Agenda Cofrade del puente de Todos los Santo 2020.

 







Reina de Todos los Santos



Novena a la Reina de Todos los Santos en la parroquia de Omnium Sanctorum hasta el domingo 1 noviembre. El culto comienza a las 20 horas. Jubileo circular, de 10 a 13 horas y de 18 a 20.15 horas. Los días 2 y 3 noviembre, veneración de 10 a 13 horas y de 17 a 20.30 horas.






Siete Palabras


Del 28 al 30 de octubre, triduo a la Virgen del Rosario de las Siete Palabras a partir de las 20 horas. Domingo 1 de noviembre, función solemne a las 12 horas. Durante toda la jornada la imagen estará expuesta a la veneración.








Virgen del Amparo



Veneración de la Virgen del Amparo de la Magdalena los días 31 de octubre y 1 de noviembre. Primer día, de 18 a 21 horas. Segundo día, de 10 a 14 horas y de 18 a 21 horas.






Carmen del Santo Ángel



Veneración de ánimas los días 31 de octubre, 1 y 2 de noviembre.


– 31 de octubre: de 10:30 a 13:30 horas y de 18:30 a 20:30 horas.


– 1 de noviembre: de 10:30 a 14:15 horas y de 18:30 a 20:30 horas.


– 2 de noviembre: de 10:30 a 13:30 horas.







Rosario de Santa Catalina



En sustitución de la procesión, la imagen estará a la veneración el 1 y 2 de noviembre. Horario: De 9.30 a 14 horas y de 18 a 21.30 horas.








La Estrella



Sábado 31 de octubre, misa del aniversario de la coronación de la Virgen de la Estrella desde las 19.30 horas en San Jacinto.





Semana Santa de la provincia de Sevilla: Carmona

 



La Semana Santa de Carmona es una de las más destacadas de las provincia de Sevilla. Cuenta con un gran patrimonio artístico y devocional que hacen que sea una de las referencias en Sevilla. Fue declarada en el año 1999 una Fiesta de Interés Turístico Nacional. Tiene como peculiaridad que las nueve corporaciones que la componen realizan su estación penitencial a la Prioral de Santa María y en sus respectivos itinerarios se incluyen su discurrir por la plaza de San Fernando. Todas las jornadas procesionan hermandades por el enclave carmonense, una de las localidades de la provincia con mayor riqueza patrimonial.


Las hermandades de procesionan en Carmona son:

Los Servitas (Viernes de Dolores).

La Esperanza (Domingo de Ramos).

La Amargura (Lunes Santo).

La Expiración (Martes Santo).

Quinta Angustia (Miércoles Santo).

Columna (Jueves Santo).

La Humildad (Viernes Santo).

El Silencio (Viernes Santo).

Santo Entierro (Sábado Santo)





Orden Seglar de los Siervos de la Bienaventurada Virgen María Dolorosa






Fundación: 1739 (primeras reglas).

Pasos: Uno.

Día de Salida: Viernes de Dolores.

Hábito: Túnica negra, escapulario y correa agustiniana de cuero negro. Antifaz con corte de muceta y pico de capucha. Bocamangas de color burdeo.

Sede Canónica: Real Iglesia del Divino Salvador.




Para referirse a la Orden Servita de Carmona hay que remontarse a 1233, en Florencia, cuando un grupo de comerciantes crea la casa madre que, años después, extiende por Europa central la devoción a la Dolorosa, traída desde oriente por los cruzados. En 1668 establecen la misa de los Siete Dolores el tercer domingo de septiembre y más tarde, la festividad litúrgica del Viernes de Dolores, que a partir de 1714 celebra toda la Iglesia, hasta que el Concilio Vaticano II, para evitar duplicidades, la limita al 15 de septiembre. Desde entonces sólo la conservan los Siervos de María, aunque algunas hermandades de la provincia que tienen por titular a la Virgen de los Dolores mantienen el culto principal el último viernes de cuaresma.




En Carmona, la devoción a esta advocación ancestral se remonta a 1734, cuando en la parroquia de San Bartolomé se organiza una congregación rosariana de mujeres que rinde culto a la Dolorosa de la Hermandad de Jesús Nazareno, agregada años más tarde a la Orden Servita para festejar el Viernes de Dolores. Décadas después los hombres se constituyen como Orden Tercera Servita. Es ahí cuando empiezan las disputas por el culto a la imagen, que quedan solventadas en 1783, año en que Carlos III decidió que la Orden Tercera se estableciera en el templo del Salvador (antigua iglesia jesuita, compañía expulsada entonces de España), su sede canónica actual. Es una de las tres órdenes que se mantiene, con carácter seglar, en Andalucía, sin que se haya convertido en hermandad. Las otras dos se encuentran en San Fernando y Cádiz.


Los terciarios carmonenses procedían de las clases más pudientes. Entre ellos había aristócratas que lograron reunir un valioso patrimonio, dispersado en la guerra civil. La contienda bélica provocó años de declive. Pese a ello, la orden logró mantener su actividad. En 1977 comenzó un periodo de revitalización que culminó en 1995 con la aprobación de la nueva regla de vida.


La Fraternidad de Carmona está constituida actualmente por 27 hermanos de promesa y 12 novicios (para la imposición del escapulario son necesarios años de formación teológica y pastoral). Junto a la orden se mantiene la Hermandad Servita, que forman 200 miembros.


