mismo diseño, aunque más barroco y alargando uno de los brazos para que sobresalga por la parte trasera del paso.
Escucha algunas de las marchas dedicada a los titulares de la hermandad.
En 2002 se estrenaron los actuales respiraderos, obra de Ramón León Peñuelas que vino a enriquecer el diseño de los anteriores, siguiendo en cualquier caso la inspiración inicial de Juan Miguel Sánchez para todo el conjunto del paso de palio. Son de plata cincelada y repujada, y cuenta con marfiles tallados y chapa acodada repujada a mano.
Dos años antes se estrenó la peana procesional, obra también de Ramón León Peñuelas en plata en su color y dorada cincelada y repujada, y madera de limoncillo para las cabezas de ángeles de la base. Está formada por dos partes separables, dado que la superior es la que suele utilizarse para los besamanos de la Virgen de los Ángeles en la festividad de la Inmaculada Concepción.
Y en 2004, esos candelabros fueron sustituidos por los actuales, obra en plata repujada de Ramón León Peñuelas. Siguen el mismo diseño, aunque más barroco y alargando uno de los brazos para que sobresalga por la parte trasera del paso.
Escucha algunas de las marchas dedicada a los titulares de la hermandad.
Ntra. Sra. de los Ángeles (Fernández Alba)
Ntra. Sra. de los Ángeles (Pantion)
Cristo de la Fundación
Virgen de los Negritos (Pedro Morales)
Marcha Los Ángeles (Carlos Llano)
Cristo de la Fundación (Alcaide)
Regina Angelorum (Francisco del Toro)
A Nuestra Señora de los Ángeles (Julián Martín Fernández)
Domina Angelorum (Alberto Fernández-Palacios García)
Los ángeles te coronan (David Torres Fernández)
Virgen de los Ángeles (Manuel Marvizón Carvallo)
Video de Cinturón de Esparto
Bibliografía
Enciclopedia de la Semana Santa de Sevilla del El correo de Andalucía
Historia de las cofradías de Sevilla del ABC
El poder de las imágenes, iconografía de la Semana Santa de Sevilla, del Diario de Sevilla
Sevilla y su Semana Santa memoria de un siglo de ABC
https://www.hermandadlosnegritos.org
http://periodistacofrade.blogspot.com
Enciclopedia de la Semana Santa de Sevilla del El correo de Andalucía
Historia de las cofradías de Sevilla del ABC
El poder de las imágenes, iconografía de la Semana Santa de Sevilla, del Diario de Sevilla
Sevilla y su Semana Santa memoria de un siglo de ABC
https://www.hermandadlosnegritos.org
http://periodistacofrade.blogspot.com
http://cuestiondecofradias.blogspot.com
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