Lebrija es una localidad de la provincia de Sevilla, a 78 kilómetros de la capital. El municipio está enclavado en la comarca de las Marismas del Guadalquivir, los municipios más cercanos son Las Cabezas de San Juan, Trebujena, Arcos de la Frontera, Jerez de la Frontera y El Cuervo.
Lebrija tiene una de las Semana Santa más extensas en cuanto a número de hermandades de la provincia de Sevilla. Un total de nueve corporaciones realizan su estación de penitencia desde el Domingo de Ramos hasta el Viernes Santo. Cuenta con un gran valor artístico y devocional con hermandades que datan del siglo dieciséis así como titulares que se sitúan en estos siglos.
* La Borriquita (Domingo de Ramos)
* Oración en el Huerto (Martes Santo)
* Humildad (Miércoles Santo)
* Los Gitanos (Miércoles Santo)
* Castillo (Jueves Santo)
* Dolores (Viernes Santo - Madrugada)
* Vera-Cruz (Vienes Santo)
* Santo Sepulcro (Viernes Santo)
* Soledad (Viernes Santo)
Venerable Hermandad y Cofradía de Ntro. Padre Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén y Ntra. Señora de la Estrella y San Juan Evangelísta
Fundación: 1988
Pasos: Dos.
Día de Salida: Domingo de Ramos
Hábito: Túnica blanca y antifaz y cíngulo celeste inmaculado.
Sede Canónica: Parroquia de Nuestra Señora de la Oliva
Un grupo de cofrades lebrijanos, encabezados por Don José Rivas, que solían acudir los Domingos de Ramos a Jerez de la Frontera a presenciar las cofradías al no efectuar ninguna estación de penitencia en Lebrija dicho día, deciden fundar una nueva, dedicada a la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén, siempre apoyados por jóvenes cofrades.
Esta Hermandad fue fundada, como asociación a principios del año 1988, sale en procesión por primera vez en 1990 con una sola de sus imágenes titulares, Ntr Padre Jesús en la Entrada Triunfal en Jerusalén, obra del imaginero sevillano D. Juan Manuel Miñarro. Ese mismo año se incorpora al paso de misterio la imagen de San Juan Evangelista de autor anónimo y que fue donada por D. José Cortines Pacheco, entre los años 1990 y 1994 se termina el paso de misterio con las imágenes de un niño,una niña,una mujer hebrea y una burrita, realizadas por el escultor D. Juan Herrera Cala.
Años más tarde, se incorporará a su titularidad una nueva imagen de María Santísima, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Estrella, bendecida el 7 de marzo de 1999 con el apadrinamiento de la Hermandad de la Estrella de Sevilla.
Nuestro Padre Jesús en su Entrada Trinfal en Jerusalén
Escultura de Jesús, ejecutada en madera, representando la entrada del Mesías en Jerusalén sentado a la jineta sobre la pollina.
La efigie, asoma sus pies descalzos bajo la túnica y sostiene las bridas del animal con su mano izquierda mientras, con la derecha algo levantada, hace el gesto de la bendición.
El grupo escultórico es obra del escultor sevillano Juan Manuel Miñarro López (1989).
Misterio representa la entrada del Mesías como Rey en Jerusalén, a cuya escena asisten una mujer hebrea que aclama al Mesías con vítores de «Hosanna, Hosanna» y un niño hebreo que porta en su brazo izquierdo una palma, además de otra niña hebrea y San Juan ubicado tras Jesús junto a la palmera. Completa la composición un pequeño pollino, situado al lado opuesto del Discípulo amado, también junto a la palmera.
Está proyectado incorporar las imágenes de San Pedro y Santiago.
El canasto y los respiraderos están tallados por el artífice local, Andrés Monreal Carmona (1992-93), advirtiéndose en él su estilo autóctono. La decoración está ejecutada a base de motivos vegetales, luciendo la madera en su propio color, y con la que contrasta la sutil policromía de los escudos de las distintas Hermandades de la localidad, insertos en el canasto. Alumbran el misterio, cuatro faroles, de sección cuadrangular, también obra del mismo autor.
El niño hebreo, la mujer hebrea postrada, la niña y la burrita, han sido todas realizadas por Juan Herrera Cala (1990-94). A un lado de la palmera, se ubica en el paso, una imagen de San Juan, cedida a la Hermandad por don José Cortines Pacheco, obra ésta de candelero hecha para ser vestida del siglo XIX.
Nuestra Señora de la Estrella
Imagen de María Santísima, tallada en madera y policromada, con cuerpo de candelero, hecha para ser vestida, siguiendo el modelo propio de la escuela sevillana obra del escultor afincado en Lebrija, Juan Herrera Cala (1999).
El paso de palio se estrenó en la Semana Santa del año 2000.
Venerable Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús Orando en el Huerto, Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Santa María de Jesús
Fundación: 1815
Pasos: Tres.
Día de Salida: Martes Santo
Hábito: Túnica blanca con capa negra y antifaz y botonadura rojos. Cinturón de esparto.
Sede Canónica: Parroquia de Santa María de Jesús
Aunque oficialmente no se constituye su libro de reglas hasta 1868, año en el que se redacta este escrito dando nombre a la Hermandad como hermandad y cofradía de Ntro. Padre Jesús de la Oración del Huerto y Nuestra Madre Santa María de Jesús, la historia de esta cofradía empieza años atrás. En un informe del arzobispado de Sevilla se recoge por primera vez noticias de esta hermandad por el año 1857. Aquí se manifiesta que la intención de los hermanos era sacar la Cofradía con su paso y sus imágenes, pero en esos momentos carecían de ambas cosas. Sus acciones en el año 1815 se limitaban a predicar un Sermón el Jueves Santo; además de sacar un rosario de penitencia en los días de Cuaresma.
Desde sus inicios y una vez redactadas las reglas de 1868; que fueron nuevas, debido a la pérdida de las antiguas, la cofradía reside en el convento de Franciscanos Tercer, en la actualidad la parroquia de Santa María de Jesús. Uno de los monumentos más cofrades dentro de la Semana Santa Lebrijana, debido a su cercanía a la plaza de España y a la carrera oficial. Hay datos, en el arzobispado de Sevilla que manifiestan que en el año 1880, la hermandad de la Oración en el Huerto y Santa María de Jesús realizaba su estación de penitencia el Jueves Santo, compartiendo sede con la Hermandad de la Conversión del Buen Ladrón, en este antiguo convento, actual iglesia de Santa María de Jesús.