La fraternidad venera a una imagen de la Virgen de los Dolores tallada en 1785. Aunque es de autor anónimo, los especialistas la atribuyen a Juan Bautista Petroni. Destaca por la forma de expresar el dolor, con gran serenidad y carácter introspectivo, muy del gusto de la orden servita. La actitud llorosa y doliente de la Señora se manifiesta sin patetismo, mostrando una gran serenidad. Gira levemente la cabeza hacia el lado izquierdo; sus mejillas son surcadas por siete lágrimas.




Su culto principal se celebra el Viernes de Dolores, jornada que se inicia a las doce de la madrugada con la vigilia benedictina y que continúa al mediodía con la celebración de la eucaristía. Por la tarde, antes de que salga la procesión, se reza el vía matris, en el que se meditan los siete dolores de la Virgen. A las 20:30, del templo del Salvador, sale el cortejo.


Y si traemos esta procesión a la serie es por la manera en que la congregación, lejos de dejarse influenciar por los modelos que imperan en la capital andaluza, ha sabido mirarse a su pasado para diseñar el presente. El paso de palio en el que procesiona la Dolorosa se basa en los modelos que imperaron hasta el siglo XIX. Contiene ocho varales, con bambalinas rectas y metálicas, como las que realizó el orfebre Solís y Palomino para esta corporación en 1870, las cuales se fragmentaron hace varias décadas.




El palio actual está diseñado por Juan González. De estilo manierista, desarrolla un programa iconográfico que muestra la presencia de la mujer en la historia de la salvación, desde las matriarcas de Israel. El palio cumple su función principal al constituirse como la Shekinah o la sombra del Altísimo que ilumina a la Virgen. A ello se une la repetición del número ocho en los varales, las cartelas, los ángeles y los tondos, cifra relacionada con la Resurrección de Cristo.


Más detalles en esta recuperación del pasado. Los respiraderos se inspiran en la cerrajería de las catedrales españolas del XVII y en las cartelas lucen textos tomados de la primera letanía alemana a la Virgen de los Dolores (siglo XVI).





Igual de importante es el ajuar de la imagen, que alterna dos mantos. Uno negro –con saya a juego– que contiene bordados de la centuria decimonónica y otro azul, bordado por las adoratrices de Jerez el siglo pasado. Acompaña a la comitiva la banda municipal de Mairena del Alcor, que interpreta marchas de corte clásico. Carmona ofrece, así, una oportunidad única de sumergirse en el pasado desde el presente.











Real, Ilustre y Fervorosa Hermandad del Santísimo Cristo de los Desamparados y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Coronación de Espinas, María Santísima de la Esperanza y San Juan Evangelista



Fundación: 1566.

Pasos: Dos.

Día de Salida: Domingo de Ramos.

Hábito: Tramo de Cristo, túnica y capa blanca, capirote de terciopelo azul/morado. Cígulo trenzado con abos colores.
Tramo Virgen: Túnica y capa blanca dee terciopelo verde. Cígulo trenzad con ambos colores.

Sede Canónica: Iglesia del Divino Salvador.






La hermandad de la Esperanza se funda en 1566 en el seno de la primitiva parroquia de san Salvador como corporación letífica bajo la intención del gremio de pañeros de dedicar culto a la Transfiguración del Señor; contando con la obligación de mantener la veneración a la Fe y la Esperanza de nuestra señora, representada en una imagen de gloria con Niño, y a la virgen del Socorro. Sin altibajos pasó su primera centuria, hasta que en 1657 se le agrega la corporación del Dulce Nombre de María, proveniente del templo de san Bartolomé, lo que supone, a la postre, un cambio de rumbo que llevará a su conversión en cofradía de sangre. De este modo, apenas un año más tarde la entidad resultante forma ya parte de la nómina de la Semana Santa y, al poco, encarga su Ecce Homo. Todo un esfuerzo económico que pasó factura a la hermandad hasta el punto de llegar casi al empeño del joyero y los telares.



En 1732 las nuevas ordenanzas gremiales obligan a los tejedores locales a pertenecer a la cofradía. Pero lo que en principio parece la solución perfecta para su continuidad, en 1817 –cuando estas entidades son un anacronismo– se convierte en su mayor lastre, debiendose aprobar un nuevo reglamento por el que se adminten todo tipo de vecinos con independencia del oficio. Bien es cierto que se habían sucedido el terremoto de Lisboa, que había dejado en ruina la parroquia, la consiguiente diáspora parroquial al convento de Madre de Dios en 1779, y su definitivo traslado, cinco años después, al templo del antiguo colegio jesuítico de san Teodomiro, a partir de ahora advocado del Divino Salvador.


Para entonces la corporación cuenta en la calle con un cortejo estable de tres pasos. El primero con la imagen cristífera y Pilatos asomados a una barandilla dorada, seguido de san Juan en su parihuela y la Virgen bajo palio de cajón con letras y guarnición de plata. Un grupo de nazarenos visten túnicas loberas, otros trajes de calle y, los menos, ropas perdoneras con el rostro descubierto. Su deambular era conocido por los cuantiosos ágapes con los que se agasajaba a los cargadores y los estruendosos vítores de su recogida, no sin queja de las autoridades civiles y eclesiásticas.


El paso de Fernando VII por Carmona en 1823 dejó tras de sí el nombramiento del monarca como hermano mayor perpetuo y, por consiguiente, la realeza corporativa. Con la desamortización eclesiástica la hermandad decayó quedando en suspenso durante el Sexenio Democrático, hasta aprobar reglamento de enterramiento en 1897 que funcionó como nueva regla. Durante la II República y la Guerra Civil no procesionó, y con anterioridad lo hacía de manera intermitente, unas veces la tarde de los Jueves y, desde fines de siglo, los Viernes.


