Historia de las Hermandes de Sevilla: La Aguas





Real, Antigua, Ilustre y Fervorosa Hermandad de la Santa Cruz y Nuestra Señora del Rosario y Archicofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de Las Aguas, Nuestra Madre y Señora del Mayor Dolor y María Santísima de Guadalupe





Una cofradía trianera

Ya fuera por las inundaciones tan frecuentes en Sevilla por las crecidas del Guadalquivir o las etapas de sequía que asolaban la ciudad, lo cierto es que surge la devoción a un Cristo crucificado titulado “de las Aguas” a quienes se concentraban sus devotos, ya fuera por peligro de desborde del río o cuando su caudal era escaso. Y, de hecho, esa fue la causa de la fundación de esta hermandad, que no dispone de muchos datos de su primera etapa.

Es de suponer que la cofradía se funda para dar culto a la imagen de este crucificado que algunos autores lo identifican con una talla que se encontraba en el Hospital de la Sangre de los Remedios que, en marzo del año de la fundación de la corporación, 1750, salió en rogativas para que intercediera, y ni aún por esto hay acuerdo, ante una fuerte crecida ocurrida en esas fechas o como apuntan otros autores, ante la falta de agua que se padecía.

Procediendo a la fundación de la hermandad, era especialmente fervorosa la procesión que los devotos del crucificado, que estaba en el hospital, efectuaban hasta el Monasterio de la Cartuja meditando las estaciones del Vía Crucis.





La cofradía se funda en San Jacinto bajo la advocación de Cristo de las Aguas y Nuestra Señora del Mayor Dolor, aprobándose sus primeras reglas, siendo arzobispo Luis Jaime de Borbón, coincidiendo con su primera salida procesional en 1751. Sus hermanos, de condición humilde, debían incluso acudir a la solidaridad de las demás hermandades del barrio para poder efectuar la procesión. Así ocurrió en su primera salida que se efectuó hasta la Parroquia de Santa Ana para la que la Hermandad de las Tres Caídas hubo de ceder su paso y así, la recién creada corporación pudiera efectuar estación en la tarde del Miércoles Santo.


Santísimo Cristo de las Aguas de Antonio Illanes a su paso por el puente de Triana.






El precario modo de vida de los cofrades del Cristo de las Aguas hizo que pronto la hermandad entrara en decadencia. Ni treinta años habían pasado desde su fundación cuando tuvo que dejar de salir a las calles por falta de medios. Nada más empezar el nuevo siglo, en 1805, y como último recurso para no llegar a la desaparición, la hermandad aprueba su unión con la Hermandad de Nuestra Señora de la  Candelaria y Patriarca Bendito San José, que tenía capilla propia en el convento regentado por los Padres Dominicos del mismo templo de San Jacinto.





La reorganización

No  fue hasta 1891 cuando un grupo de devotos formados por Ramón Gil, José Melero y Miguel Esparragola, que se reunían para el rezo del Santo Rosario en la capilla del Rosario y Santa Cruz del Rodeo en sus  comienzos, y más tarde en la capilla de la Resolana, volviera a revitalizar la corporación al dotarla de nuevas reglas, devolviendo a la sede de San Jacinto el crucificado que había sido instalado en Santa Marina.

Para esta nueva etapa se escoge como día de salida la tarde del Domingo de Ramos, aunque pronto cambiase al Miércoles Santo, con un solo paso donde figuraba el Crucificado, la Virgen y San Juan, si bien algunos años, cuando las circunstancias económicas lo permitían, la Virgen procesionaba bajo palio, aunque este hecho se produjera en contadas ocasiones siendo la primera en  1897.

Las túnicas de los nazarenos eran de cola blanca y antifaz negro aunque rápidamente fueron modificadas para incorporar el antifaz morado. Se sabe también que, a principios de siglo, una centuria de romanos acompañaba la procesión y que, a partir de 1923, ocupa lugar entre las hermandades que procesionan el Lunes Santos.




Misterio de la Hermandad de las Aguas en 1892. Primera estación de penitencia tras la reorganización de la hermandad desde San Jacinto, después de un siglo sin salir. Un solo paso con el Crucificado, la Virgen, San Juan y el Ángel.










El Cristo de las Aguas por San Jacinto en la década de 1890.







El Cristo de las Aguas, en la calle Manuel Carriedo (San Jacinto), a pricipio de la década de 1920. Entonces salía del convento dominico de San Jacinto. Al fondo, a la derecha, el edificio del Protectorado de la Infancia y, más cerca, la casa de los Mensaque; a la izquierda, en primer plano y en la esquina del callejón de Juan Romero, el establecimiento que fue Mariscos Emilio.