Tras la muerte del que fuera su máximo responsable, la hermandad perdió un gran apoyo y debido a la falta de recursos económicos tras el cambio sufrido tras la muerte de Andrés Sánchez, la hermandad estuvo varios años si salir de su sede en la actual iglesia de Santa María de Jesús. No hay referencias de ellas durante varios años, sobre todo a finales de los años 30, y durante la Guerra Civil. Desde su creación siempre ha sido una hermandad humilde económicamente, y la falta de recursos con la que empezó permaneció con la cofradía durante algunos periodos.
En el año 1942, la hermandad se ve agraciada con la incorporación del Santísimo Cristo de la Buena Muerte. Esta importantísima talla de autor desconocido pero atribuida a los hermanos Ocampo, desfiló en sus inicios en solitario, el Lunes Santo. Es desde aquí, cuando se empieza a conocer a la cofradía del Martes Santo, como Venerable Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padres Jesús Orando en el Huerto, Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Santa María de Jesús.
Durante mediados de los 40 la hermandad volvió a pasar por momentos económicos difíciles, llegando a sacar el Cristo de la Buena Muerte sin música. Además la iglesia no le cobró los cánones parroquiales por su estación de penitencia. Es quizás, por esta falta de recursos por lo que ven más viable que el Santísimo Cristo de la Buena Muerte procesione el Martes Santo junto con el resto de la hermandad, realizando su primera estación de penitencia unidos en el año 1954.
En el año 1981, se sustituye el antiguo cristo de la Oración en el Huerto por otro del escultor Juan Antonio Ventura.
Nuestro Padre Jesús Orando en el Huerto
El primer paso representa este paso la Oración de Jesús, confortado por un ángel, en el Huerto de Getsemany.
Las imágenes son recientes, de Juan Ventura en 1981.
El paso de Ntro.Padre Jesús Orando es de madera tallada en color caoba realizado por D.Manuel Durán entre los años 1988-1995.
Santísimo Cristo de la Buena Muerte
El segundo paso, representa al Crucificado muerto en la cruz, antiguo titular de la extinta cofradía lebrijana de la Conversión.
Anónimo del siglo XVII.
El paso del Stmo.Cristo de la Buena Muerte diseñado y realizado por los hermanos Macías de Lebrija en 1942.
Santa María de Jesús
El tercer paso va la Dolorosa bajo palio. Anónima del siglo XVII, se trata de una antigua imagen letífica, transformada en Dolorosa.
El paso de Sta.María de Jesús, el Palio, manto y los faldones son de terciopelo rojo, los varales de D.José Manuel Ramos y hermanos Delgado López, candelería de Villareal, faroles a los pies de la Santa Madre de D.José Manuel Ramos y respiraderos de hermanos Delgado López de 1996-2002.
Venerable Hermandad y Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Humildad, Nuestra Señora de la Victoria, Nuestra Señora de la Aurora y San Juan Evangelista
Fundación: 1640
Pasos: Tres
Día de Salida: Miércoles Santo
Hábito: Túnica morada con antifaz del mismo color. Capa y cíngulo verdes.
Sede Canónica: Capilla de la Aurora
El gremio de los molineros estableció en 1640 una cofradía en un altar del patio de los naranjos de la Parroquia de la Oliva, en el que era venerada una imagen de talla de San Francisco de Padua. La cual comenzó a sacar el Miércoles Santo una procesión de penitencia con la insignia del Santo Cristo de la Humildad y Paciencia de Nuestro Señor.
No volvemos a tener noticias de esta cofradía más que la institución en 1661 de una memoria de misas en su altar por don Cristóbal García Vidal hasta 1685, año en el que el señor visitador del Arzobispado detalla que se hallaba instalada en el citado altar y efectuaba su estación penitencial en Miércoles Santo. Según dicho visitador también cumplían su estación anual las cofradías de Las Penas, establecida en la ermita de San Roque, llagas de Nuestro Señor; en la Iglesia del Castillo cuya procesión salía el Jueves Santo, Vera Cruz, en su propia ermita, Jesús Nazareno de San Francisco en la madrugada, Santo Entierro de Cristo el Viernes Santo a las tres de la tarde desde la Parroquia y Nuestra Señora de La Soledad por la tarde noche desde el convento de Santa María de Jesús.
Nuestra Señora de la Victoria ya era venerada en la misma capilla en 1732, resultando por tanto muy reducido el espacio para ambas imágenes. Debido a ello, sus hermanos decidieron reedificar la capilla ampliando su perímetro sobre unos terrenos aledaños. La capilla quedó embellecida con la instalación de una reja de hierro y nuevos retablos para albergar a las imágenes titulares.
A mediados del siglo XIX, el señor arcipreste don Fernando Ortíz refería que ésta realizaba su estación penitencial y funcionaba como Hermandad, aunque carecía de reglas aprobadas. En esa misma época acordó mancomunadamente con las Hermandades de Los Dolores, Ecce - Homo y Virgen del Castillo que asistirían sus hermanos vestidos de nazarenos a las procesiones de las otras. Durante aquellos años, gozaba de cierto auge cofradiero, como puede constatarse en los libros de cuentas que conserva correspondientes a dicha época. Destacaban entonces al frente de ella los miembros de la familia de los Alba, conocidos también en Lebrija como los Casquetes, quienes estaban entroncado por tradición familiar. En 1881, se encargó una nueva saya para la Virgen de la Victoria, bordada en oro sobre terciopelo morado, costeado con la ayuda de los devotos y la aportación económica de su entonces camarera, doña Ana Alba y Vidal. Se ha identificado la saya indicada con la que en 1958 fue pasada a nuevo terciopelo negro, gracias a la aportación de la camarera Ana Díaz Navarro posteriormente de nuevo pasada a nuevo terciopelo.
La Semana Santa de 1969, Nuestra Señora de la Victoria procesionó acompañando al Cristo del Ecce - Homo pues el de la Humildad no se encontraba en condiciones para hacerlo.
Su particular devenir histórico está lleno de vicisitudes. La más acusada en la historia reciente quizás sea la crisis sufrida en el año 1975 cuando estuvo al borde de la desaparición a consecuencia de haber quedado reducida su Junta de Gobierno a una sola persona, que con fe y perseverancia supo reunir otra nueva, constituida a modo de gestora, para salir adelante. Al siguiente de 1976, Nuestra Señora de la Victoria dejó de acompañar al Santo Entierro en la procesión del Viernes Santo por diferencias y falta de acuerdo entre las Juntas de dichas Hermandades, rompiendo así con una antiquísima tradición. Tras años e incertidumbre y titubeo, en 1978, comenzó una nueva Junta a trabajar con el propósito de reemprender su actual marcha ascendente.