Los años cuarenta del siglo XX supusieron su definitivo impulso. Desde entonces los nazarenos de capa blanca y capirote morado procesionan cada Domingo de Ramos acompañando al Cristo de la Coronación, y los de antifaz verde iluminan el camino de la Esperanza. Hoy la hermandad cuenta con un grupo joven pujante unido a la devoción a san Juan y un nuevo titular, el Cristo de los Desamparados, que procesionará por primera vez la mañana del próximo Viernes Santo.




Nuestro Padre Jesús de la Coronación de Espinas






Aunque se ha venido atribuyendo a Pedro Roldán, entendemos que, si bien se encuentra cercano a la órbita formal de este obrador, su ejecución debe retrasarse hasta los años 80 del siglo XVII. El reposo de la figura, la blandura de su anatomía, la falta de pathos en la expresión, los cabellos cerúleos, el leve contraposto, la pesadez de los paños y el pormenorizado juego de manos remiten a trabajos posteriores. 



Una realidad corroborada en la reciente restauración que puso de manifiesto la calidad su encarnadura recorrida por delicadas mortificaciones.









María Santísima de la Essperanza



La imagen dolorosa con la advocación de la Esperanza se incorporó a la cofradía a comienzos del siglo XVIII. Se trata de una obra de candelero cuyo busto ha sufrido cuantiosas modificaciones en las últimas décadas del siglo XX, siendo sus manos realizadas de nuevo cuño por el imaginero local Antonio Eslava. 



Retrata a una mujer joven de cuello esbelto y rasgos faciales pronunciados. Históricamente se acompaña, a veces bajo el mismo palio y otras en parihuela independiente, por una figura sanjuanista de la misma época y de buena factura, hoy también titular.









Santísimo Cristo de los Desamparados



Crucificado de comienzos del siglo XVIII procedente del colegio de san Teodomiro. Se sostiene sobre cuatro clavos, contrariamente al decoro iconográfico sevillano. Destaca en el desarrollo de su potencia anatómica y el juego de paños.

















Hermandad del Santísimo Cristo de San Felipe, Cofradía de Nazarenos del Señor de la Amargura y María Santísima del Mayor Dolor





Fundación: 1.897

Pasos: Dos

Día de Salida: Lunes Santo

Hábito: Túnica blanca, capirote negro y fajín ancho de esparto.

Sede Canónica: Iglesia de San Felipe





Esta corporación tiene sus inicios en el siglo XIV entorno al Cristo de San Felipe, imagen gótica muy milagrosa en la comarca. En 1616 se reunen vecinos de Carmona para fundar una Hermandad entorno al Cristo. Ese mismo año recibe una bula papal sobre enterramiento de sus hermanos así como diversas indulgencias. En los años 1805 al 1835, esta Hermandad sobrevive ante diversas adversidades, creando una hermandad de penitencia entorno a las imágenes actuales. Desde 1963 procesiona en la tarde del Lunes Santo.


Señor de la Amargura 



Es la talla más antigua de cuantas procesionan en la Semana Santa andaluza. En 1521 fue concertada por la fábrica parroquial con el escultor Jorge Fernández Alemán como parte del calvario de viga, corriendo su estofado a cargo de Juan Sánchez. En lo estilístico, se trata de un eslabón entre el gótico final y el renacimiento que se contempla en la sinuosidad de sus movimientos. Su iconología se resume en la última frase del tedeum dispuesta sobre el paño de pureza: «En ti Señor confié, no me veré defraudado eternamente». Durante el siglo XX ha sufrido dos restauraciones. La primera, de 1957, ejecutada por Francisco Buiza y se puede calificar de intervencionista al añadir ciertos elementos de nuevo cuño. La segunda, de 2010, fue realizada por el IAPH de modo científico.








María Santísima del Mayor Dolor 




En 1762 el vicebeneficiado José Fernández concerta con Benito Hita y Castillo la ejecución de una dolorosa de busto al modo granadino. Así permaneció en una hornacina bajo el Cristo de san Felipe hasta 1898 cuando se dispone sobre un precareo candelero. Si bien, es en 1925 y a fines de los años treinta cuando adquiere la configuración actual. La virgen del Mayor Dolor es la imagen de una mujer adulta de rostro dulce y gesto contenido. La leve inclinación de la cabeza y la concentración expresiva de su mirada son rasgos característicos de su autor.









Cristo de San Felipe 



Crucificado trecentista de tamaño académico. Sus primitivas formas, talla y calidades responden al estilo gótico pleno. Cristo en magestad sostenido por tres clavos, con un pesado faldellín y piernas flexionadas. Se le da culto, al menos, desde el siglo XVI, pero es en 1616 cuando se funda su extinta hermandad.









Ilustre Hermandad de la Sagrada Expiración de Cristo Señor Nuestro, María Santísima de los Dolores, María Santísima del Calvario, san Juan Evangelista y san Blas






Fundación: 1.649

Pasos: Dos

Día de Salida: Martes Santo

Hábito: Túnica blanca con botonadura y vivo grana, capa blanca con escudo bordado y cíngulo y antifaz rojo.

Sede Canónica: Iglesia de San Blas








Esta hermandad tiene su fundación a finales del S.XVII, concretamente en 1693 se aprueban las primeras reglas. Desde su fundación se trató de una Hermandad de enterramiento, contando con un reglamento de 11 artículos donde se disponen las pautas a seguir para el ingreso, cantidades a abonar por los hermanos según la edad y mecanismo a seguir en caso de su fallecimiento. La hermandad se refunda a finales del S.XIX y en 1947 Antonio Eslava realiza la actual talla del Cristo de la Expiración. Anteriormente contaban con otro titular de tamaño académico y que hoy día procesiona en Los Rosales bajo la misma advocación en la tarde del Viernes Santo.