Hasta su incorporación al Lunes Santo, la Hermandad de las Aguas salía el Domingo de Ramos en el antepenúltimo puesto, entre las Hermandades de la Estrella, con quién compartía sede, y la Amargura.







Pero volvemos a 1891 cuando para completar el paso de misterio se encargaron las esculturas de San Juan Evangelista, al escultor Ángel Álvarez, y el Ángel orante que lleva el cáliz para recoger el agua que mana del costado del Cristo, que realizó Manuel Álvarez Guisvert.




Calvario de las Aguas por la calle Reyes Católicos, en su salida de 1823 desde San Jacinto, con el primitivo Crucificado, que tenían, de papelón, sustituido en 1930.











Fotografía del primitivo titular de la Hermandad de las Aguas, realizado en pasta de madera.





Un año después, en 1937, el cabildo de salida de la hermandad, reunido de urgencia, acordó que debido a los sucesos convulsos que agitaban el país no se hiciera ostentación ninguna durante la estación de penitencia para lo que se suprimiera todo lo que significase lujo u ostentación incluso prescindiendo de cualquier alhaja en las imágenes y de la banda de música.

Un nuevo revés sufriría la hermandad el 29 de octubre de 1942 cuando un incendio declarado en la parroquia de San Jacinto destruyó las imágenes titulares ocasionando la pérdida de muchos de los enseres. 


En 1930, el cardenal Illundáin bendijo la imagen del Cristo de las Aguas. Era obra de Antonio Illanes y desapareció en el incendio fortuito de su altar de San jacinto en 1942.













Imagen del antiguo Cristo de las Aguas de Antonio Illanes, realizado en 1930 y desaparecido en el incendio de San Jacinto en 1942.










La desaparecida Virgen del Mayor Dolor
Imagen de dolorosa de Montes de Oca que la Hermandad de las Aguas perdió en el incendio fortuito de 1942.
A esta imagen, que figuraba en el paso de Cristo la sustituyó la que esculpiese en 1944 José Romero Murillo













Misterio del Stmo Cristo de la Aguas saliendo de San Jacinto en 1930. La en aquella época cofradía trianera, estrenaba la talla del Cristo, primera de las que hizo Antonio Illanes para al Hdad y que se perdería, en el incendio fortuito que se produjo en San Jacinto en octubre de 1942. Las andas realizada en 1929 por Guillermo Muñiz en caoba.










Reponiéndose a sus desdichas, y tras conseguir autorización del Cardenal Segura al querer costear la realización de la talla a través de una suscripción popular, la hermandad acometió rápidamente la sustitución de las imágenes perdidas encargando al propio Illanes la realización del Crucificado, que fue concluido en el año 1943 y que es el que pose la hermandad en la actualidad








Crucificado de las Aguas en 1943, salió por primera vez de la iglesia de Santiago por el fuego en San Jacinto en 1942, segundo que realizó Illanes.
Salió solo en el paso de Guillermo Muñiz de 1929, salvado de las llamas. 











Por esta imagen recibió el escultor en 1940 la Medalla de Plata en la Exposición Nacional de Arte Religioso celebrada en Madrid. La talla de María fue encargada al ceramista José Romero Murillo aunque algunos estudiosos apuntan a que no fue una obra de nueva hechura sino que el artista procedió a rehacer la imagen sobre lo que quedó de la que se vio afectada por el incendio. Antonio Eslava se encargó, por su parte, de realizar la imagen de María Magdalena.




La Magdalena de Eslava, sustituida en 1998 por la de Álvarez Duarte, en la actualidad pertenece a la Hdad de la Expiración de Carmona.





A la vez que la hermandad recobraba sus imágenes se procedió a abandonar el arrabal trianero para instalarse la hermandad en la iglesia de Santiago.



Misterio a principio de los años 50 en la Iglesia de Santiago (de 1942 a 1955) con el crucificado de Illanes. Paso de 1929, obra de Guillermo Muñiz en madera de caoba, líneas rectas y cajetones tallados. Este paso se vendió a la Agrupación del Cristo de Las Tres Caidas de Dos Hermanas. 









Misterio de saliendo de la antigua Capilla del Rosario en los años 80. Entre 1989 y 1992 esta Capilla sería reconstruida en su totalidad, trasladando la Hermandad su sede a la Parroquia del Sagrario y saliendo desde los Terceros. Estas andas estrenadas en 1929 y talladas por Guillermo Muñiz, con diferentes reformas procesionaron hasta 2003. 










La Hermandad de Las Aguas en el año 2011 vendió el antiguo paso de cristo a la Agrupación del Cristo de Las Tres Caidas de Dos Hermanas. 