La autoridad eclesiástica aprobó el traslado a la capilla de la Aurora el 18 de mayo de 1978, de cuyo recinto sagrado tomó posesión el 22 de octubre del mismo año. A pesar de ello, la primera salida procesional desde la Aurora no se verificó hasta 1980. Con ocasión del traslado y definitivo establecimiento canónico en dicha Iglesia, Nuestra Señora de la Aurora, imagen titular del templo, fue incorporada a la titularidad de la Hermandad. En su honor, ésta celebra un solemne Triduo y el tradicional Rosario de la Aurora callejero el quince de agosto.
La Alcaldía de Lebrija fue nombrada Hermano Mayor honorario de la Hermandad el diez de octubre de 1991, convirtiéndose desde entonces en tradicional la cesión de la vara de mando por parte del señor alcalde en la mañana del Miércoles Santo a Nuestra Señora de la Victoria para que la porte durante el recorrido procesional.
Nuestro Padre Jesús de la Humildad
El Cristo de la Humildad, escultura tallada en madera de cedro que muestra a Jesús sentado en una peña en actitud reflexiva, desnudo, momentos antes de ser crucificado.
Esta imagen, del que destaca su minucioso estudio anatómico, así como su complejo paño de pureza, fue realizada por el escultor Juan Abascal Fuentes, en 1981.
Procesiona en un paso de misterio en el que se representa el momento en el que se le acerca a Cristo una hebrea acompañada de un niño a enjuagarle el sudor, impidiéndoles a éstos el paso un romano.
Tanto la mujer hebrea con el niño, como el romano y los dos sayones que completan el misterio son imágenes realizadas también por el mencionado escultor entre 1993 y 1995. Como anécdota de este misterio podemos ver sobre el paso a un perro.
El paso, tanto canasto como respiraderos, decorados a base de hojarascas y motivos vegetales, están tallados en madera siguiendo el modelo neobarroco típico de la escuela sevillana. El conjunto es obra del tallista Antonio Ibáñez Valle entre 1994 y 1995 mientras que las cartelas corresponden a Juan Herrera Cala. Alumbrael paso candelabros de guardabrisas, de nueve luces los cuatro de las esquinas y de cinco los del centro.
San Juan Evangelista
La imagen de San Juan Evangelista es una escultura de talla completa de madera que reúne en sí los rasgos propios de la iconografía del Santo principalmente tratados hacía mediados del siglo XVII.
Procesiona en el paso adquirido en 1981 a la Hermandad de San Pedro de Estepa para el Cristo de la Humildad que procesionó en el hasta la realización del nuevo.
Nuestra Señora de la Victoria
La Virgen de la Victoria es una dolorosa de candero de autor desconocido cuyas características iconográficas la acercan a las empleadas durante la primera mitad del siglo XVIII.
Estas características que presenta la imagen fueron utilizadas, entre otros, por José Montes de Oca o por la escuela Montañesina
Procesiona en un paso con techo de palio y bambalinas de terciopelo verde bordado en los talleres de la Hermandad, varale repujados en alpaca plateada efectuados junto a la peana en el taller de Villarreal, respiraderos de Manuel Ríos con capillas donde podemos ver algunas de las patronas andaluzas.
Completa la orfebrería del paso los candelabros de cola, el juego de jarras y la candelería, adquirida a la Hermandad del Buen Fin de Sevilla.
Antigua y Venerable Hermandad y Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Ecce-Homo, Nuestra Señora del Mayor Dolor y el Beato Ceferino, Martir
Fundación: 1973
Pasos: Dos
Día de Salida: Miércoles Santo
Hábito: Túnica blanca con antifaz, capa, cíngulo y botonadura rojos.
Sede Canónica: Capilla de Belén
A mediados del siglo XVII ya era venerado el Señor del Ecce-Homo en una capilla de la Iglesia del Castillo, cerrada por rejas de hierro, y en cuyo altar estaba fundada la cofradía del mismo título.
A inicios del siglo XVIII la capilla fue remozada encargándose para ella un nuevo retablo costeado principalmente con las limosnas que varios gitanos demandaron por la población, pero éste dado a su elevado coste, no pudo ser dorado hasta muchos años más tarde. Para tal fin fue necesario pedir muchísimas limosnas entre el vecindario, además que también fueron demandadas hasta en la ciudad de México, al otro lado del Océano Atlántico.
La devota gitana del Ecce-Homo, Ana de Heredia, al conocer que Diego de Santamaría embarcaría en breve con destino a Nueva España, le encomendó a éste la devota tarea de postular limosnas para el dorado del altar, Santamaría en efecto reunió allí unos dos cientos ocho escudos que a su fallecimiento fueron remitidos por sus albaceas a Lebrija donde supuestamente se apropiaron de ellos el cura Beneficiado de la parroquia, don Francisco de Ledesma. El hecho motivó un monumental enfado en la viuda de don Diego de Santamaría, doña Micaela de Coella quien interpuso ante la autoridad eclesiástica un pleito al clérigo en 1724, aunque finalmente el asunto no se esclareció.
El Señor del Ecce-Homo gozaba de gran predicamento entre los lebrijanos y su altar era bien atendido por éstos, como puede constatarse en el caso del devoto Pedro Martín Romero y su mujer Sebastiana Barragán Romero, quienes legaron en 1759, a través de su testamento, dos aranzadas de olivar en el pago de la Sedeña para que se costeasen tres arrobas de aceite con el que habría de mantenerse iluminada su lámpara durante el año.
La procesión de Semana Santa tenía lugar originariamente el Domingo de Ramos por la tarde desde la ermita del castillo, constándonos, que figuraba en el desfile otro paso más ,antes de iniciarse solía predicarse ante el paso del Cristo un sermón.
La estación que andaba la cofradía no solía ser muy larga, aunque tampoco tan corta como la de la Semana Santa de 1790 que a consecuencia de un incidente acaecido entre los eclesiásticos por no acudir a ella los curas Beneficiados provistos de sobrepellizas, fueron obligados por el vicario a recogerse con el segundo paso de la cofradía en la misma puerta y las autoridades en la calle.
A pesar de desconocerse las causas y fecha exacta, esta Hermandad debió emplazar su establecimiento canónico al patio de los naranjos a finales del siglo XVIII, muy principios del XIX, una vez que abandonó su capilla la Humildad para trasladarse a la capilla de los Vela.
Con el propósito de ambientar las procesiones lebrijanas, en 1846 acordaron sus hermanos mancomunadamente con los de la Virgen de Los Dolores, Humildad y Nuestra Señora del Castillo, que los nazarenos de cada una también acompañarían el de las otras.
A mediados del siglo XIX persistía saliendo en la tarde del domingo de Ramos, advirtiéndose cierto auge en su seno como puede deducirse de la petición que le formuló al ayuntamiento en 1849 para que le fuesen cedidos unos terrenos de la calle Navarro con destino a cuarto de almacén para sus enseres.