Por entonces Antonio Eslava se encontraba trabajando en el taller de Castillo Lastrucci. Esta imagen guarda similitudes con la obra de Ruiz Gijón del Cachorro de Triana por la posición en la que se encuentra el Señor crucificado, aunque no tiene intención de realizar una copia y sí se inspira en ella.

Santa María Magdalena pertenecía a la hermandad de las Aguas y fue adquirida en 2011.





Cada Martes Santo procesiona en un misterio conformado por los dos ladrones, la Virgen del Calvario, Santa María Magdalena y San Juan. Salvo este último, las otras tallas también pertenecen a Antonio Eslava Rubio, aunque la Virgen del Calvario no se detalla si fue una imagen realizada al completo por el imaginero carmonense o sin embargo se trató de una restauración muy profunda. La hermandad apunta que anteriormente perteneció a la corporación del Cerro del Águila de Sevilla.




Nuestro Padre Jesús de la Expiración 




Crucificado cincelado y policromado por Eslava Rubio en 1947. En su diseño responde al particular estilo estético-devocional del carmonense con clara inspiración en Ruiz Gijón. Cristo en el momento de expulsar su último aliento se eleva rígido sobre la cruz y vuelve los ojos. Eslava no dispone un sacrificio sino un éxtasis místico sobre la cruz. En su configuración original dispone los brazos sobre el patibulum sin clavazón y sin potencias. El rictus corporal contrasta con el aire barroco del paño de pureza. Forma conjunto con Dimas y Gestas, realizado por el mismo autor en 1950. En 2001 fue restaurado por María Ugarte y Carmen Suárez.












María Santísima de los Dolores 



La intervención realizada en 1949 por Antonio Eslava Rubio sobre esta imagen, con retoque y repolicromía incluidos –según contempla el documento descubierto en la última restauración realizada por Victoria Torres y Carmen Montes–, hacen imposible la abstracción necesaria para su estudio académico. Si bien, no parece casar con la pieza descrita en 1676, sino que responde a una obra realizada mediada la siguiente centuria. Lo que sí es mensurable es su prolongada devoción en el tiempo, demostrada en el exvoto decimonónico de su capilla.











María Santísima de Calvario 


Obra decimonónica de procedencia desconocida adquirida por la hermandad a través de Eslava Rubio en 1959, quien también la retocaría. De rostro avegentado, tez nacarada y pómulos rosados. Las manos son factura del carmonense.














Antigua, Muy Ilustre y Venerable Hermandad Lateranense, Pontificia y Serífica Cofradía de Nazarenos de Nuestra Señora y Madre de las Angustias, Sagrado Descendimiento, María Santísima de los Ángeles y Nuestro Padre Jesús Cautivo de Belén





Fundación: 1.607

Pasos: Dos

Día de Salida: Miércoles Santo

Hábito: Tramos de Cristo: Túnica y capirote negro. Fajín de esparto.
Tramos de Virgen: Túnica blanca, capirote azul/morado. Fajín de esparto.

Sede Canónica:  Capilla de San Francisco








Al resguardo del hospital de san Pedro se fundó en 1607 la hermandad de santa María de Araceli, denominada de las Angustias, con la obligación de recoger a pobres enfermos y realizar estación de penitencia los Miércoles Santo vistiendo sus miembros túnicas blancas y escapularios morados, unos con luz y otros con disciplinas, acompañando a un crucificado con san Juan y María con siete cuchillos.

Cuando la reducción hospitalaria de Felipe III se hace efectiva en 1615 las instalaciones de la institución sanitaria se destinan, únicamente, a la curación de enfermos, debiendo pasar la cofradía a la parroquia, donde se ve afixiada. Por ello en 1625, con el beneplácito arzobispal y de la vicaría franciscana, se muda al compás del monasterio de san Sebastián donde levantan su propia estancia. Si bien, en 1670 poseerá capilla propia dentro del seráfico templo. Por entonces procesionaban una oración en el huerto que, al parecer de las autoridades religiosas, era indecente por su precariedad. De tal modo que en 1694 se varajaron varios pasajes de la Pasión para su renovación eligiéndose el descendimiento de la cruz como advocación y el Viernes como nuevo día de salida.

Con la llegada del dieciocho se dispusieron nuevas reglas adecuadas al enterramiento y, a mediados de siglo, se concierta con Miguel Gálvez un retablo en cuya hornacina central se dispone la virgen las Angustias con el Hijo entre los brazos con san Juan y la Magdalena en las entrecalles. Debiéndose entender que la imagen cristífera que se apea sobre la titular es la misma que se procesiona.

Durante la ocupación francesa la hermandad reside el monasterio de Concepción. Las desamortizaciones tuvieron mayor calado en las entidades con residencia conventual, siendo las Angustias la única que sobrevivió el envite de los tiempos. Muy mermada, en 1885 la cofradía se reoganiza en el exconvento franciscano lo cual supuso el resurgimiento de la corporación siendo la única que procesiona con regularidada fines del siglo XIX. Como novedad incorporan al cortejo una centuria romana, una parihuela con la Magdalena, simpecado, palio de plata de rouls e iluminación eléctrica sobre la titular.


A comienzo del siglo XX a duras penas sobrevive con la subvención del Consistorio y sin apenas ver la calle. Por ruína del convento, en 1938 se traslada al templo del Salvador y vuelve al Miércoles, ahora con el préstamo de la dolorosa Servita y el crucificado de papelón de la Sacramental del Salvador, devidamente transformado, por lo deteriorado de sus imágenes. En los años cuarenta Antonio Eslava se encarga de confeccionar un nuevo misterio propio y de dos imágenes marianas que, a la postre, sustituirá la actual de Castillo Lastrucci.