De Santiago a San Bartolomé

Residiendo en este templo la corporación celebró los actos del II centenario fundacional, con la  asistencia oficial de la Hermandad del Rosario, de la capilla del Dos de Mayo, a la fuertes lazos la unían tal y como referíamos anteriormente cuando reflejábamos la refundación de la hermandad. La celebración comenzaba a las seis de la mañana del día 12 de marzo con un Rosario de la Aurora seguido de función con Vía Crucis por la tarde por las calles de la feligresía.

En la Iglesia de Santiago residió la hermandad hasta mediados de los años cincuenta para pasar a San Bartolomé, en plena judería sevillana, en 1955. El 10 de diciembre se traslada la corporación hasta San Bartolomé. La imagen del Crucificado iba a hombros y la Virgen del Mayor Dolor en andas.

Fue allí donde la hermandad se asentó como tal, adquiriendo notoriedad y vida regular pocesionando el Lunes Santo.



El misterio de Aguas saliendo de San Bartolomé, sede de la Hermandad entre 1955 y 1977. Iba sobre el antiguo paso de madera, que tanto tiempo utilizó la cofradía, pero alumbrado con faroles.







El paso de misterio de las Aguas, con sus clásicos faroles, saliendo de San Batolomé, templo que se trasladó en 1955.










Por la Plaza de las Mercedarias vemos al misterio del Cristo de las Aguas en la tarde del Lunes Santo de 1955.








Estando la hermandad en este templo, en 1962, Juan Abascal talla el ángel de rodillas que recoge la sangre y agua que brota del costado de la  imagen de Cristo. 


La imagen del Ángel que figura en el misterio es una interesante obra salida de la gubia del imaginero Juan Abascal y que fue estrenada en la Semana Santa de 1962.







Pocos años después, el día 19 de febrero de 1967, se procedía a la bendición de una nueva imagen de la Virgen, si bien esta vez no sustituía a la de Romero Murillo, ya que se trataba de una nueva advocación que se unía a esta corporación.



Así es bendecida la imagen de María Santísima de Guadalupe, talla de un jovencísimo entonces Luis Álvarez Duarte




La bendición de la imagen de la imagen fue efectuada por el reverendo Salvador Díaz Luque, párroco del templo, siendo padrinos el General Jefe de la Guardia Civil, y el Gobernador Civil de la época, José Utrera Molina. La primera salida procesional de esta Virgen, que portaría  así el segundo paso a la comitiva, no se produjo hasta dos años después, en 1969.


Primera salida de la Virgen de Guadalupe, en 1969, con el paso en San Bartolomé. donde residía esta cofradía entonces.





La Virgen de Guadalupe en San Bartolomé, 1970. Segunda salida procesional y estrenaba respiraderos de palio, proyecto de Vicente Martín Cartaya, terminados por viuda de Villarreal. Sufrieron algunas modificaciones sobre la traza original.







La devoción a la Virgen de Guadalupe

Precisamente, a la imagen que se venera en tierras extremeñas debemos hacer referencia porque cuenta la leyenda que estuvo por un tiempo en nuestra ciudad donde arraigó y cuya devoción sobrevivió al tiempo, recogiendo así la hermandad una de las advocaciones que aquí tuvieron fuente y caudal. La imagen de la Virgen, que como decimos está en Extremadura pero que residió en nuestra capital, se pierde en la noche de los tiempos pues los escritos más arcaicos afirman que su primer propietario pudo San Lucas.

Los escritos narran que una vez desaparecido el evangelista en Asia Menor, la imagen permaneció enterrada a su lado. Los restos fueron llevados a Constantinopla junto a  la imagen y de allí a Roma por el cardenal Gregorio, legado del Papa Pelagio II. Este cardenal fue elevado a Sumo Pontífice, adoptando su propio nombre y fue más tarde conocido como Gregorio Magno. El Papa colocó la imagen en su oratorio particular. Las leyendas sobre esta advocación cobran aquí su impulso ayudado por los escritos que recogían que en una de las procesiones que se efectuó por la ciudad romana con motivo de una epidemia de peste, los devotos sanaban mientras un ángel se aparecía sobre un castillo limpiando la sangre de un espada. El castillo, desde entonces, fue el Castillo Sant Angelo, refugio de papas en la paz y durante la guerra.

Isidoro, hermano del Papa, trasladó la imagen a Sevilla y la entregó a San Leandro, arzobispo de la ciudad. Durante la travesía se calmó una fuerte borrasca y la imagen llegó indemne al puerto fluvial hispalense. Desde allí fue trasladada a la iglesia principal, en la que fue venerada hasta la invasión musulmana del año 711. En el año 714, unos clérigos de Sevilla, que huían del peligro sarraceno, llevaron la imagen hasta Extremadura y la escondieron junto al río Guadalupe, donde fue encontrada seis siglos después por el pastor Gil de Santa María.