Ese mismo año el señor visitador del arzobispado, con motivo de la visita pastoral girada a Lebrija, le ordenó la elaboración, de unas reglas que llegaron incluso a remitirse al Arzobispado, efectuándose en 1857.
Según testimonia el primer libro de actas que se conserva, datado en 1968, la cofradía dejó de salir en Semana Santa bien a finales del siglo XIX o muy a principio del XX, no consta el año de este siglo en el que dejó definitivamente de salir, pues sólo se conoce que estuvo sin procesionar en Semana Santa muchos de ellos hasta que tras la guerra civil volvió a hacerlo concretamente en 1941 , pero aquélla fue una salida aislada sin continuidad en lo sucesivo.
No es reorganizada hasta octubre de 1968 cuando a iniciativa de don Blas Agustín Vidal se recupera aquella perdida Hermandad que sale por vez primera tras muchos años sin hacerlo al siguiente de 1969, una vez ya restaurada la imagen titular debido al mal estado de conservación en el que se encontraba.
Nuestro Padre Jesús del Ecce-Homo
La imagen del Ecce-Homo está datado con fecha de finales del siglo XVII, conservando el rostro, manos y piernas. El Señor aparece con las manos atadas con una caña de metal plateada en sus manosa modo de cetro y clámide bordada sobre sus hombros.
El Cristo de los Gitanos procesiona en paso de madera tallada estrenado a finales del siglo XX y alumbrado por cuatro faroles de madera y plata en las esquinas y dos candelabros de guardabrisas de plata en los laterales.
Nuestra Señora del Mayor Dolor
Bajo palio procesiona la Virgen del Mayor Dolor realizada en 1983 por Juan Abascal.
Hermandad y Cofradía de Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna, Nuestra Señora del Castillo Coronada y San Pedro Apostol
Fundación: Final del siglo XVI
Pasos: Dos
Día de Salida: Jueves Santo
Hábito: Túnica azul con antifaz del mismo color Capa y cíngulos blancos.
Sede Canónica: Ermita del Castillo
Todo comenzó hace siglos, cuando “….fue hallada al pié de un arrayán y traída con toda veneración y colocada en la capilla mayor…/…es el patrocinio y refugio de esta villa, en donde todos, no sólo los naturales, sino de otros lugares, y aún extranjeros, hayan consuelo y asilo en todas sus necesidades”. (párrafo extraído de “La Patria de Lebrija” del historiador lebrijano D. José Bellido Ahumada.).
Mucho antes de que el Papa Inocencio XI instituyera la fiesta del Dulce Nombre de María, en conmemoración de la Victoria obtenida contra los turcos sobre los muros de Viena, tenía la Virgen del Castillo una Cofradía de aquel título. Encontramos noticia por primera vez en una relación de las misas que se dijeron el año de 1641 por los hermanos difuntos.
En el acta de Cabildo del 19 de Abril de 1643 encontramos la primera referencia documentada de la consideración de la Virgen del Castillo como Patrona de Lebrija.
A inicios del siglo XVII, la Virgen del Castillo ya acompañaba en Semana Santa al Crucificado, hoy titular del Santo Entierro, junto al cual conformaba una cofradía de carácter penitencial titulada de las Llagas de Nuestro Señor Jesucristo o Cinco Llagas y cuya estación penitencial en lugar en la tarde noche del Jueves Santo, con la participación de disciplinantes.
La Virgen del Castillo estuvo procesionando en Semana Santa junto al Crucificado de las Cinco Llagas hasta 1771, año en el que se incorpora a la hermandad la bendita Imagen de Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna.
A mediados del siglo XIX, se advierte en las Hermandades lebrijanas un cierto resurgir cofradiero. La concordancia, respetada durante algunos años, mostraba nuevos aires en las Hermandades de Lebrija, cuya resonancia también alcanzó a la del Castillo. Por mandato del Arzobispo, Don Gregorio López, según dejó ordenado en la visita girada a Lebrija en 1849, se elaboraron nuevas reglas para la Hermandad del Castillo, que acabó aprobando el Arzobispado en 1850. El reglamento, compuesto por cinco capítulos, obliga a la Hermandad a creer y defender el misterio de la Inmaculada Concepción, así como a recoger la cofradía antes del anochecer, siendo además necesario la obtención del permiso para que sus cofrades procesionasen con el rostro cubierto.
A finales de siglo, llegó por unos años a desintegrarse, tras la muerte de su entonces Hermano Mayor don Andrés Sánchez de Alba. Se reorganiza hacia 1908 al hacerse cargo de ella provisionalmente don José Sánchez de Alba López.
Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna
Según estudios recientes, dadas sus características estilísticas, Ntro. Padre Jesús Atado a la Columna se relaciona con el llamado “Círculo Jerezano-Genovés”, en concreto con los talleres de los Vaccaro o de los Creci; Éstos eran escultores de origen Genovés, que residen y trabajan en Jerez en torno al último Tercio del S. XVIII y que se relacionan con la destacada afluencia Genovesa que se instala en Cádiz.
Nuestra Señora del Castillo
Por sus rasgos estilísticos parece una obra inspirada en los modelos del gótico francés del siglo XIII.
Es, sin duda, la más antigua imagen mariana que posee Lebrija. No se conocen datos ni referencias que la sitúen cronológicamente en su contexto histórico; tampoco se saben las circunstancias de su presencia en la ciudad, lo que hace que, en torno a ella, surjan leyendas más o menos verosímiles sobre su aparición.
Era una escultura completa de talla en madera, estofada y policromada, con indumentaria medieval, con los caracteres propios del gótico tardío y los influjos de las “vírgenes fernandinas”, en sus advocaciones de “Madre de Dios”. Su aspecto actual, como la identifican y reconocen sus devotos, coincide con la transformación que sufriera en el siglo XVIII, convirtiéndose en imagen de “candelero” o de vestir; con un soporte de ancha base que le presta estabilidad; brazos articulados para poderla vestir con lujosas indumentarias propias de la moda de ese momento; nuevas manos con los dedos separados para poderlos enjoyar; manipulada la cabeza para agregarle peluca natural y gran corona de orfebrería barroca.
Hermandad y Cofradía de Servita de Nuestra Señora de Los Dolores, Nuestro Padre Jesús Nazareno, San Juan Evangelista y Santa Mujer Verónica
Fundación: Mediados del siglo XVI
Pasos: Cuatro
Día de Salida: Viernes Santo - Madrugada
Hábito: Túnica negra con cinturón de esparto.