Con el desarrollismo vuelve la actividad a la corporación que adquiere nuevos pasos, funda junto a la orden de san Juan de Dios el centro Beato Juan Grande para disminuidos, se traslada a una capilla construida en el solar del antiguo convento y adquiere la cesión de uso de la imagen del Cautivo de Belén. Con la vuelta se recupera el concepto de barrio, lo que supone un nuevo impulso que le ha permitido aumentar en hermanos, actividades y ajuar. Hoy vive con dualidad su salida, rígida en el Descendimiento y jubilosa en las Angustias.





Cristo del Sagrado Decendimiento



Obra de Antonio Eslava Rubio realizada en 1943. El conjunto, inspirado la obra homónima de Pedro Roldán, responde al sentido escultórico-espiritual propio del imaginero. Cristo desciende en un estricto rigor mortis avivado por el cimbre que provoca su cuerpo durante la procesión, convirtiéndolo en una pieza cinética. Destaca su elavorado rostro, la perfección anatómica y sus realistas encarnaduras, pero, sobre todo, en su sentido simbólico: aparece sentado sobre la cruz –patíbulo y trono– regando la tierra con la sangre de una mano y señalando el cielo con la contraria, en alusión a la resurrección que emerge del sacrificio.










Nuestra Señora de las Angustias



La talla mariana original fue sustituida en el siglo XX , temporalmente, por la virgen de las Lágrimas y por la dolorosa de los Siervos. Eslava realizó una imagen de nuevo cuño en 1941 pero, ante la insatisfacción de los cofrades, dispuso otra en 1958. Finalmente, será la talla que esculpe Antonio Castillo Lastrucci en 1963 la que recoja la histórica devoción. Esta dolorosa, de aires macarenos y tez oscura, en la órbita de las realizadas por el sevillano tras el éxito de la del Rocío, frunce el ceño en un pellizco desde el que se arquean las cejas para generar dramatismo.











Nuestro Padre Jesús Cautivo de Belén




Antiguo titular de la cofradía homónima residente en la parroquia de Santiago. Se trata de una de vestir atribuida a Pedro Roldán el Mozo, cerca de 1716, que cuenta con túnica bordada coetánea que se custodia en el museo de la Prioral.















Ilustre Hermandad de Nuestro Padre Jesús en la Columna y María Santísima de la Paciencia






Fundación: 1.656.

Pasos: Dos.

Día de Salida: Jueves Santo.

Hábito: Tramos de Cristo: Túnicas y capas blancas. Capirote y cíngulo azul.
Tramos de Virgen: Túnicas y capas negras. Capirote azul.

Sede Canónica: Iglesia filial del Apóstol Santiago.





Las primeras reglas de la cofradía se aprueban a 1656, si bien el origen de sus devociones se remonta dos siglos antes en el templo de Santiago. La imagen mariana, única en su denominación en la Península, debe presumirse procedente de la corporación de la Humildad y Paciencia que desde mediados del siglo XV tiene sede canónica en la parroquia y que, venida a menos, ahora desaparece. Del mismo modo, el templo acoge con gran devoción desde 1550 una imagen de Jesús azotado que fue asimilada por la nueva entidad pero que los cofrades, movidos por los preceptos iconográficos de Trento, mudan por otra realizada por Alonso Martínez, pronto sustituida por una última de José de Valenzuela.

La nueva entidad, creada al calor de la piedad surgida a raíz de la devastadora epidemia de cólera de 1649 junto con otras tantas corporaciones de sangre locales, se destina a asistir a los enfermos de la collación, a dar de comer a doce pobres el día de Santiago, a enterrar a sus difuntos y a salir en procesión cada Jueves Santo. Al poco la entidad amplía sus reglas y ve aumentar su ajuar –como en 1714 con una urna destinada al misterio con la que no quedan satisfechos– en tal cantidad que consigue del Consistorio la cesión de un espacio junto al templo para su conservación.

Su día a día se ve revolucionado en 1789 con la renovación de las imágenes titulares. La cristífera se encarga al prolífico obrador de Manuel García de Santiago que parece que se acompañaría durante el desfile por un san Pedro a fin de escenificar el momento de sus lágrimas. Y la virgen de la Paciencia la gubia el notable escultor José Montes de Oca con gran calidad de talla y efectos en su policromía con la que intenta simular el llanto gracias a un juego de barnices.

La pragmática de Carlos III obliga a su reaprobación como corporación, si bien la Columna sólo refrenda las normas por el modo ordinario. Los distintos cambios políticos y económicos del siglo XIX se dejaron notar en las idas y venidas de la entidad que tan pronto conoce tiempos de auge como de merma extrema, remediándose a base de continuas aprobaciones de reglamentos.

Así, en 1800 la cofradía echa a la calle el Jueves Santo con nazarenos de negro, niños vestidos de ángeles con atributos pasionistas y armados acompañando al misterio y el palio, en una jornada que acabó accidentada y en pleito contra la Vera-Cruz

También el siglo XX ha sido desigual para la corporación. La extinción de la parroquia, la asimilación del templo por parte de la comunidad Salesiana y su marcha posterior han marcado su destino. La corporación retiró el luto de las vestimentas, vio engrandecer su ajuar con un suntuoso palio en 1924 y nuevas canastillas neobarrocas en 1948 y trocó su titular mariana por otra de rasgos contemporáneos en 1953. Supo aprovechar como ninguna el ‘boom cofrade’ y comenzó a disponer de hermanos costaleros en 1975, organizó un grupo juvenil, asumió la conservación del templo filial que ha restaurado, se hizo con casa hermandad propia y vio aumentar su nómina de hermanos exponencialmente.