Esta devoción a la advocación de la Virgen de Guadalupe hizo que la hermandad se encuentre agregada a la Insigne y Nacional Basílica de Santa María de Guadalupe de México, así como poseer el título de archicofradía, según carta de agregación de fecha 20 de diciembre de 1972, firmada por el Emmo. D. Gulolermo Schulemburt Prado, XXI Abad de Guadalupe, y ratificada por el Excmo. y Rvdmo. Cardenal de Sevilla D. José María Bueno y Monreal. Unos años después, en 1973,  Luis Álvarez Duarte tallaba la nueva imagen de San Juan Evangelista. 


La imagen de San Juan Evangelista que figura en el paso de misterio de la Hermandad es una obra de Luis Álvarez Duarte realizada en 1973 y que sustituyó al anterior que había sido tallado por Antonio Illanes el año 1943.






La imagen de María Magdalena, fue realizada por Luis Álvarez Duarte, bendiciéndose el Viernes de Dolores de 1998, tras ser aprobada en Cabildo General Extraordinario celebrado el día 29 de diciembre de 1997, la sustitución de la anterior imagen, obra de Antonio Eslava.


La imagen de María Magdalena, fue realizada por Luis Álvarez Duarte.









El traslado a Dos de Mayo

Otra vez cambiaría la hermandad de sede llegando así al lugar que ahora mismo conocemos. Corría el año 1977 cuando el hermano mayor de entonces, Juan Delgado Alba, fomentó entre los hermanos el deseo de que la hermandad se instalase en la capilla donde residían aquellos hermanos que, a finales del siglo XIX, se reunían para rezar y que posibilitaron el resurgir de la hermandad, a la vez que se procedía a una fusión entre ambas corporaciones que ya establecieron concordia en 1950. Hay que indicar también que no fue ésta la sede que en principio barajó la hermandad para su traslado, ya que la corporación realizó gestiones encaminadas a la posible cesión de Santa Marina e incluso el antiguo templo del Valle.






Así, el 4 de abril de 1977, cuando la hermandad regresaba de su estación de penitencia para la que había salido por última vez de San Bartolomé, hizo su entrada en la Capilla del Rosario de la calle Dos de Mayo. La fusión entre la corporación de penitencia y la de gloria se efectuó por acuerdo de los cabildos generales que llevaron a cabo, ambas corporaciones. Primero, pues, se procedió al traslado de la hermandad de las Aguas como hemos indicado, el Lunes Santo de 1977, siendo el día 12 de diciembre del mismo año cuando la autoridad eclesiástica aprobaba definitivamente la fusión.




La imagen gloriosa de la Virgen del Rosario es una talla completa de la Virgen con el Niño que muestra las características propias de la escultura sevillana del siglo XVIII, considerándose muy próxima a la estética del escultor Pedro Duque Cornejo, aunque, hasta el momento, no se ha encontrado ningún tipo de documento que pueda dar verosimilitud a ninguna atribución.










 La  nueva capilla fue levantada de nuevo en 1992 como reconstrucción de la primitiva según proyecto, que recogía una planta rectangular con cúpula, del arquitecto Aurelio del Pozo. Tres duraron las obras, desde 1989 hasta 1992 y mientras se acometieron las obras, las imágenes ocuparon un sitio en la Parroquia del Sagrario realizando estación de penitencia desde la iglesia de Los Terceros.







Un Cristo,  en el ruedo

Hecho curioso en la historia de la hermandad y de las cofradías de Sevilla fue el traslado de la imagen del Crucificado hasta la plaza de toros de la Real Maestranza.
Corría el mes de junio de 1993 cuando, con motivo de la celebración en Sevilla de la primera Ultreya Europea de Cursillos de Cristiandad, la imagen que tallara Antonio Illanes fue llevada desde su capilla hasta la Real Maestranza de Caballería donde se celebró un acto presidido por el cardenal Pironio.
Acompañaron al cardenal arzobispo de diversos países y casi un centenar de sacerdotes que celebraron la misa ante 14.000 personas. La imagen regresó a su capilla de madrugada.






Medallas para la Virgen

La imagen de la Virgen de Guadalupe lleva a gala lucir en el pecho cada en la Estación de Penitencia cada Lunes Santo las medallas de Oro de la Feria de Muestra Iberoamericana de Sevilla y del Cuerpo Consular de esta ciudad.