Sede Canónica: Iglesia de San Francisco
La actual Hermandad proviene de la fusión de dos, la primera tenía por titular a Ntro. Padre Jesús Nazareno, fue aprobada su fundación el día 10 de Mayo de 1587 por D. Iñigo de Leziñana, Provisor Eclesiástico. La segunda bajo la advocación de la Virgen de los Dolores se desconoce, si bien por la cronología de la imagen primitiva, se puede situar a principios del siglo XVII. En algunos documentos antiguos del siglo XVI aparece nombrada como del Dulcísimo Nombre de Jesús. La devoción a la Virgen la acredita la magnífica tabla de la Virgen de la Antigua firmada y fechada en 1.602 de Alonso Vázquez.
Se estableció en una capilla contigua a la Iglesia del Convento de San Francisco (franciscanos observantes) de la ciudad de Lebrija. El inicio de obras para la fundación del convento data del mes de febrero del año 1570, en terrenos de la Silera, finalizándose estas en 1615 donde todavía se trabajaba en su capilla mayor, costeada por la familia García de Ledesma.
Siempre ha efectuado su estación de penitencia la madrugada del Viernes Santo, portando cruces negras, manteniendo pleitos con la del Santo Entierro por el uso de estas, zanjados por la Autoridad Eclesiástica.
De la pervivencia de la Hermandad durante el siglo XVIII no hay la menor duda, es de las pocas que posee un importante archivo, conservándose los libros de actas desde el año 1748 hasta nuestros días. En el año 1792 se adquirió y aun hoy se conserva la urna del paso de Ntro. Padre, peana de carrete actual, fechada en su interior.
Durante el siglo XIX sufrió penuria como casi todas las Hermandades, el reinado de Carlos IV y posterior desamortización fue una lacra, si bien la hermandad no dejó de procesionar, celebrándose “el Sermón de la Madrugá”, que hizo de esta la más popular de Lebrija. Este consistía en una predicación que relataba las escenas de la pasión con canto de la Sentencia, a su vez el predicador increpaba a Pilatos mediante un ángel que defendía a Jesús. El Nazareno estaba articulado y daba las Tres Caídas, de ahí que durante estos años fuese conocida como tal y no por Ntro. Padre Jesús Nazareno. La Santa Mujer Verónica enjugaba el rostro del Señor mientras San Juan acompañaba a la Virgen de los Dolores hasta su encuentro con Jesús.
Posteriormente y al carecer de reglas, el provisor ordenó su incorporación en el año 1852 a la Venerable Orden Tercera de Siervos de María, establecida en su capilla colindante a la iglesia de San Marcos de la ciudad de Sevilla. Debiéndose observar sus reglas aprobadas por el Real Consejo de Castilla el 24 de Diciembre de 1779, poniéndose desde entonces en práctica una intensa devoción y cultos a María Santísima de los Dolores, Septenarios Gozosos, Dolorosos y Función Principal de Instituto el Viernes de Dolores, con toma de escapularios, comunión general, procesión claustral, bendición y reserva de S. D.M.
Las actuales reglas fueron aprobadas el 18 de octubre de 1979 por D. Rafael Bellido Caro, Obispo Auxiliar de Sevilla, posteriormente renovadas 26 de junio de 2006, incluyéndose la igualdad entre hermanos y hermanas, sin diferenciación en cuanto gracias, derechos y obligaciones se contemplan en estas.
Jesús Nazareno
La talla antigua de Ntro Padre Jesús Nazareno correspondía a la imaginería sevillana de segundo tercio del siglo XVII, como son la pronunciada barba y las expresiones de sus rostros. El Titular posee como típico de esta época la cruz sobre el hombro izquierdo. Por este motivo, tiene girada su cabeza hacia la derecha, mirando hacia ese lado y abajo. La primitiva imagen tenía peluca de pelo natural, ciñendo corona de espinas de plata, estaba articulada con un mecanismo de palanca que permitía que se cayese de rodillas tres veces durante la predicación del “Sermón de la Madruga”, de ahí que durante años se denominase “de las Tres Caídas”, recuperándose el de Nazareno con las Reglas de 1980.
La imagen de Ntro. Padre Jesús Nazareno, se atribuye al taller de Pedro Roldán, segundo tercio del siglo XVII, si bien los gubiazos de la barba bífida recuerdan a Andrés Cansino, un imaginero poco reconocido. Este artista de la gubia, fue discípulo del imaginero flamenco José de Arce, autor del Cristo de las Penas de la Hermandad sevillana de la Estrella.
La imagen sufrió su primera transformación entorno a 1965 cuando un escultor de Jerez le colocó la primera peluca de madera. Fue en 1981 cuando Rafael Barbero Medina le ejecutó un cuerpo con anatomía completa, conservándose la cabeza y manos originales, dándole su actual configuración, que tanto recuerda al Señor de las Penas de San Vicente de Sevilla. Este autor también diseñó la imagen de Simón de Cirene en 1983, imagen de talla completa y notable mérito, pero que no guardaba proporción con Nuestro Padre, por lo que procesionó acompañando a Nuestro Padre hasta el año 2005 en que fue sustituido.
Actualmente acompaña al Nazareno la imagen primitiva de Simón de Cirene, a todas luces una talla de San Joaquín adaptada, de notable mérito, próxima a Alonso Cano, que estuvo trabajando en Lebrija varios años en la ejecución del Retablo de la Parroquia de la Oliva. Se conservaba cabeza y busto así como las piernas con sus calzas estofadas tan peculiares. En el año 2006 se recuperó, tallándose nuevas manos por el imaginero Juan Herrera de Trebujena, afincado en Lebrija. En la actualidad conforman una estampa pasionista de notable interés dieciochesco.
El paso de Ntro Padre Jesús Nazareno estrenado el año 2011, es una simbiosis de la anterior peana de carrete de 1791 con canastilla de estilo rococó exuberante, que produce un fuerte contraste, por su dinamismo, con la voluta arcaizante superior, marcando toda una época del barroco tardío. Muy singular y diferente, entre Cádiz y Sevilla. La talla de este paso es obra de Antonio Ibáñez.
En las cuatro esquinas se sitúan cuatro candelabros de guardabrisas dorados de nueve brazos obra de Luis Jiménez en 1964, bajo los cuales se encuentran cuatro evangelistas, inconclusos, de Rafael Barbero y terminados por Juan Herrera el mismo año. Se estrenaron también en 2013 un juego de cuatro cartelas minuciosas y expresivas, obra de Encarnación Hurtado, bajo los temas de Piedad, Calvario, Presentación del Niño en el Templo y Huida a Egipto.
El dorado de todo el conjunto del paso completo es obra del maestro dorador sevillano Manuel Calvo.
Lleva también este paso un moldurón en plata de ley con cartelas sobredoradas que contienen óvalos de mármoles y jaspes de distintos colores, obra de Agustín Donoso.