Nuestro Padre Jesús en la Columna




Realizado en 1789 por el escultor sevillano Manuel García de Santiago a instancias del prioste José Rodríguez Ballesteros. La talla, de estilo barroco pleno, se debió completar compositiva e iconográficamente con un san Pedro con el que dialogaría visualmente. Contrasta su frontalidad apolínea de pulimentos inmaculados, rostro abstraído y cuerpo descansado, con la tensión del desgarro de las flagelaciones en su espalda. Una dualidad buscada por el autor a fin de conmover al espectador en su piedad mostrando la divinidad del Salvador cuando la imagen se acerca y su humanidad descarnada en su marcha.



















María Santísima de la Paciencia




Paciencia es una advocación única en el territorio hispano para una imagen dolorosa. Fue tallada en 1953, y durante veinte años retocada, por Francisco Buiza en sustitución de otra anterior de Montes de Oca cuya mascarilla custodia la hermandad. La imagen sorprende por la modernidad de sus facciones en las que se encuentran la dulzura de sus rasgos juveniles con la emoción contenida que se vislumbra a través del sinuoso juego de cejas, la boca entreabierta y la expresiva policromía. Muy características del autor son sus manos de largos dedos y movimiento sinuoso que suelen denominarse ‘de tenedor’.



















Antigua, Real e Ilustre Hermandad de las Benditas Animas y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia y María Santísima de los Dolores








Fundación: 1.604

Pasos: Dos

Día de Salida Viernes Santo

Hábito: Túnica y capirote de color blanco. Fajín marrón y guantes blancos

Sede Canónica Iglesia de san Pedro







Desde 1604 un grupo de parroquianos de san Pedro, en su mayoría curtidores, dan culto bajo el nombre de Humildad y Paciencia a una imagen cristífera depositada en retablo mayor del templo. En el reglamento aprobado los cofrades y cofradas se comprometen, además del habitual ejercicio de obras de misericordia, a acompañar en la calle cada tarde del Jueves Santo a la susodicha talla y a una dolorosa portando túnicas bastas, desnudos de rodilla para abajo, con capirotes, coronas de espina sobre la frente, soga en la garganta y la cintura, escapulario con la imagen de la Paciencia, y crucifijo y rosario en la mano.


En busca de la independencia en 1610 la corporación pide a la parroquia disponer de su propia capilla; para ello intentan la permuta del antiguo habitáculo del Sagrario pero, ante la negativa del clero, terminan por disponer una nueva edificación propia junto a la sacristía que se completa con un retablo de Gerónimo Velázquez en 1644. Poco antes, en 1640, el cortejo había pasado a la mañana viendo ampliado en número de nazarenos con la aprobación de disciplinantes. Para entonces se procesionaba una imagen de papelón que representa a Cristo sedente y pensativo sobre una roca, hoy conservada en el coro bajo del convento de santa Clara, al que le acompañan cuatro ángeles plañideros realizados por José de Arce en 1656. Dicha imagen sale en procesión extraordinaria con asistencia del Cabildo en 1720 y 1734 como colofón a sendas novenas pro-lluvia.


En la primera mitad del siglo XVIII la cofradía conoce sus días más álgidos. Eleva dos retablos que dispone junto a los canceles del templo, el mariano en barroco salomónico, hacia 1690, y el cristífero en estípites, cercano a 1745. El cortejo se engrandece con una urna dorada adornada con dieciséis ángeles y faldones encarnados; un palio de cajón de seis varales con techo de terciopelo y bambalinas de flecos de oro y alamares; y estandarte corporativo. Si bien, la gran novedad fue la sustitución de sus titulares por sendas obras de talla moderna realizadas por José Montes de Oca en la década de los treinta, complementadas con los pertinentes apósitos argénteos.



Durante la siguiente centuria, entre la invasión francesa, los procesos de desamortización y el fin del régimen gremial, la cofradía quedó aparcada sin pena ni gloria. Hasta que en 1881 vio sustancialmente aumentada la nómina de hermanos y actualizó su puesta en escena, lo que a la postre sería su salvación. El cortejo se compone de nazarenos de blanco con capirote y cíngulo morado, de una centuria romana, un misterio con Jesús sedente al que le acompañan dos romanos y otra parihuela para san Juan, que se independiza de la dolorosa. La forma de financiación de todo este despliegue corrió a cargo, como en en el resto de corporaciones coetáneas, de los reglamentos de enterramiento.


La llegada de la II República supone el fin de las procesiones a cambio de cultos de gran solemnidad, no volviendo a la asiduidad de la calle hasta los cincuenta. En 1958 se fusionó la hermandad de Ánimas, a la postre advocada de la Antigua –titular de la ermita sobre la que se erige el templo actual–, y dispuso su salida al alba del Viernes con atuendos blancos hasta en el palio. A fines del siglo XX volvió al luto y a la tarde con nuevas y remozadas andas.









Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia



Según las primitivas reglas «la insignia de la humildad de Nuestro Señor […] es cuando labó los pies a sus discípulos» y la de la «paciencia […] sentado en unas gradas con la mano en la mejilla». Así es como retrataron a su titular, primero en papelón –hoy en el convento de las clarisas tras una suerte de dados– y posteriormente en cedro. Esta última atribuida a José Montes de Oca y fechada en torno a 1740. La imagen posee un carácter ecléctico con reminiscencias clásicas propias de la centuria anterior. De líneas suaves, muestra a un hombre maduro de proporciones mayores que el natural y con la musculatura marcada. Su encarnadura es brillante, tendente a los tonos cálidos, sólo interrumpida por verdugones bien descritos. Se completa con apósitos de plata del siglo XVIII, a saber, potencias y corona de Fernando Gámez en 1720, y soga de filigrana.

