Los CCL años

En el año 2001 la hermandad de las Aguas celebró con solemnidad los doscientos cincuenta años de la fundación en el Convento de San Jacinto. Para ello, la corporación decidió trasladar en el me de marzo las imágenes del Cristo de las Aguas y Nuestra Señora del Mayor Dolor a la Parroquia de Santa Ana, en el barrio de Triana.
A la celebración de los actos, que se prolongaron durante varios días, las imágenes titulares regresaron en salida procesional hasta su capilla saliendo desde la Capilla de los Marineros, sede de la hermandad de la Esperanza de Triana en el corazón de la calle Pureza.




Túnica de procesión

El Hábito de Nazareno se compone de túnica de cola confeccionada en sarga blanca, capirote confeccionado en sarga morada, cinturon de esparto y el escudo de la hermandad en el antifaz.









El detalle




 Bambalina frontal. Bordado en oro y sedas de colores a realce, obra de Herederos de Esperanza Elena Caro, diseño de Joaquín Dubé de Luque, 1988.









Llamador del paso del Cristo de las Aguas. Reproduce parte del puente de Triana en recuerdo a sus orígenes al otro lado del río. 







 Llamador del misterio. Metal fundido, obra de Daniel Santos, modelo de Miguel Ángel Domínguez Velázquez, 2009.
En uno de los extremos del llamador del paso del Cristo de las Aguas hay una representación del Arco del Postigo. Por uno de sus lados presenta la peculiaridad de llevar colgada una cadena y una corona de flores en el otro, en recuerdo del costalero de este paso Juan Carlos Montes, fallecido en 1999 en las inmediaciones de este enclave urbano cuando llevaba este paso.






Respiradero trasero del paso de misterio, realizado por los hermanos Caballero y Enrique Castellanos Luque, 2006-2011.
En el centro del respiradero trasero, en relieve hay una detallada réplica de la fachada de la iglesia de Santa Ana, con su torre policromada. Su presencia se explica por el origen trianero de la hermandad y la celebración en 2001 de su CCL aniversario fundacional con cutos en la parroquia de Santa Ana.






 Bandera de San Bartolomé. Metal fundido, obra de Daniel Santos, 2007.
Los cortejos de las hermandades nos muestran en ocasiones no solo su realidad espiritual y devocional, sino su propia historia. Tal es este caso, cuando la hermandad incorporó una bandera a su cortejo recordando su estancia en la parroquia de San Bartolomé. La misma se remata en su asta por una reprodución de su torre, rodeada por sus cuatro caras por parejas de cuchillos cruzados que simbolizan el martirio de San Bartolomé, que fue desllado vivo.















Estandarte de la Hermandad de las Aguas realizado por Carrasquilla en 1953.







En los basamentos de los varales, el palio de la Virgen de las Aguas lleva patronas españolas. En la foto "Nuestra Señora de Montserrat de Barcelona" (Patrona de Cataluña).









Escucha algunas de las marchas dedicada a los titulares de la hermandad.

Stmo Cristo de las Aguas - Francisco Arroyo Rodríguez (1988)


Traición - Manuel Estéban (1999)


Aguas de Guadalupe - Israel Jiménez Chozas (2005)


El Cáliz - Jorge Aguilá y Agustín Castro (2012)


Aguas de Triana - J. Julio Vera Cuder y Manuel Alejandro González Cruz (2013)


Cáliz de Vida - Alejandro Gómez Rodríguez (2018)


Mayor Dolor en tu Calvario - Francisco J. Ortiz Morón (2020)


Nuestra Señora de Guadalupe - Antonio Pantión Pérez (1968)


Guadalupe, Madre de la Hispanidad - J. Velázquez Sánchez (1991)



Guadalupe sobre tu costal - Julio Paez Cano (1998)


Lagrimas de Guadalupe - Juan José Puntas Fernández (2001)


Cristo de las Aguas - Luis Pedro Bédmar Estrada (2010)


La Emperatriz Hispana - Daniel Albarrán Acosta (2017)


Nuestra Madre y Señora del Mayor Dolor - Daniel Albarrán Acosta (2020)


Los cuatro clavos - Iván Gómez Marín (2013)











Video de Fernando Comas 






Video de Desde Triana 




















Bibliografía

Enciclopedia de la Semana Santa de Sevilla del El correo de Andalucía
Historia de las cofradías de Sevilla del ABC
Sevilla en sus cofradías de Rafael Jiménez Sampedro
Sevilla y su Semana Santa, memoria de un siglo. ABC de Sevilla
La Semana Santa según ABC de Sevilla 1929-1946
http://www.hermandaddelasaguas.org






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