Los faldones de terciopelo burdeos portan cartelas con querubines de Rafael Barbero de 1981.
San Juan Evangelista
Es una imagen de bulto fechada en su peana en el año 1714, con gran movimiento en su envoltura, rica policromía en la estofada túnica en tonos rojizos, porta palma donde debió llevar el cáliz y señala con el índice de su mano derecha, rostro lloroso, mostrando el dolor en sus lágrimas de la policromía. Del círculo de Duque Cornejo, adquirida por los Juanes de esta Hermandad para participar en el “Sermón de la Madrugá”, cuyos descendientes la portan todavía.
Porta en su mano derecha un pañuelo y en izquierda una palma. Fue restaurado en el año 1989 por los restauradores afincados de en Jerez de la Frontera, D. Isaac Navarrete y Dña. Rosario Martínez Lorente.
Santa Verónica
Santa Mujer Verónica es una imagen de candelero de finales del siglo XVIII de tamaño académico, entre sus manos porta lienzo con la Santa Faz de Cristo. Una peculiaridad es que cada año se le encarga a un pintor distinto la realización de esta Santa Faz. Siempre ha sido portada por los menores de la cofradía tras la Cruz de Guía.
Fue restaurada en 1978 por Rafael Barbero para su incorporación al cortejo, después de no procesionar desde que dejó de celebrarse el “Sermón de la Madrugá” en 1968.
Virgen de los Dolores
La imagen de Maria Stma de los Dolores es una talla de candelero propia de la época en la que comienza a extenderse la corriente de los Siervos de Maria por los pueblos de la provincia (segunda mitad del siglo XVIII) perfectamente documentada.
El autor de dicha imagen es Diego Roldán y Serrallonga, perteneciente a una importante saga de escultores imagineros, fue nieto del maestro Pedro Roldán, hijo de Marcelino José Roldán Villavicencio, sobrino de Luisa Roldán “La Roldana”, hermano de Marcelino y de Jerónimo Roldán y primo de Pedro Duque Cornejo. El autor, desarrolló toda su vida artística en la ciudad de Jerez de la Frontera, huyendo de la dura competencia existente en Sevilla.
La hechura de Maria Stma de los Dolores data de 1758 sin duda alguna, puesto que en una de las intervenciones posteriores a esta imagen, se descubrió en el interior de la mascarilla los datos del autor y la fecha de dicha mascarilla en una inscripción que dice literalmente: “YZO ESTA YMAXEN, LA CARA, DON DIEGO ROLDAN, ESTE AÑO DE LA BIRXEN DE 1758”. Sabemos que Diego Roldán actuó sobre una imagen anterior, creando solo la mascarilla de la imagen y a estucarla y policromarla de nuevo, al menos eso es lo único documentado
En los años sesenta del siglo pasado, la imagen de Maria Stma de los Dolores sufre una desafortunada intervención sobre el lateral de la mascarilla, por lo que algunos años más tarde, concretamente en el años 1987, la Junta de Gobierno de la época, siendo Hermano Mayor D. Juan Ruiz Velázquez, decide emprender una profunda restauración sobre la imagen a manos del restaurador extremeños afincado en Jerez de la Frontera, D. Isaac Navarrete Álvarez y Dña. Rosario Martínez Lorente, que son quienes descubren la inscripción anteriormente señalada.
El paso de palio de Maria Stma de los Dolores es un paso muy completo en todo su conjunto. Los bordados del palio, de estilo juanmanuelino, son obra de su discípulo Jose Guillermo Carrasquilla Perea, estrenado en 1958, ampliado en 2003 por la Escuela Taller Los Frailes bajo dirección de Francisco Franco, cuando el conjunto pasó a tener seis varales. Lleva una Asunción en el techo de palio en bajo relieve policromado y estofado, obra de Seco Velasco, con ráfaga perimetral.
El manto es de terciopelo de Lyon azul noche a juego con el palio, pieza de notable interés de mediados del XIX, bordado en Lebrija por señoras y camareras de la hermandad, ampliado por Dª. María Manuela Murube en los años veinte, en taller sevillano de Hijos de Miguel Olmo, pasado y ampliado en 1977 por Carrasquilla y restaurado por la Escuela Taller de nuevo en 2002.
En cuanto a la orfebrería, resaltar que los varales, respiraderos y candelabros de cola, cincelados en alpaca, son obra de los Talleres de Orfebrería Vda. de Villarreal, en la década de los ochenta. En los respiraderos se sitúan cartelas con el apostolado y una miniatura de la Purísima en la capilla central, todas estas esculturas obra de Rafael Barbero Medina.
Por último, la candelería completa de este paso es obra de José Manuel Ramos con jarras de entre varales de Manuel de los Ríos, culminados por nuestra Escuela Taller bajo dirección de Agustín Donoso.
Real e Ilustre Hermandad y Cofradía del Santísimo Cristo de la Vera – Cruz y Nuestra Señora de Consolación
Fundación: 1265 (fundada justo después de la reconquista de Lebrija por Alfonso X el Sabio, siendo por ello una de las más antiguas de España).
Pasos: Dos
Día de Salida: Viernes Santo
Hábito: Túnica blanca con antifaz, capa y botonadura celestes, cíngulos trenzados en celeste y blanco.
Sede Canónica: Iglesia de la Vera-Cruz
Sobre la fecha de la fundación de la Hermandad nos situamos en el último tercio del siglo XIII. Con motivo de la reconquista de Lebrixa a los árabes el 21 de Marzo de 1253, día de San Benito, por el rey cristiano Alfonso X de Toledo llamado “El Sabio”.
Fue justamente la oposición de la “Santa Cruz” a la “Media Luna” del Islam el símbolo más elemental de aquella secular contienda. Ya que “Vera-Cruz” significa “Cruz-Verdadera”, fueron fundadas las Hermandades de la Vera-Cruz por la orden Franciscana, como el Rey Alfonso X, hijo del Rey Fernando III, llamado “El Santo”, mandó en todos los territorios reconquistados, y entre ellos, la ciudad de Lebrija.
A partir de esta fecha ya no tenemos más conocimientos de la Hermandad hasta el año de Nuestro Señor de 1557, cuando D. Pedro Domínguez de Jarana, dona un solar a la Hermandad de la Vera-Cruz, esquina a las calles Tetuán y Cala de Vargas, para la construcción de una capilla para la Hermandad mencionada y la bendición de la misma.
La Hermandad hace estación de penitencia desde 1621. En esa fecha, sólo hacia estación de penitencia el Santísimo Cristo de la Vera Cruz, y no es hasta 1783 cuando aparecieron las primeras noticias sobre la Virgen de Consolación. Desde sus inicios esta Hermandad siempre realizó su estación de penitencia el Viernes Santo por la mañana. La presente Hermandad es la cofradía más antigua que procesiona en la Semana Santa de esta localidad.