María Santísima de los Dolores



Hacia 1733 la cofradía adquiere la dolorosa a José Montes de Oca, según atribución. La imagen responde a una mujer de edad madura con la tez pálida que trasmite cercanía y gran tensión interior a fin de epatar con el fiel. Una realidad trasmitida a través del pathos clásico y el uso de encarnaduras nacaradas que, mediante el uso de diferentes preparaciones, se encienden en sus mejillas al contacto con el calor de las velas. En su iconografía original se acompañaba del san Juan que conserva la hermandad y lucía ráfaga, corona, puñal, media luna y toalla con atributos pasionistas.


















La Primitiva Hermandad de los Nazarenos de Carmona, Cofradía Pontificia y Real de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santa Cruz en Jerusalén y María Santísima de los Dolores





Fundación: 1.597

Pasos: Dos

Día de Salida Viernes Santo

Hábito: Túnica negra de cola, antifaz morado y cinturón de esparto en su color, calzado y calcetines negros.

Sede Canónica Capilla de Jesús Nazareno, Iglesia de San Bartolomé






Una de las corporaciones más antiguas es la hermandad de Nuestro Padre cuyas primeras reglas son de 1597.

Nuestro Padre Jesús Nazareno es una de las grandes devociones de Carmona. Cuenta la historia de la hermandad que el seis de junio de 1607 el capitán Lázaro Briones Quintanilla, alférez mayor de Carmona y los presbíteros Gregorio Pacheco y Lucas Martín, en nombre de la hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Carmona, tienen una cita con el escultor Francisco de Ocampo sobre la elaboración de la talla de su titular. El artista se compromete a crear una figura en madera de cedro del tamaño de «un hombre de siete palmos y medio».

De igual forma, la hermandad detalla que el pago se concreta en tres veces que se llevan a cabo este mismo día, el dos de octubre y el diecisiete de diciembre del mismo año, momento en que se recoge y traslada a Carmona una vez terminado el estofado y encarnado.

Se trata de una de las primeras obras documentadas de Francisco Ocampo ya que fue realizada en 1607. Posteriormente esculpió el Santísimo Cristo del Calvario de la hermandad de la madrugada sevillana, ya en 1612. Una de las obras que se le atribuyen es el de Nuestro Padre Jesús Nazareno de la hermandad del Silencio, aunque hay estudios que lo atribuyen a Gaspar de la Cueva, discípulo de Martínez Montañés.


Hernández Díaz detalla en el Catálogo Arqueológico y Artístico de la Provincia de Sevilla que «las delicadezas de su modelado, expresión religiosa e incluso la original distribución de su tallada túnica, le otorgan papel muy destacado en el ambiente artístico sevillano».

Actualmente procesiona en un paso de misterio vanguardista acompañado de la
figura de Simón de Cirene que fue incorporado en 1697. El nuevo paso fue realizado por Juan Fernández Lacomba y es una obra «moderna» tal y como se cataloga. Nuestro Padre Jesús Nazareno se encuentra con su aspecto primitivo ya que apenas ha sufrido modificaciones a lo largo de la historia.









Nuestro Padre Jesús Nazareno 



En 1607 se concierta con Francisco de Ocampo una obra del tamaño de «un hombre de siete palmos e medio y que la hechura de él sea de la misma trasa e hechura del Cristo que está en las gradas del Sagrario» de Sevilla. La imagen entregada es tardomanierista. En su composición ejecuta una amplia zancada de sencillo y tenso movimiento, mientras el torso se hunde. Una túnica verde con vegetación dorada envuelve la figura y dibuja su silueta, desfigurada por bullones y nudos. La suave encarnadura contrasta con los abruptos rasgos faciales y el perfil afacetado y cerúleo de los cabellos, expresiones del divino dolor representado.
















María Santísima de los Dolores 



El 16 de abril de 1696 el entallador Juan del Castillo recibe del escultor José Felipe Duque Cornejo el busto y las manos de una dolorosa a la que debe componer el talle, miriñaque y articulaciones, así como aplicarle los apósitos, a fin de entregarla a la corporación nazarena de Carmona. Un año más tarde Francisca Roldán, a la sazón esposa de Cornejo, se encarga de su policromía. El rostro de la virgen de los Dolores, que se yergue sobre un esbelto cuello, es de edad avanzada y con tendencia a la redondez. Su tez es fina, de encarnadura blanda, muy pálida, cuasi nacarada, sólo interrumpida por un leve refrescado en pómulos y labios.











Divina Pastora de las Almas




Devoción adscrita a la entidad tras la predicación del místico fray Isidoro de Sevilla. Desde 1709 se tiene constancia de ella, habiéndose reaprovechado para la misma una Inmaculada barroca que hasta ese momento constaba como titular.

















Real Hermandad del Santo Entierro de Cristo Nuestro Señor, María Santísima de la Soledad y Santa Ana







Fundación: 1.971

Pasos: Uno

Día de Salida Sábado Santo

Hábito: Túnica de cola y capirote en tela de ruan negra. Fajín ancho de esparto.