Santísimo Cristo de la Vera-Cruz
El Cristo de la Vera-Cruz es esta una talla que se atribuye al escultor de origen flamenco Roque Balduque, si bien su autoría no está todavía debidamente documentada.
Se sabe de su existencia desde al menos el año 1567, poco después de la fecha de la construcción de la capilla bajo la misma advocación en la que todavía hoy conserva.
En el año 1759 el escultor local Matías José Navarro recompuso una de las manos de esta imagen, Juan Antonio Sánchez-Barahona lo encarnó y compuso el sudario, y el platero Antonio de León realizó una corona y tres clavos de plata que en su conjunto pesaron 27 onzas y medias e importaron 495 reales.
Casi dos siglos después, el 14 de mayo de 1949, se solicitó autorización al arzobispado para otra restauración debido al mal estado en que se encontraba a causa de la polilla. Con el permiso concedido, José Rivera reparó distintas grietas, sustituyó un trozo de lienzo que cubría la espalda, e hizo desaparecer suciedades y barnices que afeaban su encarnado original, en una intervención que finalizó el 14 de septiembre de 1949.
Posteriormente, el 8 de marzo de 1979 y bajo la dirección de Francisco Arquillo Torres, fue restaurado de nuevo y limpiado el sudario que había sido recubierto de pintura blanca, quedando entonces a la vista su pintura primitiva de estofado con dibujos de oro. Asimismo se le eliminó toda la sangre superpuesta dejando los colores originales.
La imagen fue restaurada una vez más en 2014, quedando depositada el día 21 de abril de ese año en las instalaciones del Instituto Andaluz del Patrimonio histórico (IAPH) de Sevilla para ser sometida a un tratamiento de conservación y restauración. Una vez acabada esta intervención, la talla fue presentada de nuevo el día 22 de diciembre en la capilla de la Vera-Cruz y San Juan de Letrán de Lebrija.
El paso de Cristo fué totalmeente renovado en los talleres Pineda de Sevilla en el año 2002. Es de estilo barroco-rococó y está iluminado por seis candelabros de guardabrisas.
Virgen de la Consolación
La Santísima Virgen es de autor anónimo y los datos sobre su hechura nos llevan a situarla sobre el año 1621, originalmente fue concebida para llevar al divino infante en sus manos, y fue la Virgen cona más devoción en Lebrija hasta el nombramiento de Nuestra Señora Del Castillo como patrona de Lebrija en 1775.
La Virgen de Consolación procesiona sobre paso de palio con orfebrería de Villarreal entre 1968 y 1983, siendo lo más actual la candelería que fue donada por hermanos. En cuanto a bordados las bambalinas y el techo de palio ha sido bordados en hilo de oro y plata por el taller de la hermandad. El manto es blanco liso, aunque posee uno negro bordado en 1924.
Hermandad y Cofradía del Santo Sepulcro
Fundación: Siglo XVI, refundación 1753
Pasos: Uno
Día de Salida: Viernes Santo
Hábito: Los devotos acopañan al sepulcro vestido de luto.
Sede Canónica: Iglesia Nuestra Señora de la Oliva
Aunque desde tiempo inmemorial acostumbraba el clero parroquial a organizar la procesión del Santo Entierro, la institución formal de esta Hermandad no se verificó hasta 1604, año en el que les fueron aprobadas unas reglas por el señor provisor del Arzobispado.
En aquellos años iniciales también le concedió su Santidad el Papa, Clemente VIII, una bula mediante la cual obtendrían gracias e indulgencias los cofrades y devotos que acudiesen a su procesión, incrementando en consecuencia ostensiblemente el número de ellos. Pero no tardaría muchos años en producirse el lógico enfrentamiento con otra cofradía lebrijana que adoraba el mismo misterio, como la Soledad del convento de Santa María de Jesús que también sacaba en procesión el mismo día el paso del Santo Entierro. Sus denominaciones poseían nimias diferencias pues esta que nos ocupa se titulaba cofradía del Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo mientras que la Soledad era Soledad y Entierro de Nuestro Señor Jesucristo. El litigio se originó en 1612 tras denunciar la Hermandad de la Soledad en el Arzobispado la semejanza de prácticas religiosas que guardaba con ella y hasta cuyo título era parecido, grandemente favorecida por el clero local, al tener entre sus cofrades un gran número de eclesiásticos como lo constata el hecho de que su Hermano mayor fuera el vicario de la villa.
Finalmente la autoridad eclesiástica resolvió en 1611 que ambas sacasen el paso del Santo Entierro pero no el palio cuyo privilegio únicamente correspondería a esta del Entierro, desestimándose la solución procurada por la Soledad de fusionar ambas prevaleciendo su antigüedad.
Pero no quedaron ahí los conflictos con las cofradías lebrijanas, pues en 1615 fue denunciada también por la de Jesús Nazareno como consecuencia de hacer uso sus penitentes de una práctica propia de aquélla, cual era la de portar la cruz sobre los hombros “…sus cofradías llevan la insignia de la Cruz sin ser ni haber sido insignia suya y ser impropia y contraria a lo que significa el paso del Entierro han sacado las cofrades de la dicha cofradía la insignia y cruz en contravención de su misma regla… pues no sacaron la insignia de la Cruz desde que su cofradía se fundó que habrá sólo diez años, si no es una vela encendida en las manos ”.
El litigio se resolvió finalmente gracias a la intervención del entonces señor vicario don Juan Falcón de Castro, resolviendo que “no se hacen perjuicios una Hermandad a otra por salir la de los Nazarenos por la mañana (con cruces blancas) y las hermanas de la del Santo Entierro por la tarde con cruces negras”.
Aún se regía por aquel entonces la Hermandad por las reglas de 1753, según detalla el informe elaborado por el arcipreste, don Fernando Ortiz quien también añade que sus hermanos pagaban en concepto de cuota anual veinte reales”. Siendo Hermano mayor curiosamente el ya referido señor Ortiz, se celebró en 1857 el cabildo señalado por las reglas con anterioridad a la Semana Santa para la organización de la procesión y acto de la vela al Santo Sepulcro.
En éste procuró dicho arcipreste continuar siendo Hermano mayor sin necesidad de celebrar elecciones, originándose consecuentemente un gran revuelo entre los asistentes que veían quebrantarse así una antigua tradición recogida por las reglas de 1753. El cabildo hubo de suspenderse, volviendo a ser convocado tres días más tarde.
Aún pasados los días, el arcipreste se mantenía aferrado en continuar ejerciendo como tal, acelerándose en demasía el estado de tensión de la reunión, en atención de lo cual se vio casi obligado a renunciar del cargo, aunque no de presidir el acto como máxima autoridad eclesiástica de la villa. La postura del arcipreste increpó más aún el ánimo de los asistentes que comenzaron a querer hablar todos al mismo tiempo. Las voces llegaban al cielo. El hermano don Antonio Sánchez Barrancas, haciendo uso de su vara de alcalde de la villa, alzándola entre los presentes, suspendió la reunión.
Al quedar suspenso el cabildo y vacante el puesto de Hermano mayor, la Hermandad solicitó al Arzobispado la repetición de las elecciones que no se verificaron hasta el 30 de agosto de aquel mismo año. En ellas resultó elegido como Hermano mayor, don Antonio Sánchez Barrancos, al obtener diecisiete votos contra los cinco obtenidos por el Conde de Guevara quien había sido anteriormente elegido en 1851. Como Hermano mayor eclesiástico, fue elegido don Francisco Bellido Monge.
Esta Hermandad efectuó durante algunos años de este siglo su estación en la tarde del Sábado Santo a consecuencia de la renovación litúrgica tras el Concilio Vaticano II (1956). Aquellos años, el Santo Sepulcro era devuelto a la ermita el Domingo de Resurrección. A inicios de la década de los ochenta dejó de procesionar en Sábado Santo, para hacerla como lo hace hoy en día, en la tarde noche del Viernes Santo.
Cristo Yacente
La antigua imagen del Cristo Yacente es una talla hecha según algunos exertos en el siglo XV, si miramos los documentos de la hermandad, su creación se sitúa a principios del XVII.
Esta imagen representa a Cristo muerto con un sudario, en un principio estaba concebido no para ser crucificado, por este motivo se ven las diferentes grietas y cortes en el cuerpo.
La imagen del Cristo no sale en paso, sino que es llevado en su urna por los hermanos.
Hermandad y Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad (Antigua Hermandad del Silencio)
Fundación: Finales del siglo XV
Pasos: Uno
Día de Salida: Viernes Santo
Hábito: Hábito franciscano
Sede Canónica: Parroquia de Santa María de Jesús
Debió instituirse rebasada ya la segunda mitad del siglo XVI en la iglesia del monasterio de Santa María de Jesús, aprobando sus reglas fundacionales el señor provisor del Arzobispado, el 15 de junio de 1574 (en base a esto podemos decir que la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad junto con la Hermandad de la Veracruz son de las más antiguas entre las cofradías de penitencia de Lebrija).
El reglamento, compuesto por cuarenta y cinco capítulos, guarda estrecha relación con el de otras cofradías advocadas al mismo título surgidas al amparo de los frailes carmelitas, como es el caso de Utrera cuya fundación se produjo en 1560. Según éstas, la procesión habría de efectuarse el Viernes Santo por la tarde debiendo figurar en su cortejo el paso del Santo Entierro precedido por la insignia de la cofradía y el de la Virgen de la Soledad. Sus reglas diferencia a sus cofrades como de luz y sangre, debiendo acompañar a las imágenes bien disciplinándose o iluminándolas.
Los religiosos del convento eran los devotos más fervorosos de la Virgen, estando también obligados a acudir a la procesión.
El clero lebrijano solicitó al Arzobispo en 1595 el mayor castigo para ella por desacato al vicario de la villa al prescindir de su autorización para poder efectuar la procesión de Semana Santa que se verificó incluso adentrándose en el interior de la Parroquia.
Esta Hermandad demandó en 1612 a otra establecida por los eclesiásticos de la Parroquia que, con un título muy parecido, se había fundado en 1604 y sacaba también el Viernes Santo el paso del Santo Entierro. A pesar de infrigir el asunto uno de los puntos de las constituciones sinodales dispuestas en 1604 por el cardenal Fernando Niño de Guevara, persistió aquella cofradía gracias a la influencia de sus cofrades, todos ellos componentes del clero local. Y estos no sólo consiguieron mantener en pie la cofradía a pesar de efectuar prácticas muy comunes a la de la Soledad establecida en 1574, sino que además se valieron para desautorizarla a sacar en procesión el palio que antaño figuraba cubriendo al Yacente.
Como anécdota comentar que a mediados del siglo XIX, la Hermandad de Los Dolores le cede un paso, un manto e incluso las insignias para efectuar la salida procesional.
Durante los años 40 la Hermandad, por adquisición y/o donación, se hace con gran parte de su patrimonio histórico como respiraderos de antiguo paso de Nuestra Señora (en desuso desde la adquisición del nuevo paso en el año 2002), manto, candelabros, jarras, cruz de guía, corona y restauración de la misma, faldones, sayas blancas, banderas y bordados de las mismas, así como cerámica con la efigie de Nuestra Señora de la Soledad, la cual sigue colocada en fachada norte (C/ Corredera) de la Parroquia de Santa María de Jesús. (Donada por Don Miguel Gallego Nuñez).
A finales de la década de los ochenta se hace cargo de la Hermandad un grupo de hermanos de la cofradía con nuevo ímpetu y ganas de trabajar y es a ésta nueva Junta de Gobierno a los que le toca reestructurar su anticuada fisonomía, introduciendo ciertos cambios que a la postre resultarían transcendentales, aunque la Hermandad mantuvo y mantiene en lo externo el espíritu que siempre la ha caracterizado, cumpliéndose todos los Viernes Santo el fin primordial de trasladar a Nuestra Señora de la Soledad hasta el Patio de los Naranjos de la Parroquia de Nuestra Señora de la Oliva al acto de velación para acompañar a su Hijo que yace en el Santo Sepulcro y, posteriormente, realizar su recorrido procesional por las calles “apagadas” de Lebrija (por las calles que pasa se apagan todo tipo de luces artificiales), en la madrugada del Sábado Santo.
Nuestra Señora de la Soledad
La imagen de la Virgen de la Soledad es una talla de candelero, de autor desconocido, estimando algunos imagineros que su antigüedad data de finales del siglo XV o principios del XVI.
Ha sufrido varias restauraciones, la última la realizada por el imaginero de la localidad, Juan Herrera Cala en 1991, debido al mal estado de conservación, realizándole unas nuevas manos.
Procesiona al pie de la cruz en un paso de estilo barroco adquirido en el año 2002 a la Hermandad de la Vera-Cruz de Guillena. Fue tallado por Antonio Martín y lleva cartelas de plata de Manuel de los Ríos.
Referencia:
https://www.semanasantaenlebrija.es
https://sevillapedia.wikanda.es
https://sevilla.abc.es/pasionensevilla
https://www.anapi.com
http://www.hermandadborriquitalebrija.org
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