Sede Canónica Iglesia de San Bartolomé 






Es la hermandad carmonense más joven de las penitenciales. Tiene origen en la parroquia de san Pedro, en el contexto del Concilio Vaticano II y a los pies del altar de la Soledad procedente del exconvento del Carmen. A fines de los años sesenta del siglo XX se compuso una comisión organizadora para la erección de una hermandad que venerara el Santo Entierro de Cristo, advocación de la que andaba falta el municipio desde el fin de la actividad de la cofradía carmelita cuyo espíritu se pretende reavivar.



Tras varios intentos de legalizar la situación, en 1971 el cardenal Bueno Monreal autoriza eclesiásticamente la organización, «a título de experiencia, y por un quinquenio», permitiendo concretar una primera junta de gobierno y la posibilidad de realizar un via-crucis la tarde del Sábado Santo por el interior del templo parroquial. Una realidad que se concreta, al principio, con el uso del Yacente del siglo XVI y la dolorosa carmelita. Al poco, se solicita a la Corporación Municipal la cesión del templo del exconvento dominico de santa Ana y sus dependencias aledañas, quien termina por cederla «en precario» en 1973 con obligación de su mantenimiento, comenzando inmediatamente las obras para su reconstrucción. Este mismo año Francisco Buiza entrega la nueva imagen de candelero de la virgen de la Soledad.



1975 será el año del cambio. Se concluyen las obras de la casa hermandad, se bendice la imagen de Cristo Yacente y José de Arimatea, y la autoridad eclesiástica permite realizar la primera estación de penitencia que tendrá lugar desde la parroquia de san Pedro con el acompañamiento del resto de hermandades. Conjunto que se vería completado al año siguiente con la adquisición a la hermandad sevillana de la O de su histórico paso de misterio. 





El traslado al exconvento es inevitable y en la Semana Santa de 1977 sus puertas se abrirán para dar paso al luctuoso cortejo que cuenta con la primera cuadrilla de hermanos costaleros de la localidad, contando con trabajaderas de estilo sevillano.

Desde 1980 la cofradía cuenta con la imagen de santa Ana enseñando a leer a la Virgen, conservada hasta entonces en la capilla del hospital de san Pedro, una nueva titular que supone un revulsivo para la entidad que empieza a celebra su onomástica con cultos, procesiones y veladas. La recuperación del templo, con caídas de la techumbre incluida, y la restauración del paso coparon gran parte de los objetivos de la corporación en los años siguientes. Mediada la década pasa su salida al Viernes haciéndolo, intermitentemente, desde el Salvador.


En 1995 dimite la Junta de Gobierno en bloque y la autoridad eclesiástica nombra una gestora. Hasta 1997, dada la penuria económica, no realiza estación de penitencia y, con una nueva directiva, vuelve a la normalidad justo para conmemorar el XXV aniversario fundacional. Con el nuevo milenio, en 2006, el Ayuntamiento hace acopio del espacio exclaustrado forzando su marcha a la parroquia de san Bartolomé. La vuelta al Sábado supone un nuevo impulso para la hermandad que ve aumentar el cortejo con la presencia del resto de corporaciones penitenciales. Una imagen de María Magdalena, el proyecto de una nueva sede y la gestación de un futuro palio, que ya cuenta con candelería, han marcado el devenir de estos últimos años.








Santísimo Cristo Nuestro Señor Yacente 


Cuando la hermandad encarga a Francisco Buiza la ejecución del misterio, éste aceptó con agrado por tratarse de un pasaje que permite gran plasticidad y porque su destino era su ciudad natal, donde no contaba con ninguna obra cristífera. Para la concepción del conjunto tuvo en mente el relieve del enterramiento contenido en la predella del retablo del Cristo de los Martirios de la Prioral, una labor plateresca atribuida Roque Balduque. Disponiendo lo mejor de la técnica y la inventiva que había acumulado en su prolífica carrera, entregó en 1975 el Yacente y José de Arimatea. Si bien, nunca llegaría a concluir su labor al sobrevenirle la muerte poco después de entregar a Nicodemo.





El titular de la hermandad es un cadáver corpulento que exhibe su fortaleza sin marchitar, con las extremidades aún tensas y la musculatura y la circulación sanguínea marcadas, como si la muerte no hubiese hecho estragos. El rostro, de nariz prominente, barba bífida, dentadura tallada y trabajo capilar menudo, deja patente el conocimiento y estudio de la labor de Juan de Mesa. Y la policromía, de tendencia verdosa y copiosa sangre, recuerdan su afiliación al obrador de Sebastián Santos y sus fórmulas magistrales.











María Santísima de la Soledad 



La primera imagen en propiedad de la hermandad fue la virgen dolorosa, quizás por la necesidad del revival de la antigua Soledad. La obra de candelero fue entregada por Francisco Buiza en 1973. Como es de común en las vírgenes del tallista, su busto es de gran porte y representa a una mujer joven e inmaculada, con la boca entreavierta, lágrimas de importante presencia, la mirada perdida y manos expresivas, retorcidas con tensión y marcada por hoyuelos.









Santa Ana 


Santa Ana sedente enseñando a leer a la Virgen niña es un conjunto rococó de escuela sevillana. De gran movimiento en sus ropajes, cuenta con un suntuoso estofado y policromía profusa, y se completa con apósitos de plata coetáneos.











Referencia:

https://www.carmona.org/servitas/
https://sevilla.abc.es/pasionensevilla/
https://tabernacofrade.net
http://www.elgrifoinformacion.com
http://www.hermandaddelaesperanza.es
http://artesacro.org
https://www.amarguracarmona.es
https://www.expiraciondecarmona.es
http://www.quintaangustia.org
http://hermandaddelacolumna.es
http://www.hermanosdelasaguas.org
https://www.caminosdepasion.com